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19 Tu maldad te castigará,
    tu infidelidad te recriminará.
Ponte a pensar cuán malo y amargo
    es abandonar al Señor tu Dios
    y no sentir temor de mí
            —afirma el Señor, el Señor Todopoderoso—.

20 »Desde hace mucho quebraste el yugo;
    te quitaste las ataduras
    y dijiste: “¡No quiero servirte!”
Sobre toda colina alta,
    y bajo todo árbol frondoso,
    te entregaste a la prostitución.
21 Yo te planté, como vid selecta,
    con semilla genuina.
¿Cómo es que te has convertido
    en una vid degenerada y extraña?

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