17 »El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro;
    grabado está con punta de diamante
sobre la tabla de su corazón
    y sobre los cuernos de sus altares.
Aún sus hijos recuerdan sus altares
    y las imágenes de Aserá
junto a los árboles frondosos
    sobre las altas colinas,
y sobre mi montaña a campo abierto.
Así que entregaré como botín tu riqueza,
    tus tesoros y tus altares paganos,
por todos tus pecados
    en todo tu territorio.
Por tu culpa perderás la herencia
    que yo te había dado.
Te haré esclava de tus enemigos,
    en un país para ti desconocido,
porque has encendido mi ira,
    la cual se mantendrá ardiendo para siempre».

Así dice el Señor:

«¡Maldito aquel que confía en los hombres,
    que se apoya en fuerzas humanas
    y aparta su corazón del Señor!
Será como una zarza en el desierto:
    no se dará cuenta cuando llegue el bien.
Morará en la sequedad del desierto,
    en tierras de sal, donde nadie habita.

»Bendito el hombre que confía en el Señor
    y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua
    que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor
    y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia
    y nunca deja de dar fruto».

Nada hay tan engañoso como el corazón.
    No tiene remedio.
    ¿Quién puede comprenderlo?

10 «Yo, el Señor, sondeo el corazón
    y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
    y según el fruto de sus obras».

11 El que acapara riquezas injustas
    es como una perdiz que empolla huevos que no puso.
En la mitad de la vida las perderá
    y al final se mostrará como un insensato.

12 Trono glorioso, exaltado desde el principio
    es el lugar de nuestro santuario.
13 Señor, tú eres la esperanza de Israel,
    todo el que te abandona quedará avergonzado.
El que se aparta de ti quedará como algo escrito en el polvo,
    porque abandonó al Señor,
    fuente de aguas vivas.

14 Sáname, Señor, y seré sanado;
    sálvame y seré salvo,
    porque tú eres mi alabanza.
15 No falta quien me pregunte:
    «¿Dónde está la palabra del Señor?
    ¡Que se cumpla ya!».
16 Pero yo no me he apresurado a abandonarte y dejar de ser tu pastor;
    tampoco he deseado que venga el día de la calamidad.
Tú bien sabes lo que he dicho,
    pues lo dije en tu presencia.
17 No seas para mí un motivo de terror;
    tú eres mi refugio en tiempos de calamidad.
18 ¡No me pongas a mí en vergüenza;
    avergüénzalos a ellos!
¡No me llenes de terror a mí;
    aterrorízalos a ellos!
Envíales tiempos de calamidad;
    ¡destrózalos y vuelve a destrozarlos!

La observancia del sábado

19 Así me dijo el Señor: «Ve y párate en la puerta del Pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá; luego, en todas las puertas de Jerusalén. 20 Diles: “¡Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá, toda la gente de Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entran por estas puertas! 21 Así dice el Señor: ‘Cuídense bien de no llevar ninguna carga en día sábado y de no meterla por las puertas de Jerusalén. 22 Tampoco saquen ninguna carga de sus casas en día sábado ni hagan ningún tipo de trabajo. Consagren el día sábado, tal como se lo ordené a sus antepasados. 23 Pero ellos no me prestaron atención ni me obedecieron, sino que se obstinaron y no quisieron escuchar ni recibir corrección.

24 »” ’Si de veras me obedecen —afirma el Señor—, y no meten ninguna carga por las puertas de esta ciudad en día sábado, sino que consagren este día no haciendo ningún trabajo, 25 entonces reyes entrarán por las puertas de esta ciudad con sus oficiales y se sentarán en el trono de David. Ellos y sus oficiales entrarán montados en carros y caballos, acompañados por la gente de Judá y por los habitantes de Jerusalén, y esta ciudad será habitada para siempre. 26 Vendrá gente de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, del territorio de Benjamín y de la Sefelá, de la región montañosa y del Néguev. Traerán al Templo del Señor holocaustos y sacrificios, ofrendas de cereal, incienso y ofrendas de acción de gracias. 27 Pero si no obedecen en consagrar el día sábado y permiten que entren cargas por las puertas de Jerusalén en sábado, entonces prenderé fuego a sus puertas que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’ ”».

Parábola del alfarero

18 Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor: «Levántate y baja ahora mismo a la casa del alfarero y allí te comunicaré mi mensaje».

Entonces bajé a la casa del alfarero y lo encontré trabajando en el torno. Pero la vasija que estaba modelando se deshizo en sus manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que había quedado bien.

En ese momento la palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro?», afirma el Señor. «Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino; pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo desistiré del castigo que había pensado infligirles. En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino. 10 Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, yo desistiré del bien que había pensado hacerles. 11 Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén y adviérteles que así dice el Señor: “Estoy preparando una calamidad contra ustedes y elaborando un plan en su contra. ¡Vuélvanse ya de su mal camino; enmienden su conducta y sus acciones!”. 12 Ellos objetarán: “Es inútil. Vamos a seguir nuestros propios planes” y cada uno cometerá la maldad que dicte su obstinado corazón».

13 Por eso, así dice el Señor:

«Pregunten entre las naciones:
    ¿Quién ha oído algo semejante?
La virginal Israel
    ha cometido algo terrible.
14 ¿Acaso la nieve del Líbano
    desaparece de las laderas rocosas?
¿Se agotan las aguas frías
    que fluyen de las montañas?[a]
15 Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado;
    quema incienso a ídolos inútiles,
que los hicieron tropezar en sus caminos,
    en los senderos antiguos.
Los hicieron caminar
    por sendas y veredas escabrosas.
16 Así ha dejado desolada su tierra;
    la ha hecho objeto de burla constante.
Todo el que pase por allí
    meneará atónito la cabeza.
17 Como un viento del este,
    los esparciré delante del enemigo.
En el día de su calamidad
    les daré la espalda y no la cara».

18 Ellos dijeron: «Vengan, tramemos un plan contra Jeremías. Porque no faltará la Ley al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de nada de lo que diga».

19 ¡Señor, préstame atención!
    ¡Escucha a los que me acusan!
20 ¿Acaso el bien se paga con el mal?
    ¡Pues ellos me han cavado una fosa!
Recuerda que me presenté ante ti
    para interceder por ellos,
    para apartar de ellos tu ira.
21 Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre;
    abandónalos a merced de la espada.
Que sus esposas se queden viudas y sin hijos;
    que sus maridos mueran asesinados
    y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.
22 Que se oigan los gritos desde sus casas,
    cuando de repente mandes contra ellos invasores.
Han cavado una fosa para atraparme,
    y han puesto trampas a mi paso.
23 Pero tú, Señor, conoces
    todos sus planes para matarme.
¡No perdones su iniquidad
    ni borres de tu presencia sus pecados!
¡Que caigan derribados ante ti!
    ¡Enfréntate a ellos en el momento de tu ira!

19 Así dice el Señor: «Ve a un alfarero y cómprale un cántaro de barro. Luego, pide que te acompañen algunos de los jefes del pueblo y de los sacerdotes. Ve al valle de Ben Hinón, que está a la entrada de la puerta de los Alfareros, y proclama allí las palabras que yo te comunicaré. Diles: “Reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: ‘Voy a enviar tal calamidad sobre este lugar que a todo el que la oiga le quedará retumbando en los oídos. Porque ellos me han abandonado. Han profanado este lugar, quemando en él incienso a otros dioses que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá. Además, han llenado de sangre inocente este lugar. Han construido altares paganos en honor de Baal, para quemar a sus hijos en el fuego como holocaustos a Baal, cosa que yo jamás ordené ni mencioné ni jamás me pasó por la mente. Por eso, vendrán días en que este lugar ya no se llamará Tofet ni valle de Ben Hinón, sino valle de la Matanza’, afirma el Señor. ‘En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén. Los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida. También dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra para que les sirvan de comida. Convertiré a esta ciudad en un lugar desolado y en objeto de burla. Todo el que pase por ella quedará atónito y se burlará de todas sus heridas. Ante el angustioso asedio que les impondrán los enemigos que atentan contra ustedes, haré que se coman la carne de sus propios hijos e hijas y que se devoren entre sí’ ”.

10 »Rompe después el cántaro a la vista de los hombres que te acompañaron 11 y adviérteles que así dice el Señor de los Ejércitos: “Voy a romper a esta nación y a esta ciudad como quien rompe un cántaro de alfarero que ya no se puede reparar; y a falta de otro lugar, enterrarán a sus muertos en Tofet. 12 Así haré con este lugar y con sus habitantes”, afirma el Señor, “esta ciudad quedará tal y como quedó Tofet. 13 Todas las casas de Jerusalén y todos los palacios de los reyes de Judá; es decir, todas esas casas en cuyas azoteas se quemó incienso a todo el ejército del cielo y donde se derramaron ofrendas líquidas a otros dioses, quedarán tan impuras como quedó Tofet”».

14 Cuando Jeremías regresó de Tofet —adonde el Señor lo había enviado a profetizar—, se paró en el atrio del Templo del Señor y dijo a todo el pueblo: 15 «Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Como esta ciudad y todos sus pueblos vecinos se han obstinado en desobedecer mis palabras, voy a mandarles toda la calamidad que había prometido”».

Jeremías y Pasur

20 Cuando el sacerdote Pasur, hijo de Imer, que era el oficial principal del Templo del Señor, oyó lo que Jeremías profetizaba, mandó que golpearan al profeta Jeremías y que lo colocaran en el cepo ubicado en la puerta superior de Benjamín, junto al Templo del Señor. A la mañana siguiente, cuando Pasur liberó a Jeremías del cepo, Jeremías dijo: «El Señor ya no te llama Pasur, sino Magor Missabib.[b] Porque así dice el Señor: “Te voy a convertir en terror para ti mismo y para tus amigos, los cuales caerán bajo la espada de sus enemigos y tú mismo lo verás. Entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, el cual los deportará a Babilonia y los matará a filo de espada. Además, pondré en manos de sus enemigos toda la riqueza de esta ciudad, todos sus productos y objetos de valor y todos los tesoros de los reyes de Judá, para que los saqueen y se los lleven a Babilonia. Y tú, Pasur, irás al cautiverio de Babilonia junto con toda tu familia. Allí morirás y allí serás enterrado, con todos tus amigos a quienes profetizabas mentiras”».

Quejas de Jeremías

¡Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir!
    Fuiste más fuerte que yo y me venciste.
Todo el mundo se burla de mí;
    se ríen de mí todo el tiempo.
Cada vez que hablo es para gritar:
    «¡Violencia! ¡Destrucción!».
Por eso la palabra del Señor
    fue cada día para mí una deshonra y una burla.
Si digo: «No me acordaré más de él
    ni hablaré más en su nombre»;
entonces su palabra es en mi corazón como un fuego,
    un fuego ardiente que penetra hasta los huesos.
He hecho todo lo posible por contenerla,
    pero ya no puedo más.
10 Escucho a muchos decir con sorna:
    «¡Hay terror por todas partes!».
    Y hasta agregan: «¡Denúncienlo! ¡Vamos a denunciarlo!».
Aun mis mejores amigos
    esperan que tropiece.
También dicen: «Quizá lo podamos seducir.
    Entonces lo venceremos
    y nos vengaremos de él».

11 Pero el Señor está conmigo
    como un guerrero poderoso;
por eso los que me persiguen
    caerán y no podrán prevalecer,
    fracasarán y quedarán avergonzados.
Eterna será su deshonra;
    jamás será olvidada.
12 Tú, Señor de los Ejércitos, que examinas al justo,
    que sondeas el corazón y la mente,
hazme ver tu venganza sobre ellos,
    pues a ti he encomendado mi causa.

13 ¡Canten al Señor, alábenlo!
    Él libra a los pobres
    del poder de los malvados.

14 ¡Maldito el día en que nací!
    ¡El día en que mi madre me dio a luz no sea bendito!
15 ¡Maldito el hombre que alegró a mi padre
    cuando le dijo: «Te ha nacido un hijo varón»!
16 ¡Que sea tal hombre como las ciudades
    que el Señor destruyó sin compasión.
Que oiga gritos en la mañana
    y alaridos de guerra al mediodía!
17 ¿Por qué Dios no me dejó morir
    en el seno de mi madre?
Así ella habría sido mi tumba
    y yo jamás habría salido de su vientre.
18 ¿Por qué tuve que salir del vientre
    solo para ver problemas y aflicción
    y para terminar mis días en vergüenza?

Footnotes

  1. 18:14 ¿Se agotan … montañas? Texto de difícil traducción.
  2. 20:3 Magor Missabib significa terror por todas partes.

El pecado imborrable de Judá

17 El pecado(A) de Judá está escrito con cincel de hierro(B),
con punta de diamante[a] está grabado sobre la tabla de su corazón(C)
y en los cuernos de sus[b] altares.
Como ellos se acuerdan de sus hijos(D),
así se acuerdan de sus altares y de sus Aseras[c](E)
junto a los árboles frondosos, en las altas colinas(F).
Oh montaña mía en el campo(G),
tus riquezas y todos tus tesoros entregaré al saqueo,
a causa del pecado de tus lugares altos en todo tu territorio[d](H).
Y por tu causa harás que se pierda la heredad(I)
que yo te di;
te haré servir a tus enemigos
en una tierra que no conoces(J);
porque habéis prendido un fuego en mi ira
que arderá para siempre(K).

Así dice el Señor:

Maldito el hombre que en el hombre confía(L),
y hace de la carne(M) su fortaleza[e],
y del Señor se aparta su corazón.
Será como arbusto en el yermo
y no verá el bien cuando venga;
habitará en pedregales en el desierto(N),
tierra salada(O) y sin habitantes.
Bendito es el hombre que confía en el Señor(P),
cuya confianza es el Señor(Q).
Será como árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces junto a la corriente;
no temerá cuando venga el calor,
y sus hojas estarán verdes;
en año de sequía(R) no se angustiará
ni cesará de dar fruto(S).

Más engañoso(T) que todo, es el corazón(U),
y sin remedio(V);
¿quién lo comprenderá?
10 Yo, el Señor, escudriño el corazón,
pruebo los pensamientos[f],
para dar a cada uno según sus caminos,
según el fruto de sus obras(W).
11 Como perdiz que incuba lo que no ha puesto,
es el que adquiere una fortuna, pero no con justicia(X),
en la mitad de sus días lo abandonará,
y al[g] final será un insensato(Y).
12 Trono de gloria(Z), enaltecido desde el principio
es el lugar de nuestro santuario.
13 Oh Señor, esperanza de Israel(AA),
todos los que te abandonan serán avergonzados(AB).
Los que se apartan de ti[h] serán escritos en el polvo[i](AC),
porque abandonaron al Señor, fuente de aguas vivas.
14 Sáname, oh Señor, y seré sanado(AD);
sálvame(AE) y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza(AF).
15 Mira, ellos me dicen:
¿Dónde está la palabra del Señor?
Que venga ahora(AG).
16 Pero yo no me he apresurado a dejar de ser tu pastor[j],
ni el día de angustia he anhelado;
tú sabes(AH) que lo que ha salido de mis labios
en tu presencia está.
17 No seas para mí terror(AI);
tú eres mi refugio en el día de calamidad(AJ).
18 Sean avergonzados los que me persiguen(AK), pero no sea yo avergonzado;
sean atemorizados ellos, pero que no me atemorice yo(AL).
Trae sobre ellos el día de calamidad,
y destrúyelos con doble destrucción(AM).

19 Así me dijo el Señor: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y asimismo en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: «Escuchad la palabra del Señor(AN), reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de Jerusalén(AO) que entráis por estas puertas: 21 Así dice el Señor: “Guardaos, por vuestra vida(AP), de llevar carga en día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén(AQ). 22 Tampoco saquéis carga de vuestras casas en día de reposo, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo(AR), como mandé a vuestros padres(AS). 23 Sin embargo, ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos(AT), sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección(AU).

24 ”Pero sucederá que si me escucháis con atención(AV) —declara el Señor— no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en día de reposo(AW), y santificáis el día de reposo, sin hacer en él trabajo alguno(AX), 25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David(AY); vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén(AZ); y esta ciudad será habitada para siempre(BA). 26 Vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la tierra baja, de la región montañosa y del Neguev[k](BB), trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas de grano e incienso, y trayendo sacrificios de acción de gracias a la casa del Señor(BC). 27 Pero si no me escucháis(BD) en cuanto a santificar el día de reposo, y traéis carga y entráis por las puertas de Jerusalén en día de reposo, entonces prenderé fuego(BE) a sus puertas, que consumirá los palacios[l] de Jerusalén(BF), y no se apagará(BG)”».

El alfarero y el barro

18 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, diciendo: Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras(BH). Entonces descendí a casa del alfarero, y he aquí, estaba allí haciendo un trabajo sobre la rueda[m]. Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacerla.

Entonces vino a mí la palabra del Señor, diciendo: ¿No puedo yo hacer con vosotros, casa de Israel, lo mismo que hace este alfarero? —declara el Señor. He aquí, como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano(BI), casa de Israel. En un momento yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir(BJ); pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad(BK), me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella(BL). Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar(BM); 10 pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi voz(BN), entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo[n](BO). 11 Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, diciendo: «Así dice el Señor: “He aquí, estoy preparando una calamidad contra vosotros(BP) y tramando un plan contra vosotros. Volveos, pues, cada uno de su mal camino y enmendad[o] vuestros caminos y vuestras obras(BQ)”». 12 Mas ellos dirán: «Es en vano(BR); porque vamos a seguir nuestros propios planes, y cada uno de nosotros obrará conforme a la terquedad de su malvado corazón(BS)».

13 Por tanto, así dice el Señor:

«Preguntad ahora entre las naciones:
¿Quién ha oído cosa semejante[p](BT)?
Algo muy horrible ha hecho(BU)
la virgen de Israel(BV).
14 ¿Faltará la nieve del Líbano de la roca agreste?
¿O se agotarán[q] las aguas frías que fluyen de tierras lejanas[r]?
15 Pues bien, mi pueblo me ha olvidado(BW),
queman incienso a dioses vanos[s](BX),
y se han desviado[t] de[u] sus caminos,
de[v] las sendas antiguas(BY),
para andar por senderos,
no por calzada(BZ),
16 convirtiendo su tierra en una desolación,
en una burla perpetua(CA).
Todo el que pase por ella se quedará atónito(CB)
y meneará la cabeza(CC).
17 Como viento solano(CD) los esparciré(CE)
delante del enemigo;
les mostraré[w] la espalda y no el rostro(CF)
el día de su calamidad(CG)».

18 Entonces dijeron: Venid y urdamos planes contra Jeremías(CH). Ciertamente la ley no le faltará al sacerdote(CI), ni el consejo al sabio(CJ), ni la palabra al profeta(CK). Venid e hirámoslo con la lengua(CL), y no hagamos caso a ninguna de sus palabras(CM).

19 Atiéndeme, oh Señor,
y escucha lo que dicen[x] mis contrarios.
20 ¿Acaso se paga mal por bien(CN)?
Pues han cavado fosa para mí[y](CO).
Recuerda cómo me puse delante de ti
para hablar bien en favor de ellos,
para apartar de ellos tu furor(CP).
21 Por tanto, entrega sus hijos al hambre,
y abandónalos al poder[z] de la espada(CQ);
queden sus mujeres sin hijos(CR) y viudas(CS),
sean sus maridos asesinados,
heridos a espada sus jóvenes(CT) en la batalla.
22 Oiganse los gritos desde sus casas,
cuando de repente traigas sobre ellos saqueadores(CU);
porque han cavado fosa(CV) para atraparme,
y han escondido trampas(CW) a mis pies.
23 Pero tú, oh Señor, conoces
todos sus planes de muerte contra mí.
No perdones[aa] su iniquidad
ni borres de tu vista su pecado(CX);
sean derribados[ab](CY) delante de ti,
en el tiempo de tu ira(CZ) actúa contra ellos.

La vasija rota

19 Así dijo el Señor: Ve y compra una vasija de barro del alfarero(DA), y toma contigo[ac] a algunos de los ancianos del pueblo(DB) y de los ancianos de los sacerdotes(DC); y sal al valle de Ben-hinom(DD), que está a la entrada de la puerta de los tiestos, y proclama allí las palabras(DE) que yo te diré. Dirás: «Oíd la palabra del Señor, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén(DF). Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “He aquí, traeré tal calamidad sobre este lugar(DG), que a todo el que oiga de ella le retiñirán los oídos(DH). Porque me han abandonado(DI), han hecho extraño este lugar y han ofrecido sacrificios[ad](DJ) en él a otros dioses, que ni ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá habían conocido(DK), y han llenado este lugar de sangre de inocentes(DL), y han edificado los lugares altos de Baal para quemar a sus hijos en el fuego como holocaustos a Baal, cosa que nunca mandé, ni de la cual hablé, ni me pasó por la mente[ae](DM); por tanto, he aquí, vienen días —declara el Señor— cuando este lugar no se llamará más Tofet ni valle de Ben-hinom, sino Valle de la Matanza(DN). Y haré nulo el consejo(DO) de Judá y de Jerusalén en este lugar, y los haré caer a espada delante de sus enemigos(DP) y a mano de los que buscan su vida, y entregaré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra(DQ). También convertiré esta ciudad en desolación y burla; todo aquel que pase por ella se quedará atónito y silbará a causa de toda su destrucción[af](DR). Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su prójimo durante el sitio y en la aflicción con que les afligirán sus enemigos(DS) y los que buscan su vida”».

10 Entonces romperás la vasija(DT) a la vista de los hombres que te acompañen, 11 y les dirás: «Así dice el Señor de los ejércitos: “De igual manera romperé yo a este pueblo y a esta ciudad, como quien rompe una vasija de alfarero(DU), que no se puede reparar más; y los enterrarán en Tofet por no haber otro[ag] lugar donde enterrar(DV). 12 Así haré con este lugar y con sus habitantes —declara el Señor— poniendo esta ciudad como Tofet. 13 Y las casas de Jerusalén y las casas de los reyes(DW) de Judá serán como el lugar de Tofet(DX), inmundas, a causa de todas las casas en cuyos terrados ofrecieron sacrificios[ah] a todo el ejército del cielo(DY) y derramaron libaciones a otros dioses(DZ)”».

14 Y volvió Jeremías de Tofet, adonde lo había enviado el Señor a profetizar, y poniéndose en pie en el atrio de la casa del Señor(EA), dijo a todo el pueblo: 15 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «He aquí, voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas la calamidad que he declarado contra ella, porque han endurecido su cerviz para no escuchar mis palabras(EB)».

Profecía contra Pasur

20 Cuando el sacerdote Pasur, hijo de Imer(EC), que era el oficial principal(ED) en la casa del Señor, oyó a Jeremías profetizar estas cosas, hizo[ai] azotar(EE) al profeta Jeremías y lo puso en el cepo(EF) que estaba en la puerta superior de Benjamín(EG), la cual conducía a la casa del Señor. Y[aj] al día siguiente, cuando Pasur soltó a Jeremías del cepo, Jeremías le dijo: No es Pasur el nombre con que el Señor ahora te llama(EH), sino Magor-misabib[ak](EI). Porque así dice el Señor: «He aquí, te voy a convertir en terror para ti mismo y para todos tus amigos; ellos caerán por la espada de tus enemigos(EJ), y tus ojos lo verán. Entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, y él los llevará como desterrados a Babilonia y los matará(EK) a espada(EL). También entregaré toda la riqueza de esta ciudad, todos sus productos y cosas de gran valor(EM), y[al] todos los tesoros de los reyes de Judá, en manos de sus enemigos, que los saquearán, los tomarán y se los llevarán a Babilonia(EN). Y tú, Pasur(EO), con todos los moradores de tu casa, irás al cautiverio y entrarás en Babilonia; allí morirás(EP) y allí serás enterrado, tú y todos tus amigos a quienes has profetizado falsamente(EQ)».

Lamento del profeta

Me persuadiste[am], oh Señor, y quedé persuadido[an];
fuiste más fuerte que yo y prevaleciste(ER).
He sido el hazmerreír cada día(ES);
todos se burlan de mí(ET).
Porque cada vez que hablo, grito;
proclamo: ¡Violencia, destrucción(EU)!
Pues la palabra del Señor ha venido a ser para mí
oprobio y escarnio(EV) cada día.
Pero si digo: No le recordaré(EW)
ni hablaré más en su nombre,
esto se convierte dentro de mí[ao] como fuego ardiente
encerrado en mis huesos;
hago esfuerzos por contenerlo(EX),
y no puedo(EY).
10 Porque he oído las murmuraciones de muchos:
¡Terror por todas partes(EZ)!
¡Denunciadle, denunciémosle(FA)!
Todos mis amigos de confianza[ap](FB),
esperando mi caída, dicen:
Tal vez será persuadido[aq], prevaleceremos contra él
y tomaremos de él nuestra venganza(FC).
11 Pero el Señor está conmigo como campeón temible;
por tanto, mis perseguidores tropezarán y no prevalecerán(FD).
Quedarán muy avergonzados, pues no han triunfado(FE),
tendrán afrenta perpetua que nunca será olvidada(FF).
12 Oh Señor de los ejércitos, que pruebas al justo,
que ves las entrañas[ar] y el corazón,
vea yo tu venganza sobre[as] ellos(FG),
pues a ti he encomendado mi causa(FH).
13 Cantad al Señor, alabad al Señor(FI),
porque ha librado el alma del pobre
de manos de los malvados(FJ).

14 Maldito el día en que nací;
el día en que me dio a luz mi madre no sea bendito(FK).
15 Maldito el hombre que dio la noticia
a mi padre, diciendo:
¡Te ha nacido un hijo varón!,
haciéndolo muy feliz(FL).
16 Sea ese hombre como las ciudades
que el Señor destruyó(FM) sin piedad[at];
oiga gritos de mañana
y alaridos[au](FN) al mediodía,
17 porque no me mató en[av] el vientre
para que mi madre hubiera sido mi sepultura,
y su vientre embarazado para siempre(FO).
18 ¿Por qué salí del vientre
para ver pena y aflicción(FP),
y que acaben en vergüenza(FQ) mis días(FR)?

Footnotes

  1. Jeremías 17:1 Lit., corindón
  2. Jeremías 17:1 Así en muchos mss. y versiones antiguas; en el T.M., vuestros
  3. Jeremías 17:2 I.e., símbolos de madera de una deidad femenina
  4. Jeremías 17:3 Lit., en todas tus fronteras
  5. Jeremías 17:5 Lit., brazo
  6. Jeremías 17:10 Lit., riñones
  7. Jeremías 17:11 Lit., en su
  8. Jeremías 17:13 Lit., de mí
  9. Jeremías 17:13 Lit., en la tierra
  10. Jeremías 17:16 Lit., pastor en pos de ti
  11. Jeremías 17:26 I.e., región del sur
  12. Jeremías 17:27 O, las fortalezas
  13. Jeremías 18:3 Lit., un par de discos de piedra
  14. Jeremías 18:10 Lit., hacerle bien
  15. Jeremías 18:11 Lit., haced buenos
  16. Jeremías 18:13 Lit., cosas semejantes
  17. Jeremías 18:14 Lit., serán arrebatadas
  18. Jeremías 18:14 O, extranjeras
  19. Jeremías 18:15 Lit., a la vanidad
  20. Jeremías 18:15 Lit., y los hicieron tropezar
  21. Jeremías 18:15 O, en
  22. Jeremías 18:15 O, en
  23. Jeremías 18:17 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., les miraré
  24. Jeremías 18:19 Lit., la voz de
  25. Jeremías 18:20 Lit., para mi alma
  26. Jeremías 18:21 Lit., a las manos
  27. Jeremías 18:23 Lit., cubras
  28. Jeremías 18:23 Lit., aquellos hechos para tropezar
  29. Jeremías 19:1 Así en algunas versiones antiguas; el texto heb. omite: toma contigo
  30. Jeremías 19:4 O, quemado incienso
  31. Jeremías 19:5 Lit., mi corazón
  32. Jeremías 19:8 Lit., todos sus golpes
  33. Jeremías 19:11 O, hasta que no quede
  34. Jeremías 19:13 O, quemaron incienso
  35. Jeremías 20:2 Lit., Pasur hizo
  36. Jeremías 20:3 Lit., Y sucedió que
  37. Jeremías 20:3 I.e., terror por todas partes
  38. Jeremías 20:5 Lit., y entregaré
  39. Jeremías 20:7 O, engañaste
  40. Jeremías 20:7 O, engañado
  41. Jeremías 20:9 Lit., en mi corazón
  42. Jeremías 20:10 Lit., Cada hombre de mi paz
  43. Jeremías 20:10 O, engañado
  44. Jeremías 20:12 Lit., los riñones
  45. Jeremías 20:12 Lit., de
  46. Jeremías 20:16 Lit., sin que le pesara
  47. Jeremías 20:16 O, trompetazo
  48. Jeremías 20:17 Lit., desde

El pecado en el corazón de Judá

17 «El pecado de Judá está grabado con cincel de hierro y con punta de diamante. ¡Está esculpido en la tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares! Sus hijos, por su parte, evocan sus altares y sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos, en las altas colinas, en las montañas y en los campos. Por causa del pecado que han cometido en los lugares altos de todo tu territorio, yo entregaré al pillaje todos tus tesoros. Ustedes perderán la heredad que les entregué, y los haré esclavos de sus enemigos en un país que no conocían, porque han encendido el fuego de mi enojo, y en ascuas se mantendrá siempre.»

Así ha dicho el Señor:

«Maldito el hombre que confía en otro hombre; que finca su fuerza en un ser humano, y aparta de mí su corazón. Ese hombre será como la retama en el desierto: Cuando el bien llegue, no lo verá; al contrario, vivirá en los sequedales del desierto, en lugares completamente despoblados.

»Pero bendito el hombre que confía en mí, que soy el Señor, y que en mí pone su confianza. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos;(A) echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da cuenta cuando llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto.»

El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce?

10 «Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la mente y pongo a prueba el corazón;(B) que pago a cada uno según su conducta(C) y según el resultado de sus obras.»

11 El que amontona riquezas mal habidas se parece a la perdiz, que cubre los huevos que no puso. A la mitad de su vida pierde esas riquezas, y al final se queda como un tonto.

12 Desde el principio, nuestro santuario es un lugar excelso; ¡es el trono de la gloria!

13 Señor, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados; los que se apartan de mí serán como nombres escritos en la arena, por haber abandonado al Señor, que es manantial de aguas vivas.

14 ¡Sáname, Señor, y recobraré la salud! ¡Sálvame, y quedaré a salvo! ¡Tú eres la razón de mi alabanza! 15 No falta quien me diga: «¿Dónde están las amenazas del Señor? ¡Que se cumplan ya!» 16 Pero yo no te he seguido para incitarte a que los castigues, ni les he deseado tiempos de calamidad. Tú bien sabes lo que he dicho, pues lo dije en tu presencia. 17 No me llenes de terror, pues tú eres mi refugio en momentos difíciles. 18 No me pongas en vergüenza; más bien, pon en vergüenza a los que me persiguen. No me aterrorices; más bien, aterrorízalos a ellos. ¡Descarga sobre ellos la calamidad, y despedázalos por completo!

Observancia del día de reposo

19 Así me ha dicho el Señor:

«Ve y párate en la puerta principal de la ciudad, por donde entran y salen los reyes de Judá. Luego ve y párate en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: “Ustedes, los reyes de Judá, y todos ustedes, habitantes de Judá y de Jerusalén, que entran por estas puertas: ¡Oigan la palabra del Señor! 21 El Señor ha dicho: Si en algo aprecian su vida, absténganse de llevar cargas en el día de reposo y de meterlas por las puertas de Jerusalén.(D) 22 En el día de reposo no deben sacar ninguna carga de sus casas, ni hacer ningún trabajo. Más bien, deben santificar el día de reposo, tal y como se lo ordené a sus padres.(E) 23 Pero ellos no me hicieron caso. No inclinaron su oído. Al contrario, se encapricharon y no quisieron oír ni recibir ninguna corrección.

24 ”Sin embargo, si ustedes me obedecen, y en el día de reposo no meten ninguna carga por las puertas de esta ciudad, sino que el día de reposo lo santifican y no hacen ningún trabajo en él,

—Palabra del Señor

25 ”los reyes y los príncipes que ocupan el trono de David entrarán por las puertas de esta ciudad en carros y en caballos, lo mismo que sus príncipes, los varones de Judá y los habitantes de Jerusalén. Y esta ciudad será habitada para siempre. 26 Muchos vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, así como de la tierra de Benjamín y de la Sefela, de los montes y del Néguev, y traerán a la casa del Señor holocaustos, sacrificios, ofrendas, incienso y sacrificios de alabanza. 27 Pero si no me obedecen ni santifican el día de reposo, y siguen trayendo y metiendo cargas por las puertas de Jerusalén en día de reposo, yo les pondré fuego a sus puertas, y ese fuego no se apagará, sino que consumirá los palacios de Jerusalén.”»

La señal del alfarero y el barro

18 La palabra del Señor vino a mí, Jeremías, y me dijo:

«Levántate y ve a la casa del alfarero. Allí te daré un mensaje.»

Yo me dirigí a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando sobre el torno. La vasija de barro que él hacía se deshizo en su mano, así que él volvió a hacer otra vasija, tal y como él quería hacerla. Entonces la palabra del Señor vino a mí, y me dijo:

«Casa de Israel, ¿acaso no puedo yo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero? Ustedes, casa de Israel, son en mi mano como el barro en la mano del alfarero.

—Palabra del Señor.

»En cualquier momento puedo decir, de algún pueblo o reino, que lo voy a arrancar, derribar, o destruir. Pero si ese pueblo o reino se aparta de su maldad, contra la cual hablé, yo desistiré del daño que había pensado hacerles.

»En cualquier momento puedo también decir, de algún pueblo o reino, que lo voy a edificar y plantar. 10 Pero si ese pueblo o reino hace lo malo ante mis ojos, y no me obedece, yo dejaré de hacerles el bien que había pensado hacerles.

11 »Así que ve y habla con todos los habitantes de Judá y de Jerusalén, y diles de mi parte que yo, el Señor, ya he tomado una decisión, y que ahora me dispongo a castigarlos. Que se aparten ya de su mal camino, y que mejoren su conducta y sus acciones.»

12 Pero ellos dijeron:

«No hay caso. Iremos en pos de nuestros ídolos, y cada uno de nosotros seguirá las intenciones de su malvado corazón.»

13 Por lo tanto, así ha dicho el Señor:

«Pregunten ahora entre las naciones, cuál de ellas ha sabido de algo parecido. ¡Lo que ha hecho la virginal Israel es horrible! 14 ¿Alguna vez falta la nieve del Líbano sobre las piedras del campo? ¿O llegan a faltar las heladas aguas que bajan de lejanas tierras? 15 En cambio, mi pueblo me ha olvidado y ha ofrecido incienso a dioses falsos; ha tropezado en sus caminos, en las sendas de siempre, y anda por atajos y no por el camino principal; 16 han convertido su país en un terreno desolado, del que todos se burlan; todos los que pasan mueven la cabeza y apenas dan crédito a lo que ven. 17 Cuando llegue el desastre, les daré la espalda, y como el viento solano los esparciré delante de sus enemigos.»

Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

18 Ellos dijeron:

«Vengan y hagamos planes en contra de Jeremías. Sacerdotes que nos guíen no habrán de faltarnos, ni tampoco sabios que nos aconsejen ni profetas que nos hablen. Vengan, vamos a atacarlo de palabra, y no hagamos caso a lo que dice.»

19 Señor, posa tus ojos en mí, y escucha lo que dicen los que contienden conmigo. 20 Acuérdate de que yo intercedí ante ti en favor de ellos, para que tú nos los castigaras. ¿Merezco que me paguen mal por hacerles bien? Sin embargo, ¡me han cavado una tumba! 21 Por eso, ¡deja que sus hijos se mueran de hambre! ¡Dispérsalos por causa de la guerra! ¡Que se queden viudas sus mujeres, y sin hijos! ¡Que sus maridos sean condenados a muerte, y que sus jóvenes mueran a filo de espada en la guerra! 22 ¡Que se oiga clamor en sus casas, cuando de pronto lances contra ellos un ejército! Porque, para atraparme, ellos cavaron un hoyo y me tendieron una trampa. 23 Pero tú, Señor, conoces todos sus planes para matarme; ¡no los perdones por su maldad, ni borres delante de ti su pecado! En tu enojo, ¡hazlos tropezar en tu presencia!

La señal de la vasija rota

19 Así dijo el Señor:

«Ve y compra del alfarero una vasija de barro. Lleva contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes. Luego saldrás al valle de Ben Jinón,(F) que está a la entrada de la puerta oriental, y allí proclamarás esto que voy a decirte: “Reyes de Judá, y habitantes de Jerusalén, ¡oigan la palabra del Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo voy a traer sobre este lugar tal calamidad, que a todo el que lo sepa le zumbarán los oídos. Ustedes me han abandonado. Han profanado este lugar al ofrecer en él incienso a dioses ajenos, dioses que ni ustedes ni sus padres conocieron, ni tampoco los reyes de Judá, y lo han llenado con la sangre de gente inocente. Construyeron altares a Baal, y allí le ofrecieron a sus hijos en holocausto;(G) lo cual nunca les mandé, ni lo mencioné ni me vino a la mente. Por lo tanto, vienen días cuando este lugar no volverá a llamarse Tofet, ni valle de Ben Jinón, sino Valle de la Matanza.”

—Palabra del Señor.

»Yo frustraré en este lugar los planes de Judá y de Jerusalén, y delante de sus enemigos los haré caer a filo de espada; los pondré en las manos de los que buscan matarlos, y dejaré que sus cuerpos les sirvan de alimento a las aves de rapiña y a los animales salvajes. Haré de esta ciudad un motivo de espanto y de burla. Todos los que pasen por ella quedarán asombrados y se burlarán de su total destrucción. Será tal el asedio y las angustias que les harán pasar sus enemigos, los que buscan matarlos, que todos ustedes se comerán la carne misma de sus hijos e hijas, y aun la carne de sus amigos.

10 »Entonces, en presencia de tus acompañantes, harás pedazos la vasija 11 y les dirás que yo, el Señor de los ejércitos, he decidido hacer pedazos a este pueblo y a esta ciudad, como quien hace pedazos una vasija de barro. ¡Nunca más volverán a ser lo que fueron! Y los enterrarán en Tofet, porque no habrá otro lugar donde los entierren. 12 Eso es lo que voy a hacer con este lugar. Haré con esta ciudad y con sus habitantes lo mismo que hice con Tofet.

—Palabra del Señor.

13 »Puesto que sobre los tejados de todas sus casas ofrecieron incienso a todas las huestes celestiales, y derramaron libaciones en honor a dioses ajenos, todas las casas de Jerusalén y de los reyes de Judá quedarán impuras, como impuro quedó Tofet.»

14 Luego Jeremías volvió de Tofet, adonde el Señor lo había enviado a profetizar, y en el atrio de la casa del Señor se puso de pie y le dijo a todo el pueblo:

15 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Esta ciudad, y todas las villas que la rodean, se han encaprichado y no quieren oír mis palabras. Por eso, voy a traer sobre ella todo el mal que le había anunciado.”»

Profecía contra Pasjur

20 El sacerdote Pasjur hijo de Imer oyó a Jeremías cuando éste profetizaba estas palabras. Entonces, como era sacerdote y el jefe principal de la casa del Señor, mandó que azotaran a Jeremías y lo pusieran en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa del Señor. Un día después, Pasjur mandó que sacaran del cepo a Jeremías. Entonces Jeremías le dijo:

«Para el Señor, tu nombre ya no es Pasjur, sino Magor Misabib.[a] Porque así ha dicho el Señor: “Voy a hacer de ti un motivo de terror, lo mismo para ti que para todos los que te quieren, Éstos morirán por la espada de sus enemigos, y tú mismo serás testigo. Pondré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, y éste los llevará cautivos a su país, y allá los matará a filo de espada. También pondré en sus manos todas las riquezas de esta ciudad que han acumulado, y todas sus cosas preciosas. Todos los tesoros de los reyes de Judá los pondré en manos de sus enemigos, y éstos los saquearán, se los apropiarán y se los llevarán a Babilonia. Y tú, Pasjur, serás llevado cautivo, junto con todos los habitantes de tu casa. Llegarás a Babilonia, y allí morirás y serás enterrado, junto con todos los que te quieren, a los cuales has engañado con tus profecías.”»

Lamento de Jeremías

Tú, Señor, me sedujiste, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. Todos los días se me ofende; todo el mundo se burla de mí. Cada vez que hablo, levanto la voz y grito «¡Violencia! ¡Destrucción!» No hay día, Señor, en que tu palabra no sea para mí motivo de afrenta y de escarnio. Me había propuesto no pensar más en ti, ni hablar más en tu nombre, ¡pero en mi corazón se prendía un fuego ardiente que me calaba hasta los huesos! Traté de soportarlo, pero no pude. 10 Muchos murmuran, y puedo oír que dicen: «¡Denunciémoslo! ¡Denunciemos al que grita “Terror por todas partes”!» Todos mis amigos esperan verme claudicar. Hasta dicen: «Tal vez podamos engañarlo. Así lo venceremos y tomaremos de él venganza.» 11 Pero tú, Señor, estás conmigo, como un poderoso guerrero. Eso hará que mis perseguidores tropiecen y no logren vencerme. Quedarán grandemente avergonzados, y no lograrán triunfar. Tan grande será su confusión, que jamás será olvidada. 12 Señor de los ejércitos, que pones a prueba a los justos, que examinas el corazón y los pensamientos, ¡permíteme ver cómo te vengas de ellos, pues en tus manos he puesto mi causa!

13 ¡Canten salmos al Señor!
¡Cántenle alabanzas!
¡El Señor es quien libra al pobre
de morir a manos de los malignos!

14 ¡Pero maldito sea el día en que nací!(H)
¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito aquel que le anunció a mi padre
«¡Felicidades! ¡Ya tienes un varoncito!»
16 ¡Que sea ese hombre como las ciudades
que el Señor destruyó sin misericordia!
¡Que en la mañana y al mediodía
oiga gritos que le anuncien el peligro!

17 Si el Señor no me hubiera dejado nacer,
mi madre habría sido mi sepulcro;
¡me habría quedado en su vientre para siempre!
18 ¿Para qué salí del vientre?
¿Sólo para ver trabajos y penurias,
y para pasar mi vida en medio de afrentas?

Footnotes

  1. Jeremías 20:3 Es decir, Terror por todas partes.