Add parallel Print Page Options

lo adornan con oro y plata, y luego con clavos y martillo lo colocan firme en su sitio para que no se caiga, y allí permanece el dios de ellos como espantapájaros en un huerto. No sabe hablar, y hay que transportarlo pues no puede andar. No teman a un dios así, pues no puede ni perjudicar ni ayudar.

¡Oh Señor, no hay otro Dios como tú! Porque grande eres, y poderoso y de gran fama tu nombre.

Read full chapter