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Aun la cigüeña en el cielo
    conoce sus estaciones;
la tórtola, la golondrina y la grulla
    saben cuándo deben emigrar.
Pero mi pueblo no conoce
    las leyes del Señor.

»”¿Cómo os atrevéis a decir:
    ‘Somos sabios; la ley del Señor nos apoya’,
si la pluma engañosa de los escribas
    la ha falsificado?
Los sabios serán avergonzados,
    serán atrapados y abatidos.
Si han rechazado la palabra del Señor,
    ¿qué sabiduría pueden tener?

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