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31 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo.

Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas. Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas. Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sion, a Jehová nuestro Dios.

Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel. He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá. Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito.

10 Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño. 11 Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. 12 Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. 13 Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. 14 Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.

15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos,(A) y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.(B)

16 Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. 17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. 18 Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. 19 Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud. 20 ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.

21 Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. 22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón.

23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo. 24 Y habitará allí Judá, y también en todas sus ciudades labradores, y los que van con rebaño. 25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.

26 En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.

El nuevo pacto

27 He aquí vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28 Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová. 29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera,(C) 30 sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto(D) con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;(E) y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.(F)(G)

35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: 36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

38 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo. 39 Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa. 40 Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

31 «En aquel tiempo —afirma el Señor—, seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo».

Así dice el Señor:

«El pueblo que escapó de la espada
    ha hallado gracia en el desierto;
    Israel va en busca de su reposo».

Hace mucho tiempo[a] se me apareció el Señor y me dijo:

«Con amor eterno te he amado;
    por eso te he prolongado mi fidelidad,
    oh virginal Israel.
Te edificaré de nuevo;
    ¡sí, serás reedificada!
De nuevo tomarás panderos
    y saldrás a bailar con alegría.
Volverás a plantar viñedos
    en las colinas de Samaria
y, quienes los planten,
    gozarán de sus frutos.
Vendrá un día en que los centinelas
    gritarán por las colinas de Efraín:
“¡Vengan, subamos a Sión,
    al Señor nuestro Dios!”».

Así dice el Señor:

«Canten jubilosos en honor de Jacob;
    griten de alegría por la mejor de las naciones.
Hagan oír sus alabanzas y clamen:
    “¡Salva, Señor, a tu pueblo!
    ¡Salva al remanente de Israel!”.
Yo los traeré del país del norte;
    los reuniré de los confines de la tierra.
    ¡Volverá una gran multitud!
Entre ellos vendrán ciegos y cojos,
    embarazadas y parturientas.
Entre llantos vendrán
    y entre consuelos los conduciré.
Los guiaré a corrientes de agua
    por un camino llano en el que no tropezarán.
Yo soy el padre de Israel;
    mi primogénito es Efraín.

10 »Naciones, escuchen la palabra del Señor,
    y anuncien en las costas más lejanas:
“El que dispersó a Israel, lo reunirá;
    lo cuidará como un pastor a su rebaño”.
11 Porque el Señor rescató a Jacob;
    lo redimió de una mano más poderosa que él.
12 Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión;
    disfrutarán de las bondades del Señor:
el trigo, el vino nuevo y el aceite,
    las crías de las ovejas y las vacas.
Serán como un jardín bien regado,
    y no volverán a desfallecer.
13 Entonces las jóvenes danzarán con alegría
    y los jóvenes junto con los ancianos.
Convertiré su duelo en gozo y los consolaré;
    transformaré su dolor en alegría.
14 Colmaré de abundancia a los sacerdotes,
    y saciaré con mis bienes a mi pueblo»,
    afirma el Señor.

15 Así dice el Señor:

«Se oye un grito en Ramá,
    lamentos y amargo llanto.
Es Raquel que llora por sus hijos
    y no quiere ser consolada.
    ¡Sus hijos ya no existen!».

16 Así dice el Señor:

«Reprime tu llanto,
    las lágrimas de tus ojos,
pues tus obras tendrán su recompensa:
    tus hijos volverán del país enemigo»,
    afirma el Señor.
17 «Se vislumbra esperanza en tu futuro:
    tus hijos volverán a su patria»,
    afirma el Señor.

18 «Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín:
    “Me has azotado como a un ternero sin domar
    y he aceptado tu corrección.
Hazme volver, y seré restaurado;
    porque tú, Señor, eres mi Dios.
19 Yo me aparté,
    pero me arrepentí;
al comprenderlo
    me di golpes de pecho.[b]
Me siento avergonzado y humillado
    porque cargo con la deshonra de mi juventud”.
20 ¿Acaso no es Efraín mi hijo amado?
    ¿Acaso no es el niño en quien me deleito?
Cada vez que lo reprendo,
    vuelvo a acordarme de él.
Por él mi corazón se conmueve;
    por él siento mucha compasión»,
    afirma el Señor.

21 «Ponte señales en el camino,
    coloca marcas por donde pasaste,
    fíjate bien en el sendero.
¡Vuelve, virginal Israel;
    vuelve a tus ciudades!
22 ¿Hasta cuándo andarás errante,
    hija infiel?
El Señor creará algo nuevo en la tierra,
    la mujer regresará a su esposo».[c]

23 Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «Cuando yo los haga volver del cautiverio,[d] en la tierra de Judá y en sus ciudades volverá a decirse: “Que el Señor te bendiga, morada de justicia, monte santo”. 24 Allí habitarán juntos Judá y todas sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños. 25 Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados».

26 En ese momento me desperté y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.

27 «Vienen días —afirma el Señor—, en que sembraré en Israel y en Judá la simiente de hombres y de animales. 28 Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar», afirma el Señor. 29 «En aquellos días no volverá a decirse:

»“Los padres comieron uvas agrias
    y a los hijos les duelen los dientes”.

30 Al contrario, al que coma las uvas agrias le dolerán los dientes; es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad.

31 »Vienen días»,
    afirma el Señor,
«en que haré un nuevo pacto
    con Israel y con Judá.
32 No será un pacto
    como el que hice con sus antepasados
el día en que los tomé de la mano
    y los saqué de Egipto,
ya que ellos lo quebrantaron
    a pesar de que yo era su esposo»,
    afirma el Señor.
33 «Este es el pacto que después de aquel tiempo
    haré con el pueblo de Israel», afirma el Señor.
«Pondré mi Ley en su mente
    y la escribiré en su corazón.
Yo seré su Dios
    y ellos serán mi pueblo.
34 Ya nadie tendrá que enseñar a su prójimo;
    tampoco dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”,
porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande,
    me conocerán»,
    afirma el Señor.
«Porque yo perdonaré su iniquidad
    y nunca más me acordaré de sus pecados».

35 Así dice el Señor,

cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos,
quien estableció el sol
    para alumbrar el día,
la luna y las estrellas
    para alumbrar la noche
y agita el mar
    para que rujan sus olas:
36 «Si alguna vez fallaran estos estatutos»,
    afirma el Señor,
«entonces la descendencia de Israel
    ya nunca más sería mi nación especial».

37 Así dice el Señor:

«Si se pudieran medir los cielos en lo alto,
    y en lo bajo explorar los cimientos de la tierra,
entonces yo rechazaría a la descendencia de Israel
    por todo lo que ha hecho»,
    afirma el Señor.

38 «Vienen días —afirma el Señor—, en que la ciudad del Señor será reconstruida, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la Esquina. 39 El cordel para medir se extenderá en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego girará hacia Goa. 40 Todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al Señor. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!».

Footnotes

  1. 31:3 Hace mucho tiempo. Alt. Desde lejos.
  2. 31:19 de pecho. Lit. en el muslo.
  3. 31:22 regresará a su esposo. Frase de difícil traducción.
  4. 31:23 los haga volver del cautiverio. Alt. les restaure su fortuna.

Gozo en lugar de duelo

31 En aquel tiempo —declara el Señor— yo seré el Dios de todas las familias de Israel(A), y ellos serán mi pueblo(B). Así dice el Señor(C):

Ha hallado gracia en el desierto
el pueblo que escapó[a] de la espada,
Israel, cuando iba en busca de su reposo(D).
Desde lejos el Señor se le[b] apareció, diciendo:
Con amor eterno te he amado(E),
por eso te he atraído con misericordia(F).
De nuevo te edificaré, y serás reedificada,
virgen de Israel(G);
de nuevo tomarás[c] tus panderos(H),
y saldrás a las danzas con[d] los que se divierten(I).
De nuevo plantarás viñas
en los montes de Samaria;
los plantadores las plantarán
y las disfrutarán[e](J).
Porque habrá un día en que clamarán los guardas
en la región montañosa de Efraín:
«Levantaos y subamos a Sión,
al Señor nuestro Dios(K)».

Porque así dice el Señor:

Gritad con alegría por Jacob(L),
y dad voces por la primera de las naciones(M);
proclamad, dad alabanza, y decid:
«Oh Señor, salva a tu pueblo(N),
al remanente de Israel(O)».
He aquí, yo los traigo del país del norte(P),
y los reuniré de los confines de la tierra(Q),
entre ellos los ciegos(R) y los cojos,
la mujer encinta y también la que está dando a luz;
una gran compañía[f] volverá acá(S).
Con llanto vendrán(T),
y entre súplicas los guiaré;
los haré andar junto a arroyos de aguas(U),
por camino derecho en el cual no tropezarán(V);
porque soy un padre(W) para Israel,
y Efraín es mi primogénito(X).

10 Oíd, naciones, la palabra del Señor,
anunciad en las costas lejanas(Y),
y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá(Z),
y lo guardará como un pastor a su rebaño(AA).
11 Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
y lo ha redimido de manos más fuertes(AB) que él(AC).
12 Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sión(AD),
y radiarán de gozo por la bondad(AE) del Señor(AF):
por el grano, por el vino y por el aceite(AG),
y por las crías de las ovejas y de las vacas(AH).
Su alma será como huerto regado(AI),
y nunca más languidecerán(AJ).
13 Entonces la virgen se alegrará en la danza,
y los jóvenes y los ancianos(AK) a una;
cambiaré su duelo en gozo(AL),
los consolaré y los alegraré de su tristeza(AM).
14 Y llenaré[g] con abundancia[h] el alma(AN) de los sacerdotes,
y mi pueblo se saciará de mi bondad —declara el Señor.

15 Así dice el Señor:

Se oye una voz en Ramá(AO),
lamento y llanto amargo(AP).
Raquel llora por sus hijos;
rehúsa ser consolada, por sus hijos(AQ)
que ya no existen(AR).

16 Así dice el Señor:

Reprime tu voz del llanto,
y tus ojos de las lágrimas(AS);
hay pago para tu trabajo(AT) —declara el Señor—,
pues volverán de la tierra(AU) del enemigo.
17 Y hay esperanza para tu porvenir —declara el Señor(AV)—,
los hijos volverán a su territorio.
18 Ciertamente he oído a Efraín lamentarse(AW):
«Me has castigado(AX), y castigado fui
como becerro indómito(AY).
Hazme volver para que sea restaurado(AZ),
pues tú, Señor, eres mi Dios.
19 Porque después que me aparté[i], me arrepentí(BA),
y después que comprendí, me di golpes en el muslo(BB);
me avergoncé y también me humillé,
porque llevaba el oprobio de mi juventud(BC)».
20 ¿No es Efraín mi hijo amado?
¿No es un niño encantador?
Pues siempre que hablo contra él,
lo recuerdo aún más;
por eso mis entrañas se conmueven por él(BD),
ciertamente tendré de él misericordia(BE) —declara el Señor.

21 Levanta para ti señales(BF),
coloca para ti majanos(BG);
presta atención[j] a la calzada,
al camino que anduviste.
Vuelve, virgen de Israel,
vuelve a estas tus ciudades.
22 ¿Hasta cuándo andarás errante,
hija infiel(BH)?
Porque el Señor ha creado algo nuevo en la tierra:
la mujer rodeará al hombre.

23 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez hablarán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo restaure su bienestar[k](BI):

«El Señor te bendiga, morada de justicia(BJ),
monte santo(BK)».

24 Y morarán juntamente en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que van con los rebaños(BL). 25 Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar[l] a toda alma atribulada(BM). 26 En esto me desperté(BN) y miré, y mi sueño me resultó agradable(BO).

El nuevo pacto

27 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal(BP). 28 Y[m] como velé sobre ellos para arrancar y para derribar, para derrocar, para destruir y para traer calamidad(BQ), así velaré sobre ellos para edificar y para plantar(BR) —declara el Señor. 29 En aquellos días no dirán más:

«Los padres comieron uvas agrias,
y los dientes de los hijos tienen dentera[n](BS)»,

30 sino que cada cual por su propia iniquidad(BT) morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera[o]. 31 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto(BU), 32 no como el pacto(BV) que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra(BW) de Egipto, mi pacto que ellos rompieron(BX), aunque fui un esposo para ellos —declara el Señor; 33 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré(BY); y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo(BZ). 34 Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo(CA) y cada cual a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor», porque todos me conocerán(CB), desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor— pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado(CC).

35 Así dice el Señor,

el que da el sol para luz del día,
y las leyes[p] de la luna y de las estrellas para luz de la noche(CD),
el que agita el mar para que bramen sus olas;
el Señor de los ejércitos es su nombre(CE):
36 Si se apartan estas leyes[q](CF)
de mi presencia —declara el Señor
también la descendencia de Israel dejará
de ser nación en mi presencia para siempre[r](CG).

37 Así dice el Señor:

Si los cielos arriba pueden medirse,
y explorarse abajo los cimientos de la tierra(CH),
también yo desecharé toda la descendencia de Israel
por todo lo que hicieron —declara el Señor(CI).

38 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que la ciudad será reedificada(CJ) para el Señor, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo(CK). 39 Y el cordel de medir(CL) saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. 40 Y todo el valle de los cadáveres(CM) y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón(CN), hasta la esquina de la puerta de los Caballos(CO) hacia el oriente, serán santos al Señor(CP). La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.

Footnotes

  1. Jeremías 31:2 O, sobrevivió
  2. Jeremías 31:3 Lit., me
  3. Jeremías 31:4 O, serás adornada otra vez con
  4. Jeremías 31:4 Lit., de
  5. Jeremías 31:5 Lit., profanarán
  6. Jeremías 31:8 O, asamblea
  7. Jeremías 31:14 Lit., saturaré
  8. Jeremías 31:14 Lit., grosura
  9. Jeremías 31:19 O, volví
  10. Jeremías 31:21 Lit., dirige tu corazón
  11. Jeremías 31:23 O, haga volver a sus cautivos
  12. Jeremías 31:25 Lit., llenaré
  13. Jeremías 31:28 Lit., Y sucederá que
  14. Jeremías 31:29 O, están embotados
  15. Jeremías 31:30 O, estarán embotados
  16. Jeremías 31:35 Lit., los estatutos
  17. Jeremías 31:36 Lit., los estatutos
  18. Jeremías 31:36 Lit., todos los días

Regreso de los israelitas a su patria

31 El Señor afirma: «En ese tiempo yo seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo.»

El Señor dice:
«En el desierto me mostré bondadoso
con el pueblo que escapó de la muerte.
Cuando Israel buscaba un lugar de descanso,
yo me aparecí a él de lejos.
Yo te he amado con amor eterno;
por eso te sigo tratando con bondad.
Te reconstruiré, Israel.
De nuevo vendrás con panderetas
a bailar alegremente.
Volverás a plantar viñedos
en las colinas de Samaria,
y los que planten viñas
gozarán de sus frutos.
Porque vendrá un día en que los centinelas
gritarán en las colinas de Efraín:
“Vengan ustedes, vamos a Sión,
al Señor nuestro Dios.”»

El Señor dice:
«Canten de gozo y alegría por el pueblo de Jacob,
la principal entre todas las naciones.
Hagan oír sus alabanzas y digan:
“El Señor salvó a su pueblo,
lo que quedaba de Israel.”
Voy a hacerlos volver del país del norte,
y a reunirlos del último rincón del mundo.
Con ellos vendrán los ciegos y los cojos,
las mujeres embarazadas y las que ya dieron a luz;
¡volverá una enorme multitud!
Vendrán orando y llorando.
Yo los llevaré a corrientes de agua,
por un camino llano, donde no tropiecen.
Pues soy el padre de Israel,
y Efraín es mi hijo mayor.

10 »Naciones, escuchen la palabra del Señor
y anuncien en las costas lejanas:
“El Señor dispersó a Israel,
pero lo reunirá y lo cuidará
como cuida el pastor a sus ovejas.”
11 Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob,
lo libró de una nación más poderosa.

12 »Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión,
se deleitarán con los beneficios del Señor:
el trigo, el vino y el aceite,
las ovejas y las reses.
Serán como una huerta bien regada,
y no volverán a perder las fuerzas.
13 Las muchachas bailarán alegremente,
lo mismo que los jóvenes y los viejos.
Yo les daré consuelo:
convertiré su llanto en alegría,
y les daré una alegría mayor que su dolor.
14 Haré que los sacerdotes coman los mejores alimentos
y que mi pueblo disfrute en abundancia de mis bienes.
Yo, el Señor, lo afirmo.»

15 El Señor dice:
«Se oye una voz en Ramá,
de alguien que llora amargamente.
Es Raquel, que llora por sus hijos,
y no quiere ser consolada
porque ya están muertos.»

16 Pero el Señor le dice:
«Raquel, no llores más;
ya no derrames tus lágrimas,
pues tus penas tendrán su recompensa:
tus hijos volverán del país enemigo.
Yo, el Señor, lo afirmo.
17 Hay una esperanza para tu futuro:
tus hijos volverán a su patria.
Yo, el Señor, lo afirmo.
18 He oído al pueblo de Efraín quejarse amargamente:
“Yo era como un novillo sin domar,
pero tú me has domado;
hazme volver a ti,
pues tú eres el Señor, mi Dios.
19 Yo me aparté de ti,
pero estoy arrepentido;
he reconocido mi pecado
y me doy golpes en el muslo;
me siento avergonzado y humillado
por los pecados de mi juventud.”

20 »El pueblo de Efraín es para mí un hijo amado;
es el hijo que más quiero.
Aun cuando lo reprendo,
no dejo de acordarme de él;
mi corazón se conmueve
y siento por él gran compasión.
Yo, el Señor, lo afirmo.

21 »Israel, marca con señales el camino,
para que vuelvas a encontrarlo fácilmente;
fíjate bien en el camino que anduviste.
¡Vuelve, pueblo de Israel,
vuelve a tus ciudades!
22 ¿Hasta cuándo vas a ir de un lado a otro,
como una hija descarriada?
Yo, el Señor, he creado algo nuevo en este mundo:
una mujer que corteja a un hombre.»

Prosperidad futura de Israel

23 El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: «Cuando yo cambie la suerte de la gente de Judá, y ellos estén de nuevo en su tierra y en sus ciudades, dirán otra vez: “¡Que el Señor bendiga este monte santo donde habita la justicia!” 24 La gente de Judá y de sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños vivirán ahí. 25 Pues daré de comer y de beber en abundancia a los que estén cansados y sin fuerzas.»

26 En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.

27 El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré que hombres y animales abunden en Israel y en Judá. 28 Y así como estuve atento para arrancar, derribar, echar abajo, destruir y causar daños, así también estaré vigilante para construir y plantar. Yo, el Señor, lo afirmo.

29 »En aquel tiempo no volverá a decirse: “Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes.” 30 Porque será que a quien coma uvas agrias, a ése se le destemplarán los dientes. Cada cual morirá por su propio pecado.»

31 El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré una nueva alianza con Israel y con Judá. 32 Esta alianza no será como la que hice con sus antepasados, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; porque ellos quebrantaron mi alianza, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor, lo afirmo. 33 Ésta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.»

35 El Señor, que puso el sol para alumbrar de día
y la luna y las estrellas para alumbrar de noche,
que hace que el mar se agite y rujan sus olas,
que tiene por nombre el Señor todopoderoso, dice:
36 «Si un día llegaran a fallar
estas leyes que he establecido,
ese día Israel dejaría de ser mi pueblo.
Yo, el Señor, lo afirmo.
37 Si un día se llegara a medir el cielo
y a explorar la tierra hasta sus cimientos,
ese día yo rechazaría a Israel
por todo lo que ha hecho.
Yo, el Señor, lo afirmo.»

38 El Señor afirma: «Vendrá un día en que mi ciudad será reconstruida, desde la torre de Hananel hasta la Puerta del Ángulo. 39 Los límites irán, en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego torcerán hacia Goá. 40 Todo el valle donde se entierra a los muertos y se tira la ceniza, y todos los campos que están encima del arroyo Cedrón hasta el ángulo de la Puerta de los Caballos, al oriente, me estarán consagrados, y todo esto no volverá jamás a ser derribado ni destruido.»