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10 Así que el Señor dice a su pueblo:
«A ustedes les encanta andar lejos de mí
    y no se han contenido.
Por lo tanto, no los aceptaré más como mi pueblo;
    ahora les recordaré todas sus maldades
    y los castigaré por sus pecados».

El Señor le prohíbe a Jeremías que interceda

11 Luego el Señor me dijo:

—Ya no ores más por este pueblo. 12 Cuando ellos ayunen no les prestaré atención. Cuando me presenten sus ofrendas quemadas y las ofrendas de grano, no las aceptaré. En cambio, los devoraré con guerra, hambre y enfermedad.

13 Luego dije:

—Oh Señor Soberano, sus profetas les dicen: “Todo está bien, no vendrá guerra ni hambre. El Señor ciertamente les enviará paz”.

14 Entonces el Señor dijo:

—Esos profetas dicen mentiras en mi nombre. Yo no los envié ni les dije que hablaran. No les transmití ningún mensaje. Ellos profetizan visiones y revelaciones que nunca han visto ni oído. Hablan necedades, producto de su propio corazón mentiroso. 15 Por lo tanto, esto dice el Señor: yo castigaré a esos profetas mentirosos, porque han hablado en mi nombre a pesar de que no los envié. Dicen que no vendrá guerra ni hambre, ¡pero ellos mismos morirán en la guerra y morirán de hambre! 16 En cuanto a aquellos a quienes profetizan, sus cadáveres serán arrojados en las calles de Jerusalén, víctimas del hambre y de la guerra. No quedará nadie para enterrarlos. Se habrán ido todos: esposos, esposas, hijos e hijas. Pues derramaré sobre ellos su propia maldad. 17 Ahora bien, Jeremías, diles esto:

»“Mis ojos derraman lágrimas día y noche.
    No puedo dejar de llorar
porque mi hija virgen—mi pueblo precioso—
    ha sido derribada
    y yace herida de muerte.
18 Si salgo al campo,
    veo los cuerpos masacrados por el enemigo.
Si camino por las calles de la ciudad,
    veo gente muerta por el hambre.
Los profetas y los sacerdotes continúan con su trabajo,
    pero no saben lo que hacen”.

Oración por sanidad

19 Señor, ¿has rechazado por completo a Judá?
    ¿Verdaderamente odias a Jerusalén[a]?
¿Por qué nos has herido sin la menor esperanza de recuperarnos?
    Esperábamos paz, pero la paz no llegó;
    esperábamos un tiempo de sanidad, pero solo encontramos terror.
20 Señor, confesamos nuestra maldad
    y también la de nuestros antepasados;
    todos hemos pecado contra ti.
21 Por el honor de tu fama, Señor, no nos abandones;
    no deshonres tu propio trono glorioso.
Por favor, recuérdanos,
    y no rompas tu pacto con nosotros.

22 ¿Puede alguno de los inútiles dioses ajenos enviarnos lluvia?
    ¿O acaso cae del cielo por sí misma?
No, tú eres el único, ¡oh Señor nuestro Dios!
    Solo tú puedes hacer tales cosas.
    Entonces esperaremos que nos ayudes.

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Footnotes

  1. 14:19 En hebreo Sion?

10 Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados.

11 Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo para bien. 12 Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.

13 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera. 14 Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. 15 Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas. 16 Y el pueblo a quien profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.

17 Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque de gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy dolorosa. 18 Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote anduvieron vagando en la tierra, y no entendieron.

19 ¿Has desechado enteramente a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste herir sin que haya remedio? Esperamos paz, y no hubo bien; tiempo de curación, y he aquí turbación. 20 Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado. 21 Por amor de tu nombre no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros. 22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No eres tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú hiciste todas estas cosas.

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