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Suerte de Jerusalén, infiel y recalcitrante

20 Levanta tus ojos,
mira a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que se te confió,
las ovejas que eran tu gloria?
21 ¿Qué vas a decir, Jerusalén,
cuando ellos te castiguen,
tú que les habías enseñado
a tratarte como amigos?
Seguro que te aprietan los dolores,
igual que a mujer en parto.
22 Dirás para tus adentros:
“¿Por qué me ocurre a mí esto?”.
Debido a tus muchos pecados
te alzan las faldas y te violan.

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20 Alzad vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey? 21 ¿Qué dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores como de mujer que está de parto? 22 Si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.

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