Santiago 3:1-10
Nueva Biblia Viva
Hay que domar la lengua
3 Hermanos míos, no procuren muchos de ustedes ser maestros, pues como ustedes saben, seremos juzgados con más severidad. 2 Todos fallamos mucho; y si alguien no falla en lo que dice, es una persona perfecta que puede dominar todo su cuerpo. 3 Cuando les ponemos freno en la boca a los caballos, podemos hacer que nos obedezcan y así los dominamos. 4 Fíjense también en los barcos. A pesar de que son muy grandes y de que los empujan los fuertes vientos, el piloto lo dirige por donde quiere con un pequeño timón. 5 Lo mismo pasa con la lengua. Es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes cosas. ¡Piensen que con una pequeña chispa se puede incendiar un gran bosque! 6 La lengua es como un fuego, un mundo de maldad. Es uno de nuestros órganos y contamina todo el cuerpo; y encendida por el infierno, prende fuego a todo el curso de la vida.
7 El ser humano puede domar toda clase de fieras y las ha domado: aves, reptiles y bestias del mar; 8 pero nadie puede domar la lengua. Es un mal que no se puede frenar y que está lleno de veneno mortal. 9 Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y también con ella maldecimos a las personas que han sido creadas a imagen de Dios. 10 De una misma boca salen bendiciones y maldiciones.
Hermanos míos, esto no debe ser así.
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