Isaías 53:1-5
Palabra de Dios para Todos
53 ¿Quién realmente creyó lo que oímos?
¿Quién vio en ello el gran poder del SEÑOR?
2 Creció delante de Dios como un retoño,
como una raíz en tierra seca.
No había en él hermosura o majestad
como para que nos fijáramos en él.
No había en él nada atrayente
como para que nos gustara.
3 La gente lo despreció y hasta sus amigos lo abandonaron;
era un hombre lleno de dolores y conocedor del sufrimiento.
Y como alguien a quien otros evitan,
lo despreciamos y no pensamos que fuera alguien importante.
4 Verdaderamente él soportó todos nuestros sufrimientos
y cargó con nuestros dolores.
Aunque nosotros pensamos que Dios lo había castigado,
golpeado y afligido,
5 en realidad él fue traspasado debido a nuestra rebeldía.
Fue magullado por las maldades que nosotros hicimos.
El castigo que él recibió hizo posible nuestro bienestar.
Sus heridas nos hicieron sanar a nosotros.
Isaías 53:1-5
Nueva Biblia Viva
53 ¡Nadie cree lo que hemos proclamado! ¡Nadie ha sido testigo del poder de Dios! 2 Era como tierno retoño que brota de una raíz en tierra seca. No había nada de belleza en él. No tenía atractivo como para desearlo. 3 Todos lo despreciaron y lo rechazaron. Fue un hombre marcado por el dolor y habituado al más amargo sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo, lo ignorábamos y lo considerábamos como harapo pisoteado en el camino.
4 Y sin embargo, el sufrimiento que él padeció es el que a nosotros nos correspondía, nuestras penas eran las que lo agobiaron. Y nosotros pensábamos que sus tribulaciones eran castigo de Dios por sus propios pecados, 5 ¡pero él fue herido y maltratado por los pecados nuestros! ¡Se le castigó para que nosotros tuviéramos paz, lo azotaron y nosotros fuimos sanados por su sufrimiento!
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Isaías 53:1-5
Dios Habla Hoy
53 ¿Quién va a creer lo que hemos oído?
¿A quién ha revelado el Señor su poder?
2 El Señor quiso que su siervo
creciera como planta tierna
que hunde sus raíces en la tierra seca.
No tenía belleza ni esplendor,
su aspecto no tenía nada atrayente;
3 los hombres lo despreciaban y lo rechazaban.
Era un hombre lleno de dolor,
acostumbrado al sufrimiento.
Como a alguien que no merece ser visto,
lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.
4 Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos,
estaba soportando nuestros propios dolores.
Nosotros pensamos que Dios lo había herido,
que lo había castigado y humillado.
5 Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía,
fue atormentado a causa de nuestras maldades;
el castigo que sufrió nos trajo la paz,
por sus heridas alcanzamos la salud.
Isaías 53:1-5
La Biblia de las Américas
53 ¿Quién ha creído a nuestro mensaje?
¿A quién se ha revelado el brazo del Señor(A)?
2 Creció delante de Él como renuevo tierno[a](B),
como raíz de tierra seca;
no tiene aspecto hermoso ni majestad
para que le miremos,
ni apariencia para que le deseemos(C).
3 Fue despreciado y desechado de los hombres(D),
varón de dolores y experimentado en aflicción[b](E);
y como uno de quien los hombres esconden el rostro,
fue despreciado(F), y no le estimamos(G).
4 Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades[c](H),
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios(I) y afligido.
5 Mas Él fue herido[d] por nuestras transgresiones(J),
molido por nuestras iniquidades(K).
El castigo, por nuestra paz[e](L), cayó sobre Él,
y por sus heridas[f] hemos sido sanados(M).
Footnotes
- Isaías 53:2 Lit., mamón
- Isaías 53:3 O, enfermedad
- Isaías 53:4 O, aflicciones
- Isaías 53:5 O, traspasado
- Isaías 53:5 O, bienestar
- Isaías 53:5 O, llagas
Isaías 53:1-5
Traducción en lenguaje actual
53 Isaías dijo:
«¡Nadie ha creído a nuestro mensaje!
¡Nadie ha visto el poder de Dios!
2 El fiel servidor creció
como raíz tierna en tierra seca.
No había en él belleza
ni majestad alguna;
su aspecto no era atractivo ni deseable.
3 Todos lo despreciaban y rechazaban.
Fue un hombre que sufrió el dolor
y experimentó mucho sufrimiento.
Todos evitábamos mirarlo;
lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.
4 »A pesar de todo esto,
él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores.
Nosotros pensamos
que Dios lo había herido y humillado.
5 Pero él fue herido
por nuestras rebeliones,
fue golpeado por nuestras maldades;
él sufrió en nuestro lugar,
y gracias a sus heridas
recibimos la paz y fuimos sanados.
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