El pecado de Israel y la obediencia del siervo

50 Así dice el Señor:

«A la madre de ustedes, yo la repudié;
    ¿dónde está el acta de divorcio?
    ¿A cuál de mis acreedores los he vendido?
Por causa de sus iniquidades,
    fueron ustedes vendidos;
por las transgresiones de ustedes
    fue despedida su madre.
¿Por qué no había nadie cuando vine?
    ¿Por qué nadie respondió cuando llamé?
¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar?
    ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos?
Yo seco el mar con una simple reprensión
    y convierto los ríos en desierto;
por falta de agua sus peces se pudren
    y se mueren de sed.
A los cielos los revisto de tinieblas
    y los cubro con ropa de luto».

Mi Señor y Dios me ha concedido tener una lengua instruida,
    para sostener con mi palabra al fatigado.
Todas las mañanas me despierta,
    y también me despierta el oído,
    para que escuche como los discípulos.
El Señor y Dios me ha abierto los oídos
    y no he sido rebelde
    ni me he vuelto atrás.
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
    mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
    no escondí mi rostro.
Por cuanto el Señor y Dios me ayuda,
    no seré humillado.
Por eso endurecí mi rostro como el pedernal
    y sé que no seré avergonzado.
Cercano está el que me justifica;
    ¿quién entonces contenderá conmigo?
    ¡Comparezcamos juntos!
¿Quién es mi acusador?
    ¡Que se me enfrente!
¡El Señor y Dios es quien me ayuda!
    ¿Quién me condenará?
Todos ellos se gastarán;
    como a la ropa, la polilla se los comerá.

10 ¿Quién entre ustedes teme al Señor
    y obedece la voz de su siervo?
Aunque camine en la oscuridad
    y sin un rayo de luz,
que confíe en el nombre del Señor
    y dependa de su Dios.
11 Pero ustedes que encienden fuegos
    y preparan antorchas encendidas,
caminen a la luz de su propio fuego
    y de las antorchas que han encendido.
Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano:
    en medio de tormentos quedarán tendidos.

Exhortación a confiar en el Señor

50 Así dice el Señor:
¿Dónde está esa carta de divorcio(A)
con la que repudié a vuestra madre(B)?
¿O a cuál de mis acreedores os vendí(C)?
He aquí, por vuestras iniquidades fuisteis vendidos(D),
y por vuestras transgresiones(E) fue repudiada vuestra madre(F).
¿Por qué cuando vine no había nadie,
y cuando llamé no había quien respondiera(G)?
¿Acaso es tan corta mi mano que no puede rescatar(H),
o no tengo poder para librar?
He aquí, con mi reprensión seco el mar(I),
convierto los ríos en desierto(J);
sus peces hieden por falta de agua,
mueren de sed.
Yo visto de negrura los cielos,
y hago de cilicio su cobertura(K).

El Señor Dios[a] me ha dado lengua de discípulo[b](L),
para que yo sepa sostener con una palabra al fatigado(M).
Mañana tras mañana(N) me despierta,
despierta mi oído para escuchar como los discípulos.
El Señor Dios me ha abierto el oído(O);
y no fui desobediente(P),
ni me volví atrás.
Di mis espaldas a los que me herían,
y mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
no escondí mi rostro de injurias y esputos(Q).
El Señor Dios me ayuda(R),
por eso no soy humillado,
por eso como pedernal he puesto mi rostro,
y sé que no seré avergonzado(S).
Cercano está el que me justifica(T);
¿quién contenderá conmigo?
Comparezcamos juntos(U);
¿quién es el enemigo de mi causa?
Que se acerque a mí.
He aquí, el Señor Dios me ayuda(V);
¿quién es el que me condena(W)?
He aquí, todos ellos como un vestido se gastarán,
la polilla se los comerá(X).
10 ¿Quién hay entre vosotros que tema al Señor,
que oiga la voz de su siervo(Y),
que ande en tinieblas y no tenga luz(Z)?
Confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios(AA).
11 He aquí, todos vosotros que encendéis fuego(AB),
que os rodeáis[c] de teas,
andad a la lumbre de vuestro fuego
y entre las teas que habéis encendido.
Esto os vendrá de mi mano:
en tormento yaceréis(AC).

Footnotes

  1. Isaías 50:4 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor; y así en el resto del cap.
  2. Isaías 50:4 Lit., discípulos
  3. Isaías 50:11 Lit., ceñís

Jehová ayuda a quienes confían en él

50 Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta.

Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.(A)

Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. 11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.