Isaías 8:1-10
Reina Valera Contemporánea
El temor del Señor
8 El Señor me dijo:
«Toma una tabla grande, y con un punzón escribe en ella acerca de Maher Salal Jasbaz.»[a]
2 Como testigos confiables reuní conmigo al sacerdote Urías, y a Zacarías hijo de Jeberequías. 3 Luego me allegué a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo:
«Ponle por nombre Maher Salal Jasbaz, 4 porque antes de que el niño sepa decir “padre mío” y “madre mía”, la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria.»
5 El Señor me habló una vez más, y me dijo:
6 «Este pueblo rechazó las aguas de Siloé, que corren tranquilas, y se sintió feliz con Resín y con el hijo de Remalías.»
7 Por lo tanto, el Señor hará que los inunden por completo las impetuosas y abundantes aguas del río, es decir, hará que el rey de Asiria los inunde con todo su poder. Y ese rey cubrirá todos sus ríos, y rebasará todas sus riberas; 8 y llegará hasta Judá y la inundará, y seguirá adelante y le llegará hasta la garganta; luego, oh Emanuel, extenderá sus alas y llenará la tierra en toda su extensión.
9 ¡Reúnanse ustedes, pueblos, que serán derrotados! Escuchen ustedes, gente de lejanas tierras: pueden prepararse para la batalla, ¡pero serán totalmente derrotados! 10 Pueden confabularse, pero no tendrán éxito; pueden hablar cuanto quieran, pero nada acontecerá, porque Dios está con nosotros.
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- Isaías 8:1 Es decir, El despojo se apresura, la presa se precipita.
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