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15 Y en verdad tú, Dios y salvador de Israel, eres un Dios que se esconde. 16 Todos los que fabrican imágenes serán avergonzados, y andarán confusos y humillados; 17 pero ustedes los israelitas serán salvado por el Señor con salvación eterna; por todos los siglos jamás serán avergonzados ni humillados.

18 El Señor, creador de los cielos; el Dios que formó la tierra; el que la hizo y le dio forma; el que no la creó sin un propósito, sino que la creó para que fuera habitada, dice así:

«Yo soy el Señor, y no hay otro. 19 Yo no he hablado en secreto, en algún lugar recóndito de la tierra; yo no le he dicho a la descendencia de Jacob que me busque en vano. Yo soy el Señor, el que habla con justicia y da a conocer lo que es recto.»

El Señor y los ídolos de Babilonia

20 «Ustedes, los sobrevivientes de entre las naciones, vengan; acérquense y reúnanse. No saben nada esos que erigen un ídolo de madera, esos que dirigen sus ruegos a un dios que no salva. 21 Digan a todos que se acerquen, y se reúnan a deliberar. ¿Quién dio a saber esto desde el principio? ¿Quién sino yo, el Señor, lo dio a conocer desde entonces? No hay más Dios que yo, Dios justo y Salvador. ¡No hay otro fuera de mí! 22 Pongan sus ojos en mí todos los términos de la tierra, y reciban salvación, porque yo soy Dios, y no hay más. 23 Lo he jurado por mí mismo; de mi boca ha salido esta palabra de justicia, y no será revocada: Ante mí se doblará toda rodilla, y ante mí toda lengua jurará(A) 24 y dirá de mí: “Ciertamente en el Señor están la justicia y la fuerza.” Todos los que se rebelan contra él vendrán a su presencia, y quedarán avergonzados, 25 porque en el Señor será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

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