64 ¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras!
    ¡Las montañas temblarían ante ti,
como cuando el fuego enciende la leña
    y hace que hierva el agua!
Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos,
    y ante ti temblarían las naciones.
Hiciste maravillas asombrosas cuando descendiste;
    ante tu presencia temblaron las montañas.
Fuera de ti, desde tiempos antiguos
    nadie ha escuchado ni percibido,
ni ojo alguno ha visto,
    a un Dios que como tú actúe en favor de quienes en él esperan.
Sales al encuentro de los que, alegres,
    practican la justicia y recuerdan tus caminos.
Pero te enojas si persistimos
    en desviarnos de ellos.[a]
    ¿Cómo podremos ser salvos?
Todos somos como gente impura;
    todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia.
Todos nos marchitamos como hojas;
    nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.
Nadie invoca tu nombre
    ni se esfuerza por aferrarse a ti.
Pues nos has dado la espalda
    y nos has entregado[b] en poder de nuestras iniquidades.

A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre;
    nosotros somos el barro y tú el alfarero.
    Todos somos obra de tu mano.
No te enojes demasiado, Señor;
    no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades.
¡Considera, por favor,
    que todos somos tu pueblo!
10 Tus ciudades santas han quedado devastadas
    y hasta Sión se ha vuelto un desierto;
    Jerusalén ha quedado en ruinas.
11 Nuestro santo y glorioso Templo, donde te alababan nuestros antepasados,
    ha sido devorado por el fuego.
    Ha quedado en ruinas todo lo que más queríamos.
12 Ante todo esto, Señor, ¿no vas a hacer nada?
    ¿Vas a guardar silencio y afligirnos sin medida?

Juicio y salvación

65 «Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
    dejé que me hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi nombre,
    dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.
Todo el día extendí mis manos
    hacia un pueblo rebelde,
que va por mal camino,
    siguiendo sus propios pensamientos.
Es un pueblo que en mi propia cara
    constantemente me provoca;
que ofrece sacrificios en los jardines
    y quema incienso sobre ladrillos;
que se sienta entre los sepulcros
    y pasa la noche en vigilias secretas;
que come carne de cerdo,
    y en sus ollas cocina caldo impuro;
que dice: “¡Manténganse alejados!
¡No se me acerquen!
    ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!”.
Todo esto me fastidia como humo en la nariz;
    ¡es un fuego que arde todo el día!

»Ante mí ha quedado escrito;
    no guardaré silencio.
Les daré su merecido;
    lo sufrirán en carne propia,
tanto por las iniquidades de ustedes
    como por las de sus antepasados»,
    dice el Señor.
«Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas
    y me desafiaron en las colinas,
les haré sufrir en carne propia
    las consecuencias de sus acciones pasadas».

Así dice el Señor:

«Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas,
    dice: “No lo dañen,
    porque en él hay bendición”.
Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos:
    No los destruiré a todos.
De Jacob sacaré descendientes,
    y de Judá, a los que poseerán mis montañas.
Las heredarán mis elegidos
    y allí morarán mis siervos.
10 Para mi pueblo que me busca,
    Sarón será corral de ovejas;
    el valle de Acor, corral de vacas.

11 »Pero a ustedes que abandonan al Señor
    y se olvidan de mi monte santo,
que para el dios de la fortuna preparan una mesa
    y para el dios del destino sirven vino mezclado,
12 los destinaré a la espada;
    todos ustedes se inclinarán para el degüello.
Porque llamé y no me respondieron,
    hablé y no me escucharon.
Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos
    y optaron por lo que no me agrada».

13 Por eso, así dice el Señor y Dios:

«Mis siervos comerán,
    pero ustedes pasarán hambre;
mis siervos beberán,
    pero ustedes sufrirán de sed;
mis siervos se alegrarán,
    pero ustedes serán avergonzados.
14 Mis siervos cantarán
    con alegría de corazón,
pero ustedes clamarán
    con corazón angustiado;
    gemirán con espíritu quebrantado.
15 Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes
    como una maldición.
El Señor y Dios les dará muerte,
    pero a sus siervos dará un nombre diferente.
16 Cualquiera que en el país invoque una bendición,
    lo hará por el Dios de la verdad;
y cualquiera que jure en esta tierra,
    lo hará por el Dios de la verdad.
Las angustias del pasado quedarán en el olvido,
    ocultas ante mis ojos.

Un cielo nuevo y una tierra nueva

17 »Presten atención, que estoy por crear
    un cielo nuevo y una tierra nueva.
No volverán a mencionarse las cosas pasadas
    ni se traerán a la memoria.
18 Alégrense más bien y regocíjense por siempre,
    por lo que estoy a punto de crear:
Estoy por crear una Jerusalén feliz,
    un pueblo lleno de alegría.
19 Me regocijaré por Jerusalén
    y me alegraré en mi pueblo;
no volverán a oírse en ella
    voces de llanto ni gritos de clamor.

20 »Nunca más habrá en ella
    niños que vivan pocos días
    ni ancianos que no completen sus años.
El que muera a los cien años
    será considerado joven;
pero el que no llegue[c] a esa edad
    será considerado maldito.
21 Construirán casas y las habitarán;
    plantarán viñas y comerán de su fruto.
22 Ya no construirán casas para que otros las habiten
    ni plantarán viñas para que otros coman.
Porque los días de mi pueblo
    serán como los de un árbol;
mis escogidos disfrutarán
    de las obras de sus manos.
23 No trabajarán en vano
    ni tendrán hijos para la desgracia;
tanto ellos como su descendencia
    serán simiente bendecida del Señor.
24 Antes que me llamen, yo les responderé;
    todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado.
25 El lobo y el cordero pacerán juntos;
    el león comerá paja como el buey
    y la serpiente se alimentará de polvo.
En todo mi monte santo
    no habrá quien haga daño ni destruya»,
    dice el Señor.

Juicio y esperanza

66 Así dice el Señor:

«El cielo es mi trono,
    y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Qué casa me pueden construir?
    ¿Dónde estará el lugar de mi reposo?
Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;
    fue así como llegaron a existir»,
    afirma el Señor.

«Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,
    a los que tiemblan ante mi palabra.
Pero los que sacrifican toros
    son como los que matan hombres;
los que ofrecen corderos
    son como los que desnucan perros;
los que presentan ofrendas de grano
    son como los que ofrecen sangre de cerdo
y los que queman ofrendas de incienso
    son como los que adoran ídolos.
Ellos han escogido sus propios caminos,
    y se deleitan en sus abominaciones.
Pues yo también escogeré aflicciones para ellos
    y enviaré sobre ellos lo que tanto temen.
Porque nadie respondió cuando llamé;
    cuando hablé, nadie escuchó.
Más bien, hicieron lo que me ofende
    y optaron por lo que no me agrada».

Escuchen la palabra del Señor,
    ustedes que tiemblan ante su palabra:
«Así dicen sus hermanos que los odian
    y los excluyen por causa de mi nombre:
“¡Que el Señor sea glorificado,
    para que veamos la alegría de ustedes!”.
    Pero ellos serán los avergonzados.
Una voz resuena desde la ciudad,
    una voz surge del Templo:
Es la voz del Señor
    que da a sus enemigos su merecido.

»Antes de estar con dolores de parto,
    Jerusalén tuvo un hijo;
antes que le llegaran los dolores,
    dio a luz un varón.
¿Quién ha oído cosa semejante?
    ¿Quién ha visto jamás cosa igual?
¿Puede una nación nacer en un solo día?
    ¿Se da a luz un pueblo en un momento?
Sin embargo, Sión dio a luz sus hijos
    cuando apenas comenzaban sus dolores.
¿Podría yo abrir la matriz
    y no provocar el parto?»,
    dice el Señor.
«¿O cerraría yo el seno materno,
    siendo que yo hago dar a luz?»,
    dice tu Dios.
10 «Mas alégrense con Jerusalén y regocíjense por ella,
    todos los que la aman;
salten con ella de alegría
    todos los que por ella se conduelen.
11 Porque ustedes serán amamantados y saciados,
    y hallarán consuelo en su seno;
beberán hasta saciarse
    y se deleitarán en sus henchidos pechos».

12 Porque así dice el Señor:

«Hacia ella extenderé la paz como un torrente,
    y la riqueza de las naciones como río desbordado.
Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
    mecidos en sus rodillas.
13 Como madre que consuela a su hijo,
    así yo los consolaré a ustedes;
    en Jerusalén serán consolados».

14 Cuando ustedes vean esto, se regocijará su corazón,
    y su cuerpo florecerá como la hierba.
El Señor dará a conocer su poder entre sus siervos
    y su furor entre sus enemigos.
15 ¡Ya viene el Señor con fuego!
    ¡Sus carros de combate son como un torbellino!
Descargará su enojo con furor,
    y su reprensión con llamas de fuego.
16 Con fuego y con espada
    juzgará el Señor a todo mortal.
    ¡Muchos morirán a manos del Señor!

17 «Juntos perecerán los que se consagran y se purifican para entrar en los jardines, siguiendo a uno que va al frente,[d] y los que comen carne de cerdo, ratas y otras cosas abominables», afirma el Señor.

18 «Yo, por causa de sus acciones y sus pensamientos, estoy a punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.

19 »Les daré una señal y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Pul, Lud (famosa por sus arqueros), Tubal y Grecia, también a las costas lejanas que no han oído hablar de mi fama ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria entre las naciones. 20 Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los traerán a mi monte santo en Jerusalén, como una ofrenda al Señor; los traerán en caballos, en carros de combate y en literas, y en mulas y camellos», dice el Señor. «Los traerán como traen los israelitas, en recipientes limpios, sus ofrendas de grano al Templo del Señor. 21 Y de ellos escogeré también a algunos, para que sean sacerdotes y levitas», dice el Señor.

22 «Porque, así como perdurarán en mi presencia el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré, así también perdurarán el nombre y los descendientes de ustedes», afirma el Señor. 23 «Sucederá que, de una luna nueva a otra y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí», dice el Señor. 24 «Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. Porque no morirá el gusano que los devora ni su fuego se apagará. ¡Repulsivos serán a toda la humanidad!».

Footnotes

  1. 64:5 te enojas … de ellos. Frase de difícil traducción.
  2. 64:7 entregado (LXX, Targum y Siríaca); derretido (TM).
  3. 65:20 el que no llegue. Alt. el pecador que llegue.
  4. 66:17 al frente. Lit. en medio.

64 [a]¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras(A),
si los montes se estremecieran ante tu presencia(B)
[b](como el fuego enciende el matorral, como el fuego hace hervir el agua),
para dar a conocer tu nombre a tus adversarios,
para que ante tu presencia tiemblen las naciones(C)!
Cuando hiciste cosas terribles que no esperábamos(D),
y descendiste, los montes se estremecieron ante tu presencia.
Desde la antigüedad no habían escuchado ni dado oídos(E),
ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti
que obrara a favor del que esperaba en Él(F).
Sales al encuentro del que se regocija(G) y practica la justicia(H),
de los que se acuerdan de ti en tus caminos(I).
He aquí, te enojaste porque pecamos(J);
continuamos en los pecados[c] por mucho tiempo,
¿y seremos salvos?
Todos nosotros somos como el inmundo(K),
y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas(L);
todos nos marchitamos como una hoja(M),
y nuestras iniquidades(N), como el viento, nos arrastran.
Y no hay quien invoque tu nombre(O),
quien se despierte para asirse de ti;
porque has escondido tu rostro de nosotros(P)
y nos has entregado al[d] poder de nuestras iniquidades.

Mas ahora, oh Señor, tú eres nuestro Padre(Q),
nosotros el barro, y tú nuestro alfarero(R);
obra de tus manos(S) somos todos nosotros.
No te enojes en exceso(T), oh Señor,
ni para siempre te acuerdes de la iniquidad(U);
he aquí, mira, te rogamos, todos nosotros somos tu pueblo(V).
10 Tus ciudades santas(W) se han vuelto un desierto;
Sión se ha convertido en un desierto,
Jerusalén en una desolación(X).
11 Nuestra casa santa y hermosa(Y)
donde te alababan nuestros padres,
ha sido quemada por el fuego
y todas nuestras cosas preciosas se han convertido en ruinas(Z).
12 ¿Te contendrás ante estas cosas, oh Señor?
¿Guardarás silencio y nos afligirás sin medida(AA)?

Castigo de los rebeldes

65 Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;
me dejé hallar por los que no me buscaban(AB).
Dije: «Heme aquí, heme aquí»,
a una nación que no invocaba mi nombre(AC).
Extendí mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde(AD),
que anda por el camino que no es bueno, en pos de sus pensamientos(AE);
un pueblo que de continuo me provoca en mi propio rostro(AF),
sacrificando en huertos(AG) y quemando incienso sobre ladrillos(AH);
que se sientan entre sepulcros y pasan la noche en lugares secretos;
que comen carne de cerdo(AI),
y en sus ollas hay caldo de carnes inmundas;
que dicen: «Quédate donde estás, no te acerques a mí(AJ),
porque soy más santo que tú».
Estos son humo en mi nariz,
fuego que arde todo el día.
He aquí, escrito está delante de mí:
no guardaré silencio(AK), sino que les daré su pago(AL),
y les recompensaré en su seno,
por vuestras iniquidades y por las iniquidades de vuestros padres(AM) juntamente —dice el Señor.
Porque quemaron incienso en los montes(AN),
y en las colinas me injuriaron(AO);
por tanto mediré en su seno su obra pasada(AP).

Así dice el Señor:
Como cuando se encuentra mosto en el racimo
y alguien dice: «No lo destruyas,
porque en él hay bendición»,
así haré yo por mis siervos
para no destruirlos a todos[e](AQ).
Sacaré de Jacob descendencia[f](AR)
y de Judá heredero de mis montes;
mis escogidos la heredarán(AS),
y mis siervos morarán allí(AT).
10 Sarón(AU) será pastizal para ovejas,
y el valle de Acor(AV) para lugar de descanso de vacas,
para mi pueblo que me busca(AW).
11 Pero vosotros que abandonáis al Señor(AX),
que olvidáis mi santo monte(AY),
que ponéis mesa para la Fortuna[g],
y que preparáis[h] vino mezclado para el Destino[i],
12 yo os destinaré a la espada(AZ),
y todos vosotros os encorvaréis para la matanza(BA).
Porque llamé, mas no respondisteis,
hablé, mas no oísteis(BB);
hicisteis lo malo ante mis ojos
y escogisteis aquello que no me complacía.

13 Por tanto, así dice el Señor Dios[j]:
He aquí, mis siervos comerán(BC), mas vosotros tendréis hambre(BD);
he aquí, mis siervos beberán, mas vosotros tendréis sed(BE);
he aquí, mis siervos se alegrarán(BF), mas vosotros seréis avergonzados(BG);
14 he aquí, mis siervos darán gritos de júbilo con corazón alegre(BH),
mas vosotros clamaréis con corazón triste[k],
y con espíritu quebrantado gemiréis(BI).
15 Y dejaréis vuestro nombre como maldición a mis escogidos(BJ);
el Señor Dios[l] te matará,
pero mis siervos serán llamados[m] por otro nombre(BK).
16 Porque el que es bendecido[n] en la tierra,
será bendecido[o] por el Dios de la verdad(BL);
y el que jura en la tierra,
jurará(BM) por el Dios de la verdad;
porque han sido olvidadas las angustias primeras,
y porque están ocultas a mis ojos.

17 Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva(BN),
y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria[p](BO).
18 Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo voy a crear;
porque he aquí, voy a crear a Jerusalén para regocijo,
y a su pueblo para júbilo(BP).
19 Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo(BQ);
no se oirá más en ella
voz de lloro ni voz de clamor(BR).
20 No habrá más allí niño que viva pocos días,
ni anciano que no complete sus días(BS);
porque el joven morirá a los cien años,
y el que no alcance[q] los cien años
será considerado maldito(BT).
21 Construirán casas y las habitarán(BU),
plantarán también viñas y comerán su fruto(BV).
22 No edificarán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma(BW);
porque como los días de un árbol, así serán los días de mi pueblo(BX),
y mis escogidos disfrutarán de[r] la obra de sus manos.
23 No trabajarán en vano(BY),
ni darán a luz para desgracia[s],
porque son la simiente de los benditos del Señor,
ellos, y sus vástagos con ellos(BZ).

24 Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré oído(CA). 25 El lobo y el cordero pacerán juntos(CB), y el león, como el buey, comerá paja(CC), y para la serpiente el polvo será su alimento(CD). No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte(CE) —dice el Señor.

Futuro glorioso de Sión

66 Así dice el Señor:
El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies(CF).
¿Dónde, pues, está la casa que podríais edificarme?
¿Dónde está el lugar de mi reposo(CG)?
Todo esto lo hizo mi mano(CH),
y así todas estas cosas llegaron a ser —declara el Señor.
Pero a este miraré:
al que es humilde y contrito de espíritu(CI), y que tiembla ante mi palabra(CJ).

El que mata un buey es como el que mata a un hombre,
el que sacrifica un cordero como el que desnuca un perro,
el que presenta ofrenda de cereal como el que ofrece sangre de cerdo(CK),
el que quema[t] incienso como el que bendice a un ídolo(CL).
Como ellos han escogido sus propios caminos(CM),
y su alma se deleita en sus abominaciones(CN),
también yo escogeré sus castigos[u](CO),
y traeré sobre ellos lo que temen(CP).
Porque llamé, mas nadie respondió,
hablé, mas no escucharon(CQ);
sino que hicieron lo malo ante mis ojos,
y escogieron aquello que no me complacía(CR).
Oíd la palabra del Señor, vosotros que tembláis ante su palabra(CS):
Vuestros hermanos que os aborrecen, que os excluyen por causa de mi nombre(CT),
han dicho: «Sea el Señor glorificado, para que veamos vuestra alegría(CU)».
Pero ellos serán avergonzados(CV).
Voz de estruendo viene de la ciudad, una voz sale del templo:
la voz del Señor que da el pago[v] a sus enemigos(CW).

Antes que estuviera de parto, ella dio a luz(CX);
antes que le vinieran los dolores, dio a luz un niño(CY).
¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto tales cosas(CZ)?
¿Es dado a luz un país en un solo día?
¿Nace una nación toda de una vez?
Pues Sión apenas estuvo de parto, dio a luz a sus hijos.
Yo que hago que se abra la matriz, ¿no haré nacer(DA)? —dice el Señor.
Yo que hago nacer, ¿cerraré la matriz? —dice tu Dios.
10 Alegraos con Jerusalén y regocijaos(DB) por ella, todos los que la amáis(DC);
rebosad de júbilo con ella(DD), todos los que por ella hacéis duelo,
11 para que maméis y os saciéis del pecho de sus consolaciones,
para que chupéis y os deleitéis de su seno abundante[w](DE).
12 Porque así dice el Señor: He aquí, yo extiendo hacia ella paz como un río(DF),
y la gloria de las naciones como torrente desbordado(DG);
y mamaréis, seréis llevados sobre la cadera[x] y acariciados sobre las rodillas(DH).
13 Como uno a quien consuela su madre, así os consolaré yo;
en Jerusalén seréis consolados(DI).
14 Cuando lo veáis(DJ), se llenará de gozo vuestro corazón(DK),
y vuestros huesos florecerán como hierba tierna(DL);
la mano del Señor se dará a conocer a sus siervos,
y su indignación a sus enemigos(DM).
15 Porque he aquí, el Señor vendrá en fuego
y sus carros como torbellino(DN),
para descargar con furor su ira
y su reprensión con llamas de fuego(DO).
16 Porque el Señor juzgará con fuego(DP)
y con su espada a toda carne(DQ),
y serán muchos los muertos del Señor.
17 Los que se santifican y se purifican para ir a los huertos(DR),
tras uno que está en el centro,
que comen carne de cerdo, cosas detestables y ratones(DS),
a una perecerán(DT) —declara el Señor.

18 Mas yo conozco[y] sus obras y sus pensamientos(DU). Llegará el tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria(DV). 19 Y pondré señal entre ellos y enviaré a sus sobrevivientes a las naciones(DW): a Tarsis(DX), a Fut[z], a Lud(DY), a Mesec, a Ros[aa], a Tubal y a Javán[ab](DZ), a las costas remotas(EA) que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones(EB). 20 Entonces traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como ofrenda al Señor, en caballos, en carros, en literas(EC), en mulos y en camellos, a mi santo monte, Jerusalén(ED) —dice el Señor— tal como los hijos de Israel traen su ofrenda de grano en vasijas limpias a la casa del Señor(EE). 21 Y también tomaré algunos de ellos para sacerdotes(EF) y para levitas —dice el Señor.

22 Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva(EG)
que yo hago permanecerán delante de mí —declara el Señor—,
así permanecerá vuestra descendencia[ac](EH) y vuestro nombre(EI).
23 Y sucederá que de luna nueva en luna nueva
y de día de reposo en día de reposo(EJ),
todo mortal[ad] vendrá a postrarse delante de mí —dice el Señor(EK).
24 Y cuando salgan, verán
los cadáveres de los hombres(EL)
que se rebelaron[ae] contra mí(EM);
porque su gusano no morirá(EN),
ni su fuego se apagará(EO),
y serán el horror[af] de toda la humanidad[ag](EP).

Footnotes

  1. Isaías 64:1 En el texto heb., cap. 63:19
  2. Isaías 64:2 En el texto heb., cap. 64:1
  3. Isaías 64:5 Lit., en ellos
  4. Isaías 64:7 Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., derretido en el
  5. Isaías 65:8 Lit., la totalidad
  6. Isaías 65:9 Lit., simiente
  7. Isaías 65:11 Heb., Gad
  8. Isaías 65:11 Lit., llenáis
  9. Isaías 65:11 Heb., Mení
  10. Isaías 65:13 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  11. Isaías 65:14 Lit., con dolor de corazón
  12. Isaías 65:15 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  13. Isaías 65:15 Así en la versión gr. (sept.); en heb., El llamará a sus siervos
  14. Isaías 65:16 O, se bendice
  15. Isaías 65:16 O, se bendecirá
  16. Isaías 65:17 Lit., al corazón
  17. Isaías 65:20 Lit., el que yerra el blanco de
  18. Isaías 65:22 Lit., consumirán
  19. Isaías 65:23 Lit., terror súbito
  20. Isaías 66:3 Lit., ofrece memorial de
  21. Isaías 66:4 Lit., maltratos
  22. Isaías 66:6 Lit., la recompensa
  23. Isaías 66:11 O, del seno de su gloria
  24. Isaías 66:12 Lit., al costado
  25. Isaías 66:18 Así en algunos mss. de la versión gr. (sept.); el texto heb. omite: conozco
  26. Isaías 66:19 En heb., Pul
  27. Isaías 66:19 Así en algunos mss. de la versión gr. (sept.); en heb., a Lud, a los que disparan el arco
  28. Isaías 66:19 I.e., Grecia
  29. Isaías 66:22 Lit., simiente
  30. Isaías 66:23 Lit., toda carne
  31. Isaías 66:24 O, transgredieron
  32. Isaías 66:24 O, el desprecio
  33. Isaías 66:24 Lit., carne

64 ¡Cómo quisiera que rasgaras los cielos y bajaras! ¡Que los montes se derritieran ante ti como ante un fuego abrasador que todo lo funde, como un fuego que hace hervir el agua! ¡Así tu nombre sería reconocido por tus enemigos, y las naciones temblarían en tu presencia! Cuando tú descendiste e hiciste maravillas que nunca imaginamos, los montes temblaron ante ti. Nunca antes hubo oídos que lo oyeran ni ojos que lo vieran, ni nadie supo de un Dios que, como tú, actuara en favor de aquellos que en él confían.(A) Tú has salido al encuentro de los que practican la justicia con alegría, y de los que se acuerdan de ti y siguen tus enseñanzas. Pero te enojas si pecamos y no dejamos de pecar. ¿Acaso podremos alcanzar la salvación? Todos nosotros estamos llenos de impureza; todos nuestros actos de justicia son como un trapo lleno de inmundicia. Todos nosotros somos como hojas caídas; ¡nuestras maldades nos arrastran como el viento! Ya no hay nadie que invoque tu nombre, ni que se despierte y busque tu apoyo. Por eso nos diste la espalda, y nos dejaste caer en poder de nuestras maldades.

Pero tú, Señor, eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú eres quien nos da forma; todos nosotros somos obra de tus manos. No te enojes demasiado, Señor, ni tengas presente nuestra iniquidad todo el tiempo. Toma en cuenta que todos nosotros somos tu pueblo. 10 Tus santas ciudades están desiertas. Sión es un desierto, y Jerusalén es un páramo. 11 La casa de nuestro santuario, que era nuestro orgullo, y que fue donde te alababan nuestros padres, ha sido consumida por el fuego. ¡Todo lo que nos era más valioso ha sido destruido! 12 Y viendo todo esto, Señor, ¿te quedarás sin hacer nada? ¿Guardarás silencio, y nos humillarás al extremo?

Castigo de los rebeldes

65 Los que no preguntaban por mí, me buscaron; los que no me buscaban, me encontraron.(B) A los que no invocaban mi nombre, les dije «Aquí me tienen». Todo el día tendí mis manos hacia un pueblo rebelde,(C) un pueblo que va por mal camino y en pos de sus pensamientos; un pueblo que descaradamente me provoca a ira todo el tiempo, que ofrece sacrificios en los huertos y quema incienso sobre ladrillos; un pueblo que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en lugares escondidos; que come carne de cerdo, y que en sus ollas tiene caldo de cosas inmundas; un pueblo que dice: «Quédate donde estás y no te acerques a mí, porque yo soy más santo que tú».

Todo esto es para mí como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día! Pero esto lo tengo escrito delante de mí, y no voy a quedarme callado, sino que voy a darles su merecido; voy a herirlos en el pecho por causa de sus iniquidades y por las iniquidades de sus padres, pues ellos quemaron incienso sobre los montes y me ofendieron sobre las colinas. Por lo tanto, yo el Señor les digo que los heriré en el pecho, en pago de sus acciones pasadas.

Así ha dicho el Señor:

«Así como alguien que halla un racimo con uvas jugosas, dice: “Esto es una bendición. No hay que dañarlo”, así voy a actuar en favor de mis siervos: No los destruiré a todos. Haré que de Jacob salgan descendientes, y que Judá sea el heredero de mis montes. Mis elegidos tomarán posesión de la tierra, y mis siervos la habitarán. 10 Para el pueblo que me buscó, Sarón será el lugar donde descansarán sus ovejas, y el valle de Acor(D) será un lugar de pastos para sus vacas. 11 Pero a ustedes, los que me abandonaron, los que se olvidaron de mi santo monte y tienden mesas para la Fortuna y ofrecen libaciones para el Destino, 12 yo, el Señor, los destinaré a morir por la espada. Todos ustedes se arrodillarán para ser degollados, porque los llamé y ustedes no me respondieron; les hablé, y ustedes no me hicieron caso. Al contrario, hicieron lo malo ante mis propios ojos, y decidieron hacer lo que me disgusta.»

13 Por eso, Dios el Señor ha dicho:

«A mis siervos los verán comer, pero ustedes sufrirán de hambre. A mis siervos los verán beber, pero ustedes sufrirán de sed. A mis siervos los verán alegrarse, pero ustedes serán avergonzados. 14 A mis siervos los verán cantar con corazón alegre, pero ustedes clamarán con dolido corazón y chillarán con espíritu quebrantado. 15 Ustedes dejarán su nombre para que mis elegidos lo usen como maldición. Yo soy Dios, el Señor, y voy a quitarte la vida, y a mis siervos les daré otro nombre. 16 En este país, el que quiera pronunciar una bendición, lo hará en nombre del Dios de la verdad; y el que quiera hacer un juramento, lo hará en nombre del Dios de la verdad. Ciertamente las angustias de antaño quedarán en el olvido y fuera de mi vista.

Cielos nuevos y tierra nueva

17 »¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra!(E) De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria. 18 Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso. 19 Yo me alegraré con Jerusalén; me gozaré con mi pueblo, y nunca más volverán a oírse en ella voces de llanto ni de clamor.(F) 20 No habrá en ella niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no cumplan sus años de vida; los niños morirán a los cien años de vida, y los pecadores que lleguen a vivir cien años serán malditos. 21 Edificarán casas, y las habitarán; plantarán viñas, y comerán las uvas. 22 No volverán a edificar casas para que otro las habite, ni plantarán nada para que otros se coman los frutos. La vida de mi pueblo será semejante a la vida de los árboles; mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos. 23 No trabajarán en vano, ni darán a luz hijos que estén bajo maldición, porque ellos y sus descendientes son un linaje bendecido por el Señor. 24 Antes de que me pidan ayuda, yo les responderé; no habrán terminado de hablar cuando ya los habré escuchado. 25 El lobo y el cordero descansarán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará con el polvo de la tierra. En todo mi santo monte no habrá aflicción ni nadie hará daño a nadie. Yo, el Señor, lo he dicho.»(G)

Prosperidad futura de Sión

66 Así ha dicho el Señor:

«El cielo es mi trono,(H) y la tierra es el estrado de mis pies.(I) ¿Qué clase de casa podrían edificarme? ¿Que lugar pueden ofrecerme para mi reposo?(J) Yo hice todo esto con mis propias manos, y fue así como llegaron a existir. Yo pongo la mirada en los pobres y humildes de espíritu, y en los que tiemblan al escuchar mi palabra.

—Palabra del Señor.

»Ofrecerme un buey en sacrificio es lo mismo que matar a un hombre; ofrecerme una oveja es lo mismo que degollar un perro; presentarme una ofrenda es lo mismo que ofrecerme sangre de cerdo; quemar incienso es lo mismo que bendecir a un ídolo. Y como ellos optaron por seguir sus propios caminos y prefirieron seguir cometiendo lo que aborrezco, también yo optaré por avergonzarlos y haré que les sobrevenga lo que tanto temían. Porque llamé, y nadie me respondió; hablé, y nadie me hizo caso. Al contrario, hicieron lo malo ante mis propios ojos, y optaron por hacer lo que me desagrada.»

Ustedes, los que tiemblan cuando escuchan la palabra del Señor, escuchen lo que él dice:

«Los propios hermanos de ustedes, que los odian y rechazan por causa de mi nombre, dicen: “Que el Señor sea glorificado. Que se deje ver para que ustedes se alegren.” Pero ellos quedarán en vergüenza.»

En la ciudad y en el templo se oye un gran alboroto. ¡Es la voz del Señor, que está dando su merecido a sus enemigos!

Aún no tenía Sión dolores de parto, cuando dio a luz; antes de que le llegaran los dolores, tuvo a su hijo.(K) ¿Quién supo de algo semejante? ¿Quién vio alguna vez tal cosa? ¿Puede un país concebirse en un solo día? ¿Acaso una nación puede nacer de repente? ¡Pues Sión dio a luz sus hijos antes de tener dolores!

El Señor tu Dios dice:

«Yo, que abro la matriz, ¿impediré que nazca el niño? Yo, que permito la concepción, ¿cerraré el vientre de la madre?»

10 Todos ustedes, los que aman a Jerusalén, ¡alégrense y regocíjense con ella! ¡Llénense de regocijo por ella, todos los que por ella se han entristecido! 11 Porque ella los amamantará en sus pechos, y los consolará y dejará satisfechos; ustedes serán amamantados, y disfrutarán de las delicias de su gloria.

12 Ciertamente, el Señor ha dicho:

«¡Miren! Voy a extender sobre ella la paz y la riqueza de las naciones, como si fueran un río desbordado. Ustedes serán amamantados y llevados en brazos, y mimados en el regazo. 13 Yo los consolaré a ustedes como consuela una madre a sus hijos, y en Jerusalén hallarán consuelo.»

14 Ustedes verán esto, y su corazón se alegrará y sus huesos se rejuvenecerán como la hierba. La mano del Señor se dará a conocer entre sus siervos, y su enojo se manifestará contra sus enemigos.

15 Ciertamente, el Señor vendrá en medio del fuego; sus carros vendrán como un torbellino, para descargar su enojo y su reprensión con la furia de una llama de fuego.

16 Ciertamente, el Señor juzgará con fuego y con su espada a toda la humanidad; ¡muchos serán los que mueran a manos del Señor!

17 «Voy a acabar con todos los que en fila se santifican y se purifican en los huertos, y también con los que comen carne de cerdo y de rata, y de otros animales repugnantes.

—Palabra del Señor.

18 »Yo sé bien lo que hacen y lo que piensan. Pero ha llegado el tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria. 19 Yo pondré una señal entre ellos, y a los que sobrevivan los enviaré a las naciones. Los mandaré a Tarsis, Fut y Lud (naciones expertas en el manejo del arco); a Tubal y Javán, y a las costas lejanas que nunca supieron de mí ni vieron mi gloria. Ellos darán a conocer mi gloria entre las naciones. 20 Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los harán venir, para que se presenten ante mí como una ofrenda. Vendrán hasta mi santo monte de Jerusalén en caballos, carros, literas, mulos y camellos, y portando utensilios limpios, de la manera en que los hijos de Israel traen sus ofrendas a mi casa. Yo el Señor lo digo. 21 Y digo también que a algunos de ellos los tomaré para que sean sacerdotes y levitas.

22 »Así como yo hago que los nuevos cielos y la nueva tierra(L) permanezcan delante de mí, así también haré que permanezcan su nombre y su descendencia.

—Palabra del Señor.

23 »Y mes tras mes, y día de reposo tras día de reposo, todos vendrán a adorar en mi presencia. Yo, el Señor, lo he dicho. 24 Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí. Porque sus gusanos nunca morirán, ni se apagará su fuego.(M) Y todo el mundo los verá con repugnancia.»