Add parallel Print Page Options

Pero así y todo, SEÑOR, tú eres nuestro Padre.
    Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero.
    Todos nosotros somos obra de tus manos.
SEÑOR, no te enojes indefinidamente
    y no tengas siempre presente nuestro pecado.
    Mira que todos nosotros somos tu pueblo.
10 Tus santas ciudades han quedado abandonadas.
    Sion quedó vacía,
    Jerusalén es un lugar arrasado.

Read full chapter