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Será una corona hermosa en la mano del SEÑOR;
    una corona real en la mano de tu Dios.
Ya no te llamará más «Abandonada»,
    y tampoco a tu tierra «Destruida».
Porque tu nombre será «Mi preferida»,
    y el de tu tierra «Esposa mía».
El SEÑOR se complace en ti,
    y tu tierra se casará con él.
Como un joven que se casa con una muchacha,
    así el que te reconstruye se casará contigo.
Como un novio que se complace con su esposa,
    así Dios disfrutará contigo.

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