Add parallel Print Page Options

y la puso en mi boca diciendo: “Al tocar esto tus labios, tu culpa desaparece, se perdona tu pecado”.

Oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Contesté: “Yo mismo. Envíame”. Él añadió: Ve a decir a este pueblo:

Escuchad con atención, pero no entendáis;
observad con cuidado, pero no aprendáis.

Read full chapter