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Y el uno al otro daba voces, diciendo[a]:

«Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos(A),
Llena está toda la tierra de[b] Su gloria(B)».

Y se estremecieron los cimientos[c] de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo(C). Entonces dije:

«¡Ay de mí! Porque perdido estoy(D),
Pues soy hombre de labios inmundos(E)
Y en medio de un pueblo de labios inmundos habito(F),
Porque mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos(G)».

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Footnotes

  1. Isaías 6:3 Lit. y decía.
  2. Isaías 6:3 Lit. la plenitud de toda la tierra es.
  3. Isaías 6:4 Lit. los encajes de la puerta.