Isaías 50:4-9
La Palabra (España)
Tercer canto del Siervo
4 El Señor Dios me ha dado
una lengua de discípulo,
para saber dar al cansado
una palabra de estímulo.
Por la mañana estimula mi oído
para que escuche como un discípulo.
5 El Señor Dios me ha abierto el oído
y yo no me he rebelado,
ni le he vuelto la espalda.
6 Ofrecí mi espalda a los que me azotaban,
mis mejillas a los que mesaban mi barba;
y no me tapé la cara
cuando me insultaban y escupían.
7 Pero el Señor Dios es mi ayuda,
por eso no sentía los insultos;
por eso endurecí mi cara como piedra,
sabiendo que no quedaría defraudado.
8 Mi defensor está cerca,
¿quién pleiteará conmigo?
Comparezcamos juntos.
¿Quién me quiere acusar?
Que se acerque a mí.
9 Si tengo al Señor Dios como ayuda,
¿quién podrá condenarme?
Ved a todos desgastados como ropa,
la polilla los ha ido devorando.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España