³⁰ Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.

¹⁰ Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.^(A)

⁷ Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz.^(A)

⁹ Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste.

¹⁵ El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.

La venida del Hijo del Hombre

(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)

²⁹ E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo,^(A) y las potencias de los cielos serán conmovidas.