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Se alegró por ello[a] Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara(A).

Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le preguntó(B): «¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?». Y Ezequías respondió: «Han venido a mí de un país lejano(C), de Babilonia». «¿Qué han visto en tu casa?», preguntó el profeta. «Han visto todo lo que hay en mi casa», respondió Ezequías; «no hay nada entre mis tesoros que yo no les haya mostrado».

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Footnotes

  1. Isaías 39:2 Lit. por ellos.