Isaías 37
La Biblia de las Américas
Ezequías y el profeta Isaías
37 (A)Y sucedió que cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor. 2 Envió entonces a Eliaquim(B), mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna(C) y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz(D). 3 Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: «Este día es día de angustia(E), de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer[a], pero no hay fuerzas para dar a luz(F). 4 Tal vez el Señor tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo(G), y lo reprenderá por las palabras que el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda(H)». 5 Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, 6 este[b] les dijo: Así diréis a vuestro señor: «Así dice el Señor: “No temas por las palabras que has oído(I), con las que los siervos del rey de Asiria me han blasfemado. 7 He aquí, pondré en él un espíritu, oirá(J) un rumor y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada(K)”».
8 Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna(L), pues había oído que el rey había partido de Laquis(M). 9 Y les oyó[c](N) decir acerca de Tirhaca, rey de Etiopía[d](O): Ha salido a pelear contra ti. Y cuando lo oyó, envió mensajeros a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá[e]: «No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: “Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria(P)”. 11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las naciones[f], destruyéndolas por completo(Q), ¿y serás tú librado? 12 ¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es decir, Gozán(R), Harán(S), Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?».
14 Entonces Ezequías tomó la carta[g] de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del Señor y[h] la extendió delante del Señor. 15 Y Ezequías oró al Señor, diciendo: 16 Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás[i] sobre los querubines(T), solo tú eres Dios(U) de todos los reinos de la tierra(V). Tú hiciste los cielos y la tierra(W). 17 Inclina, oh Señor, tu oído y escucha; abre, oh Señor, tus ojos y mira(X); escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo(Y). 18 En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado todas las naciones[j] y sus tierras(Z), 19 y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre(AA), de madera y piedra; por eso los han destruido(AB). 20 Y ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de su mano(AC) para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú, oh Señor, eres Dios[k](AD). 21 Entonces Isaías, hijo de Amoz(AE), envió a decir a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22 esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:
“Te ha despreciado y se ha burlado de ti
la virgen hija de Sión(AF);
ha movido la cabeza(AG) a tus espaldas
la hija de Jerusalén.
23 ¿A quién has injuriado y blasfemado(AH)?
¿Y contra quién has alzado la voz
y levantado con altivez[l] tus ojos(AI)?
¡Contra el Santo de Israel(AJ)!
24 Por mano de tus siervos has injuriado al Señor,
y has dicho: ‘Con mis numerosos carros
yo subí a las cumbres de los montes,
a las partes más remotas del Líbano,
y corté[m] sus altos cedros y sus mejores cipreses(AK);
iré a su más alta[n] cima, a su más frondoso bosque(AL).
25 -’Yo cavé pozos y bebí aguas,
y sequé con la planta de mis pies
todos los ríos de Egipto[o](AM)’.
26 ¿No has oído(AN)?
Hace mucho tiempo que lo hice,
desde la antigüedad lo había planeado(AO).
Ahora he hecho que suceda,
para que conviertas las ciudades fortificadas
en montones de ruinas(AP).
27 Sus habitantes, faltos de fuerzas[p],
fueron desalentados y humillados;
vinieron a ser como la vegetación del campo
y como la hierba verde(AQ),
como la hierba en los techos que se quema[q]
antes de que haya crecido(AR).
28 Pero conozco tu sentarte,
tu salir y tu entrar,
y tu furor contra mí(AS).
29 A causa de tu furor contra mí,
y porque tu arrogancia[r](AT) ha subido hasta mis oídos,
pondré, pues, mi garfio(AU) en tu nariz
y mi freno(AV) en tu boca[s],
y te haré volver por el camino por donde viniste(AW).
30 ”Esto te será por señal: Este año comeréis[t] lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí(AX), y en el tercer año sembrad, segad, plantad viñas y comed su fruto. 31 Y el remanente(AY) de la casa de Judá que se salve(AZ), echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba(BA). 32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente(BB), y del monte Sión sobrevivientes[u]. El celo(BC) del Señor de los ejércitos(BD) hará esto”». 33 Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: «El no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella(BE). 34 Por el camino que vino, por él se volverá(BF), y no entrará en esta ciudad» —declara el Señor. 35 «Porque defenderé esta ciudad(BG) para salvarla por amor a mí mismo(BH) y por amor a mi siervo David(BI)».
Muerte de Senaquerib
36 Y salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres(BJ). 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en Nínive(BK). 38 Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat(BL). Y su hijo Esar-hadón(BM) reinó en su lugar.
Footnotes
- Isaías 37:3 Lit., saliendo de la matriz
- Isaías 37:6 Lit., Isaías
- Isaías 37:9 Lit., oyendo
- Isaías 37:9 Heb., Cush
- Isaías 37:10 Lit., Judá, diciendo
- Isaías 37:11 Lit., tierras
- Isaías 37:14 Lit., las cartas
- Isaías 37:14 Lit., y Ezequías
- Isaías 37:16 Lit., estás sentado
- Isaías 37:18 Lit., tierras
- Isaías 37:20 Así en los M.M.M. y en 2 Rey. 19:19; el T.M. no incluye, Dios
- Isaías 37:23 Lit., en alto
- Isaías 37:24 Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., cortaré
- Isaías 37:24 Lit., lejana
- Isaías 37:25 O, del lugar sitiado
- Isaías 37:27 Lit., de manos débiles
- Isaías 37:27 Así en los M.M.M. y en 2 Rey. 19:26; en el T.M., y como campo arado
- Isaías 37:29 Lit., complacencia
- Isaías 37:29 Lit., tus labios
- Isaías 37:30 Lit., comiendo
- Isaías 37:32 Lit., los que escapan
Isaías 37
Dios Habla Hoy
El Señor libra a Judá del invasor(A)
37 Cuando el rey Ezequías oyó esto, se rasgó sus vestiduras, se puso ropas ásperas en señal de dolor y se fue al templo del Señor. 2 Y envió a Eliaquim, mayordomo de palacio, al cronista Sebná y a los sacerdotes más ancianos, con ropas ásperas en señal de dolor, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3 y a decirle de parte del rey: «Hoy estamos en una situación de angustia, castigo y humillación; como una mujer que, a punto de dar a luz, se quedara sin fuerzas. 4 Ojalá el Señor tu Dios haya oído las palabras del oficial enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios viviente, y ojalá lo castigue por las cosas que el Señor mismo, tu Dios, habrá oído. Ofrece, pues, una oración por los que aún quedan.»
5 Los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 e Isaías les encargó que respondieran a su amo: «El Señor dice: “No tengas miedo de esas palabras ofensivas que dijeron contra mí los criados del rey de Asiria. 7 Mira, yo voy a hacer que llegue a él un rumor que lo obligue a volver a su país, y allí lo haré morir asesinado.”»
8 El oficial asirio se enteró de que el rey de Asiria se había ido de la ciudad de Laquis. Entonces se fue de Jerusalén, y encontró al rey de Asiria atacando a Libná. 9 Allí el rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había emprendido una campaña militar contra él. Una vez más, el rey de Asiria envió embajadores al rey Ezequías de Judá, a decirle: 10 «Tu Dios, en el que tú confías, te asegura que Jerusalén no caerá en mi poder; pero no te dejes engañar por él. 11 Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos los países que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú? 12 ¿Acaso los dioses salvaron a los otros pueblos que mis antepasados destruyeron: a Gozán, a Harán, a Résef, y a la gente de Bet-edén que vivía en Telasar? 13 ¿Dónde están los reyes de Hamat, de Arpad, de Sefarvaim, de Hená y de Ivá?»
14 Ezequías tomó la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se fue al templo y, extendiendo la carta delante del Señor, 15 oró así: 16 «Señor todopoderoso, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines, tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 17 Pon atención, Señor, y escucha. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib mandó decirme, palabras todas ellas ofensivas contra ti, el Dios viviente. 18 Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han destruido todas las naciones y sus tierras, 19 y que han echado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra hechos por el hombre. Por eso los destruyeron. 20 Ahora pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú, Señor, eres el único Dios.»
21 Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Yo he escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.”»
22 Éstas son las palabras que dijo el Señor acerca del rey de Asiria:
«La ciudad de Sión, como una muchacha,
se ríe de ti, Senaquerib.
Jerusalén mueve burlonamente la cabeza
cuando tú te retiras.
23 ¿A quién has ofendido e insultado?
¿Contra quién alzaste la voz
y levantaste los ojos altaneramente?
¡Contra el Dios Santo de Israel!
24 Por medio de tus funcionarios insultaste al Señor.
Dijiste:
“Con mis innumerables carros de guerra
subí a las cumbres de los montes,
a lo más empinado del Líbano.
Corté sus cedros más altos,
sus pinos más bellos.
Alcancé sus cumbres más altas,
y sus bosques, que parecen jardines.
25 En tierras extrañas
cavé pozos y bebí de esa agua,
y con las plantas de mis pies
sequé todos los ríos de Egipto.”
26 ¿Pero no sabías que soy yo, el Señor,
quien ha dispuesto todas estas cosas?
Desde tiempos antiguos lo había planeado,
y ahora lo he realizado;
por eso tú destruyes ciudades fortificadas
y las conviertes en montones de ruinas.
27 Sus habitantes, impotentes,
llenos de miedo y vergüenza,
han sido como hierba del campo,
como pasto verde,
como hierba que crece en los tejados
y que es quemada por el viento del este.
28 Yo conozco todos tus movimientos
y todas tus acciones;
yo sé que te has enfurecido contra mí.
29 Y como conozco tu furia y tu arrogancia,
voy a ponerte una argolla en la nariz,
un freno en la boca,
y te haré volver por el camino
por donde viniste.»
30 Isaías dijo entonces a Ezequías:
«Ésta será una señal de lo que va a suceder:
este año y el siguiente comerán ustedes
el trigo que nace por sí solo,
pero al tercer año podrán sembrar y cosechar,
plantar viñedos y comer de sus frutos.
31 Los sobrevivientes de Judá serán como plantas:
echarán raíces y producirán fruto,
32 porque un resto quedará en Jerusalén;
en el monte Sión habrá sobrevivientes.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.
33 »Acerca del rey de Asiria dice el Señor:
“No entrará en Jerusalén,
no le disparará ni una flecha,
no la atacará con escudos
ni construirá una rampa a su alrededor.
34 Por el mismo camino por donde vino, se volverá;
no entrará en esta ciudad.
Yo, el Señor, doy mi palabra.
35 Yo protegeré esta ciudad
y la salvaré,
por consideración a mi siervo David
y a mí mismo.”»
36 Y el ángel del Señor fue y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio; al día siguiente, todos amanecieron muertos. 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive. 38 Y un día, cuando estaba adorando en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Sarézer fueron y lo asesinaron, y huyeron a la región de Ararat. Después reinó en su lugar su hijo Esarhadón.
Isaías 37
Traducción en lenguaje actual
Dios salva a Judá (2 R 19.1-37; 2 Cr 32.20-23)
37 Cuando el rey Ezequías escuchó el mensaje de Senaquerib, se puso muy triste, y para mostrarlo se rompió la ropa, se puso ropa áspera y se fue al templo. 2 Luego les pidió a Eliaquim, a Sebná y a los sacerdotes más ancianos que fueran a ver al profeta Isaías hijo de Amós. Como ya se ha dicho, Eliaquim era el encargado del palacio, y Sebná era secretario del rey. Todos ellos fueron vestidos con ropa áspera para mostrar su tristeza, 3 y le dijeron al profeta:
—El rey Ezequías dice que hoy es un día de luto, de castigo y de vergüenza. Ya hemos perdido las fuerzas; estamos completamente desanimados. 4 Ojalá que Dios haya escuchado los insultos que el oficial de Senaquerib lanzó en contra del Dios de Israel, y que lo castigue. Pídele a Dios que ayude a los israelitas que aún quedan con vida.
5-6 Isaías les respondió:
—Denle al rey este mensaje de parte de Dios: “No tengas miedo de los insultos de ese soldado. 7 Yo haré que el rey Senaquerib reciba una mala noticia que lo obligue a regresar a su país, y allí lo matarán”.
8 El oficial asirio se enteró de que Senaquerib, su rey, se había ido de la ciudad de Laquis. Entonces se fue de Jerusalén y encontró a Senaquerib luchando contra Libná. 9 Allí Senaquerib supo que el rey Tirhaca de Etiopía había salido a luchar contra él. Entonces le mandó de nuevo un mensaje a Ezequías:
10 «Ezequías, rey de Judá: Tú confías en tu Dios, pero no te dejes engañar por él cuando te dice que yo no conquistaré Jerusalén. 11 Como bien sabes, los reyes de Asiria han destruido por completo a cuanto país quisieron. ¡No creas que tú te vas a salvar! 12 Cuando mis antepasados destruyeron a países como Gozán, Harán, Résef, y a la gente de Bet-edén que vivían en Telasar, ni sus dioses pudieron salvarlos. 13 Ni tampoco pudieron los reyes de Hamat, Arpad, Sefarvaim, Ivá y Hená».
14 Ezequías tomó la carta y la leyó. Luego fue al templo, extendió la carta delante de Dios 15 y oró diciendo:
16 «Dios de Israel, tú tienes tu trono sobre los querubines. Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el creador del cielo y de la tierra. 17 ¡Préstanos atención! Mira lo que nos está sucediendo. Escucha lo que dijo Senaquerib para ofenderte a ti, el Dios de la vida. 18 Es verdad que los reyes de Asiria han destruido a los países y sus territorios, 19 y que han echado a sus dioses al fuego. Pero en realidad esos no eran dioses, sino imágenes de madera y de piedra hechas por manos humanas, y por eso fueron destruidas. 20 Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder de los asirios, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú eres el único Dios».
21 Después Isaías le mandó este mensaje a Ezequías:
«Nuestro Dios, el Dios de Israel, ha escuchado tu oración. 22 Esto es lo que Dios dice de Senaquerib:
“A ti, Senaquerib,
Jerusalén te desprecia;
los israelitas se burlan de ti a tus espaldas.
23 ¿A quién insultaste y ofendiste?
¡Me ofendiste a mí, al Dios santo de Israel!
24 Tu mensaje es un grave insulto para mí.
”Tú presumes de tener muchos carros de combate
y de haber subido con ellos
a las más altas montañas del Líbano.
Tú presumes de haber derribado
los cedros y los pinos más altos y hermosos.
Dices que has llegado a los lugares más lejanos
y a los bosques más tupidos.
25 Tu orgullo es haber hecho pozos
y haber bebido el agua de otros países.
Presumes de que a tu paso
los ríos de Egipto se quedaron secos.
26 ”¿Pero acaso no sabes, Senaquerib,
que fui yo quien te permitió hacerlo?
Desde los tiempos antiguos
he planeado lo que ahora sucede.
Por eso destruyes ciudades fortificadas
y las transformas en un montón de escombros.
27 Por eso dejas sin fuerza a sus habitantes;
y los confundes y llenas de miedo.
¡Y se han vuelto como la hierba del campo,
como el pasto verde;
como la hierba de los tejados
que se seca antes de crecer!
28 ”Senaquerib,
yo sé todo lo que haces;
sé a dónde vas y de dónde vienes.
Y sé que te enojaste contra mí.
29 ¡Te enfureciste y te llenaste de orgullo!
Pero voy a ponerte un gancho en la nariz,
como se les pone a los bueyes,
y un freno en la boca,
como se les pone a los caballos;
¡voy a hacerte regresar
por el camino por donde viniste!”»
30 Después Isaías continuó diciéndole a Ezequías:
«Voy a darte una señal que te hará saber lo que va a pasar: Este año y el próximo, lo único que el pueblo comerá será el trigo que crece por sí solo. Pero en el tercer año ya podrán sembrar y cosechar, plantar viñedos y comer las uvas.
31 »Los habitantes de Judá que aún queden con vida serán como árboles bien firmes que producen mucho fruto. 32 Porque no todos en Jerusalén morirán de hambre, sino que un pequeño grupo quedará con vida. Dios hará esto porque los ama mucho.
33-34 »Dios quiere que sepas que Senaquerib no entrará a Jerusalén. No disparará ni una sola flecha; no la atacará ni construirá plataformas para subir por sus murallas, tendrá que regresar por donde vino. Dios ha dado su palabra. 35 Dios protegerá esta ciudad, por amor a sí mismo, y por amor a David, quien le fue fiel en todo».
36 Esa noche, el ángel de Dios fue y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados del ejército asirio, y a la mañana siguiente el campo estaba lleno de muertos. 37 Entonces Senaquerib regresó a su país y se quedó en la ciudad de Nínive. 38 Pero un día, mientras Senaquerib estaba adorando en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer fueron y lo mataron, y luego escaparon a la región de Ararat. En su lugar reinó su hijo Esarhadón.
Isaiah 37
Good News Translation
The King Asks Isaiah's Advice(A)
37 As soon as King Hezekiah heard their report, he tore his clothes in grief, put on sackcloth, and went to the Temple of the Lord. 2 He sent Eliakim, the official in charge of the palace, Shebna, the court secretary, and the senior priests to the prophet Isaiah son of Amoz. They also were wearing sackcloth. 3 This is the message which he told them to give to Isaiah: “Today is a day of suffering; we are being punished and are in disgrace. We are like a woman who is ready to give birth, but is too weak to do it. 4 The Assyrian emperor has sent his chief official to insult the living God. May the Lord your God hear these insults and punish those who spoke them. So pray to God for those of our people who survive.”
5 When Isaiah received King Hezekiah's message, 6 he sent back this answer: “The Lord tells you not to let the Assyrians frighten you by their claims that he cannot save you. 7 The Lord will cause the emperor to hear a rumor that will make him go back to his own country, and the Lord will have him killed there.”
The Assyrians Send Another Threat(B)
8 The Assyrian official learned that the emperor had left Lachish and was fighting against the nearby city of Libnah; so he went there to consult him. 9 Word reached the Assyrians that the Egyptian army, led by King Tirhakah of Ethiopia,[a] was coming to attack them. When the emperor heard this, he sent a letter to King Hezekiah 10 of Judah to tell him: “The god you are trusting in has told you that you will not fall into my hands, but don't let that deceive you. 11 You have heard what an Assyrian emperor does to any country he decides to destroy. Do you think that you can escape? 12 My ancestors destroyed the cities of Gozan, Haran, and Rezeph, and killed the people of Betheden who lived in Telassar, and none of their gods could save them. 13 Where are the kings of the cities of Hamath, Arpad, Sepharvaim, Hena, and Ivvah?”
14 King Hezekiah took the letter from the messengers and read it. Then he went to the Temple, placed the letter there in the presence of the Lord, 15 and prayed, 16 (C)“Almighty Lord, God of Israel, seated above the winged creatures, you alone are God, ruling all the kingdoms of the world. You created the earth and the sky. 17 Now, Lord, hear us and look at what is happening to us. Listen to all the things that Sennacherib is saying to insult you, the living God. 18 We all know, Lord, that the emperors of Assyria have destroyed many nations, made their lands desolate, 19 and burned up their gods—which were no gods at all, only images of wood and stone made by human hands. 20 Now, Lord our God, rescue us from the Assyrians, so that all the nations of the world will know that you alone are God.”
Isaiah's Message to the King(D)
21 Then Isaiah sent a message telling King Hezekiah that in answer to the king's prayer 22 the Lord had said, “The city of Jerusalem laughs at you, Sennacherib, and makes fun of you. 23 Whom do you think you have been insulting and ridiculing? You have been disrespectful to me, the holy God of Israel. 24 You sent your servants to boast to me that with all your chariots you had conquered the highest mountains of Lebanon. You boasted that there you cut down the tallest cedars and the finest cypress trees, and that you reached the deepest parts of the forests. 25 You boasted that you dug wells and drank water in foreign lands, and that the feet of your soldiers tramped the Nile River dry.
26 “Have you never heard that I planned all this long ago? And now I have carried it out. I gave you the power to turn fortified cities into piles of rubble. 27 The people who lived there were powerless; they were frightened and stunned. They were like grass in a field or weeds growing on a roof when the hot east wind blasts them.[b]
28 “But I know everything about you, what you do and where you go. I know how you rage against me. 29 I have received the report of that rage and that pride of yours, and now I will put a hook through your nose and a bit in your mouth and will take you back by the same road you came.”
30 Then Isaiah said to King Hezekiah, “Here is a sign of what will happen. This year and next you will have only wild grain to eat, but the following year you will be able to plant grain and harvest it, and plant vines and eat grapes. 31 Those in Judah who survive will flourish like plants that send roots deep into the ground and produce fruit. 32 There will be people in Jerusalem and on Mount Zion who will survive, because the Lord Almighty is determined to make this happen.
33 “And this is what the Lord has said about the Assyrian emperor: ‘He will not enter this city or shoot a single arrow against it. No soldiers with shields will come near the city, and no siege mounds will be built around it. 34 He will go back by the same road he came, without entering this city. I, the Lord, have spoken. 35 I will defend this city and protect it, for the sake of my own honor and because of the promise I made to my servant David.’”
36 An angel of the Lord went to the Assyrian camp and killed 185,000 soldiers. At dawn the next day there they lay, all dead! 37 Then the Assyrian emperor Sennacherib withdrew and returned to Nineveh. 38 One day when he was worshiping in the temple of his god Nisroch, two of his sons, Adrammelech and Sharezer, killed him with their swords and then escaped to the land of Ararat. Another of his sons, Esarhaddon, succeeded him as emperor.
Footnotes
- Isaiah 37:9 Hebrew Cush: Cush is the ancient name of the extensive territory south of the First Cataract of the Nile River. This region was called Ethiopia in Graeco-Roman times, and included within its borders most of modern Sudan and some of present-day Ethiopia (Abyssinia).
- Isaiah 37:27 Probable text when the hot east wind blasts them; Hebrew blasted before they are grown.
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