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Pero quizá el Señor tu Dios haya oído la blasfemia del representante del rey de Asiria burlándose del Dios viviente. Sin duda no le dejará Dios salirse con la suya, sin duda Dios lo reprenderá por esas palabras. ¡Oh Isaías, ruega por los que hemos quedado!». Así fue como le dieron a Isaías el mensaje del rey.

Isaías respondió:

«Díganle al rey Ezequías que el Señor dice: “No te angusties por esas palabras del siervo del rey de Asiria ni por su blasfemia.

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