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El reino de justicia

32 ¡Miren, un rey justo viene acompañado de príncipes honrados! Él protegerá a Israel de la tormenta y el viento, le dará refrigerio como río en el desierto, como la refrescante sombra de una potente roca en tierra calurosa y árida. Entonces por fin se abrirán los ojos de Israel para ver a Dios, el pueblo escuchará la voz de su Dios. Hasta los alborotadores estarán llenos de sensatez y comprensión, y los que tartamudean inseguros, hablarán con toda claridad.

En aquellos días no serán admirados los descreídos, los charlatanes. Los ricos estafadores no serán tenidos por hombres generosos y sobresalientes. Todo el mundo sabrá con sólo verlo quién es malo, y los hipócritas no engañarán a nadie. Sus mentiras respecto a Dios y sus fraudes contra los necesitados estarán a la vista de todos. Se descubrirán las triquiñuelas de los malvados, así como las mentiras con las cuales oprimían a los pobres en los tribunales. Pero los buenos serán generosos con el prójimo, y Dios los bendecirá por todo lo que hacen.

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