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Uno le dirá a su hermano:

“Sólo tú puedes gobernar
sobre este montón de ruinas
porque en casa de nuestro padre
al menos tienes ropa que ponerte”.

»Pero el otro le responderá:

“En mi casa no tengo comida
ni ropa que ponerme.
Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo;
¡yo no puedo arreglar este desastre!”

»Jerusalén se derrumba,
el reino de Judá está en ruinas,
porque allí todos ofenden a Dios.

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