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Ahora los pueblos fuertes y tiranos
te obedecen y te adoran.

»Has sido un refugio para el débil
y has protegido al pobre en su aflicción.
Tú eres un refugio en la tormenta,
una sombra que protege del calor.

»El soplo de los tiranos
es como una tormenta de invierno;
es como el calor del desierto.
Tú frenaste el ataque de los enemigos,
y así pusiste fin
al canto de victoria de los tiranos.

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