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12 La ciudad quedó destruida,
y sus portones, hechos pedazos.
13 Las naciones quedaron vacías,
como un árbol de olivo
después de la cosecha.

Algunos se salvarán

14-16 »Los pocos que se salven
gritarán y saltarán de alegría.
¡Por todos los rincones del mundo
se oirán cantos de alabanza
para el Dios que ama la justicia!»

El triunfo de Dios

Isaías continuó diciendo:

«Mi ánimo está por los suelos;
¡siento que me muero de tristeza!

»No se puede confiar en los traidores,
porque engañan y no tienen compasión.

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