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»Los soldados de Elam y de Quir
llegaron en sus carros de guerra,
armados con escudos y flechas.
Sus carros de guerra llenaron
los hermosos valles de Jerusalén.
Los soldados y sus caballos
rodearon la ciudad.
¡Judá quedó indefensa!»

Ese día nuestra gente se dio cuenta de que había armas en el Palacio del Bosque.

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