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Cuando sobre las montañas
    se alce el estandarte y suene la trompeta,
¡fijaos, habitantes del mundo!;
    ¡escuchad, pobladores de la tierra!

Así me dijo el Señor:
    «Desde mi morada miraré impasible,
como los candentes rayos del sol,
    como las nubes de rocío en el calor de la vendimia».
Porque antes de la vendimia,
    cuando la flor se cae y madura la uva,
se podarán los retoños
    y se arrancarán de raíz los sarmientos.

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