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En sus calles se ciñen de cilicio; todos lamentan en sus azoteas y en sus plazas, deshechos en llanto. Claman Hesbón y Eleale; hasta Jahaz se oye su voz. Por eso gritan los hombres armados de Moab; el alma de cada uno desmaya.

“Mi corazón da gritos por Moab. Sus fugitivos se extienden hasta Zoar, hasta Eglat-selisiyá[a]. Por la cuesta de Lujit suben con llanto; por el camino de Horonaim levantan clamor de quebranto.

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Footnotes

  1. Isaías 15:5 Cf. 11:15, 16.