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18 Todos los reyes de las naciones yacen en gloria y honor,
    cada uno en su propio sepulcro.
19 Pero tú no fuiste enterrado en una tumba,
    sino tirado como basura en la calle.
Fuiste como el cadáver de algún asesinado,
    un degollado cualquiera,
que es arrojado luego a las rocas de un fosa
    para que no te tengan que pisar.
20 No serás enterrado
    como los otros reyes,
porque arruinaste a tu propio país,
    mataste a tu mismo pueblo.
La descendencia de los malhechores
    nunca más se mencionará.

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