Add parallel Print Page Options

Por eso, las fuerzas flaquean,
se sienten incapaces de pensar;
agarrotados por angustias y espasmos,
se retuercen igual que parturientas;
cada cual se asusta del prójimo,
sus rostros son rostros llameantes.
Llega inexorable el día del Señor,
cargado de cólera, ardiente de ira:
para dejar la tierra desolada,
barrida, sin ningún pecador.

Read full chapter