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¡Vean a Dios, mi salvador! Puedo estar confiado y sin temor alguno, porque el Señor es mi fortaleza y mi canción;(A) ¡él es mi salvador!»

Y con gran gozo sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.

Cuando llegue ese día, dirán ustedes:

«¡Alaben al Señor! ¡Aclamen su nombre!
¡Alaben sus acciones entre los pueblos!
¡Recuerden que su nombre es incomparable!
¡Canten salmos al Señor,
porque sus obras son magníficas!
¡Que toda la tierra lo sepa!
Tú, que habitas en Sión,
¡canta y regocíjate, que en medio de ti
grande es el Santo de Israel!»

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