Isaías 1:21-5:30
Traducción en lenguaje actual
Dios castigará a los rebeldes
21 Isaías dijo:
«Los habitantes de Jerusalén
eran fieles, honestos y justos,
pero ahora son unos asesinos.
22 Eran como la plata,
pero se han vuelto basura;
eran como el buen vino,
pero se han vuelto vinagre.
23 »Los gobernantes son rebeldes
y amigos de bandidos.
A cambio de dinero y de regalos
declaran culpable al inocente.
Maltratan al huérfano
y niegan ayuda a las viudas.
24-25 »Por eso, el Dios todopoderoso, dice:
“¡Basta ya!
Ustedes son mis enemigos,
y voy a castigarlos.
Borraré todos sus pecados
como quien quema basura,
como quien quita una mancha.
26 ”Haré que los jueces y consejeros
vuelvan a ser honrados y sinceros.
Se volverá a decir que en Jerusalén
se practica la justicia
y que su gente me es fiel.
27 ”A los habitantes de Jerusalén
que vuelvan a obedecerme
los libraré con mi gran poder
de ese terrible castigo.
28 Pero haré pedazos a los rebeldes
y a los que me abandonen.
29 ”Ustedes van a sentir vergüenza
de esos árboles y jardines,
de los que se sienten orgullosos.
30 ”A ustedes los dejaré arruinados,
y serán como árboles sin hojas,
como jardines completamente secos.
31 El más fuerte de ustedes
arderá en llamas como la paja;
¡y de él no quedará
ni el recuerdo de sus obras!”»
El mundo vivirá en paz
2 Éste es el mensaje que Dios le dio a Isaías hijo de Amós, para el reino de Judá y la ciudad de Jerusalén.
2 En el futuro,
el monte donde se encuentra
el templo de nuestro Dios
será el monte más importante.
Allí vendrán muchos pueblos
3 y gente de muchas naciones,
y unos a otros se dirán:
«Subamos al monte de Sión,
al templo del Dios de Israel,
para que él mismo nos enseñe
y obedezcamos sus mandamientos».
Dios mismo será nuestro maestro
desde el monte de Sión,
¡desde la ciudad de Jerusalén!
4 Dios mismo dictará sentencia
contra naciones y pueblos lejanos,
y ellos convertirán sus espadas
en herramientas de trabajo.
Nunca más nación alguna
volverá a pelear contra otra,
ni se entrenará para la guerra.
5 ¡Vamos, pueblo de Israel,
deja que Dios sea tu guía!
Los muchos pecados de Israel
6 Isaías dijo:
«¡Dios mío,
tú has abandonado a tu pueblo Israel!
»El país está lleno de adivinos,
que han venido de Asiria y de Babilonia.
Israel practica la brujería,
igual que sus vecinos, los filisteos.
»Israel hace negocios sucios
con gente extranjera.
7 Por eso se ha llenado de oro y plata;
son muchos sus tesoros.
»Israel se ha convertido
en gran potencia militar,
pues tiene muchos caballos
y numerosos carros de guerra.
8 »¡Israel está lleno de ídolos!
Todos adoran a dioses
fabricados con sus propias manos.
9 Esto es una vergüenza
y una terrible desgracia;
¡no los perdones, Dios mío!
Dios castigará a los orgullosos
10 »Israelitas,
escóndanse entre las rocas,
escóndanse en las cuevas,
para que puedan escapar
del poderoso y temible Dios.
11 Los orgullosos bajarán la vista,
y agacharán la cabeza.
Sólo el Dios todopoderoso será adorado,
12 pues ya está cerca el día
en que humillará a esos orgullosos.
13 Cuando llegue ese día,
Dios actuará contra aquellos
que se creen muy importantes;
se creen más grandes y altos
que los cedros del monte Líbano
y que los robles del valle de Basán.
14 Dios actuará contra aquellos
que se creen muy importantes;
se creen más grandes y altos
que las montañas y los cerros,
15 más altos que las torres
y más fuertes que las murallas.
16 Se creen más ricos que un barco
cargado de muchos tesoros.
17-18 »Cuando llegue ese día
serán humillados por completo
los creídos y orgullosos.
Cuando llegue ese día,
Dios acabará con todos los ídolos,
y solamente él será adorado.
Dios castigará a su pueblo
19-21 »Cuando Dios decida castigarlos
escóndanse entre las rocas,
escóndanse en las cuevas,
para que puedan escapar
de Dios y de su terrible poder.
Cuando llegue ese día,
la gente tomará sus falsos dioses,
esos ídolos de oro y plata
que fabricaron con sus propias manos,
y los arrojarán a las ratas y a los murciélagos.
22 »Por eso,
¡dejen de confiar en su propio poder,
porque tarde o temprano
todos van a morir!»
Judá y Jerusalén serán castigadas
3 Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén:
«¡Fíjense bien!
El Dios todopoderoso
dejará sin pan ni agua
a Jerusalén y al reino de Judá.
2-3 »Dios hará que desaparezcan
el valiente y el guerrero,
el juez y el profeta,
el capitán y el anciano,
el rico y el consejero,
el adivino y el artesano.
4 »Dios pondrá a niños y muchachos
como jefes y gobernantes.
5 La vida se volverá tan difícil
que hasta entre amigos se atacarán.
Los jóvenes insultarán a los viejos
y los pobres a los ricos.
6 Uno le dirá a su hermano:
“Sólo tú puedes gobernar
sobre este montón de ruinas
porque en casa de nuestro padre
al menos tienes ropa que ponerte”.
7 »Pero el otro le responderá:
“En mi casa no tengo comida
ni ropa que ponerme.
Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo;
¡yo no puedo arreglar este desastre!”
8 »Jerusalén se derrumba,
el reino de Judá está en ruinas,
porque allí todos ofenden a Dios.
9 »Todos ellos son culpables;
¡en la cara se les ve!
Nadie esconde sus pecados;
ni siquiera los disimulan.
Se están portando igual
que los habitantes de Sodoma.
Nada bueno les espera;
se están ganando su propio castigo.
10-11 ¡Qué mal le irá al malvado!
¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho!
En cambio, Dios bendecirá al obediente,
y lo recompensará por su buena conducta.
Los malos gobernantes
12 »Los gobernantes engañan a mi pueblo,
y lo llevan por mal camino;
hasta las mujeres y los niños
gobiernan y abusan de la gente.
13 »Dios está por juzgar a su pueblo.
14 Lo llamará a juicio
y les dirá a sus líderes y jefes:
“Ustedes han destruido a mi pueblo querido.
Han robado a los pobres
y han guardado en sus casas
todo lo que se robaron.
15 ¿Con qué derecho abusan de mi pueblo
y maltratan a los pobres?”
»Yo, el Dios todopoderoso,
les juro que así es».
Dios castiga a las mujeres orgullosas
16 Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén:
«Mujeres de Jerusalén,
ustedes son tan orgullosas
que andan con la cabeza levantada,
miran a todos con desprecio,
se menean al caminar
y llaman la atención haciendo sonar
los adornos que llevan en los tobillos.
17 Pero yo las dejaré desnudas,
con las cabezas peladas
y llenas de llagas.
18-23 »Mujeres de Jerusalén,
llegará el día en que haré desaparecer
todos los adornos que ustedes usan
en las manos y en los pies,
en la cara y en el cuello,
en el pelo y en las orejas,
en los dedos y en la cintura.
También les quitaré
sus perfumes y sus espejos,
sus mantos y sus bolsos
sus sandalias y sus finos vestidos.
24 »Mujeres de Jerusalén,
hoy andan perfumadas,
mañana olerán mal;
hoy usan cinturón,
mañana usarán una soga;
hoy se visten con ropa fina,
mañana vestirán trapos viejos;
hoy se ven muy hermosas,
mañana estarán llenas de cicatrices;
hoy se peinan con elegancia,
mañana no tendrán nada que peinarse».
25 Dios también dijo:
«Los guerreros de Jerusalén
morirán en el campo de batalla.
26 La gente llorará y se pondrá de luto,
y la ciudad quedará abandonada.
4 »En aquel día quedarán tan pocos hombres,
que siete mujeres se pelearán por uno de ellos.
Las mujeres les dirán a los hombres:
“Si te casas conmigo
yo me compraré mi propio pan
y también mi propia ropa;
por favor, cásate conmigo
para que no me muera de vergüenza”».
Dios perdonará a Israel
2-3 Dios también dijo:
«No castigaré a todos.
A los que deje con vida,
les permitiré vivir en Jerusalén
y serán llamados:
“Pueblo elegido de Dios”.
»Cuando llegue ese día,
haré que prosperen y vivan bien.
Mi pueblo se pondrá orgulloso
de los frutos que su tierra le dará.
4 »Cuando yo dicte sentencia
y castigue a mi pueblo,
perdonaré a los habitantes de Jerusalén
de los crímenes que han cometido.
5-6 Entonces protegeré a mi pueblo
con una nube durante el día
y una llama de fuego durante la noche.
Así, durante el día,
los protegeré del calor,
de la lluvia y de la tempestad».
El canto de la viña
5 Dios dijo:
«Esta canción habla de una viña,
y quiero dedicársela a mi pueblo.
»Mi amigo plantó una viña
en un terreno muy fértil.
2 Removió la tierra, le quitó las piedras
y plantó semillas de la mejor calidad.
Puso una torre en medio del terreno
y construyó un lugar para hacer el vino.
Mi amigo esperaba uvas dulces,
pero sólo cosechó uvas agrias.
3 »Ahora, díganme ustedes,
habitantes de Jerusalén y de Judá,
digan quién tiene la culpa,
si ustedes o yo.
4 ¿Qué no hice por ustedes?
Lo que tenía que hacer, lo hice.
Yo esperaba que hicieran lo bueno,
pero sólo hicieron lo malo.
5 »Pues bien, ustedes son mi viña,
y ahora les diré lo que pienso hacer:
dejaré de protegerlos para que los destruyan,
derribaré sus muros para que los pisoteen.
6 Los dejaré abandonados,
y pasarán hambre y sed,
y no los bendeciré.
7 »Mi viña, mi plantación más querida,
son ustedes, pueblo de Israel;
son ustedes, pueblo de Judá.
Yo, el Dios todopoderoso,
esperaba de ustedes obediencia,
pero sólo encuentro desobediencia;
esperaba justicia,
pero sólo encuentro injusticia».
Seis amenazas
Contra los que abusan de los pobres
8 El profeta Isaías anunció seis amenazas contra Judá:
«¡Qué mal les va a ir a ustedes!
Compran casas y más casas,
campos y más campos,
y no dejan lugar para nadie más.
Se creen los únicos dueños del país.
9 El Dios todopoderoso me ha prometido:
“Todas esas casas grandes y hermosas,
serán destruidas y nadie podrá habitarlas.
10 Tres hectáreas plantadas de uvas
no darán más que un barril de vino;
diez bolsas de semilla
sólo producirán una bolsa de trigo”.
Contra los desenfrenados
11 »¡Qué mal les va a ir a ustedes!
Muy temprano empiezan a emborracharse,
y todavía de noche siguen tomando.
12 En sus fiestas se oye música
de arpas, tambores y flautas,
y abunda el vino.
Ustedes nunca se fijan
ni toman en cuenta
todo lo que Dios ha hecho.
13 Por eso, el pueblo y sus jefes
serán llevados a un país extraño,
y allí morirán de hambre y de sed.
14 »Les aseguro que las tumbas se abrirán
para tragarse al pueblo y a sus jefes,
porque se divierten haciendo el mal.
15 El pueblo quedará humillado,
y sus jefes agacharán la cabeza.
16-17 Las ciudades serán destruidas,
y ovejas y cabras
comerán pasto entre sus ruinas.
Así el Dios todopoderoso
mostrará su grandeza y santidad
cuando haga justicia.
Contra los malvados
18 »¡Qué mal les va a ir a ustedes!
¡El pecado los tiene atrapados!
19 »Para colmo, ustedes se animan a decir:
“Que Dios nos demuestre que cumplirá
todo lo que ha prometido;
que el Dios único y todopoderoso
se apresure a cumplir sus planes,
para que podamos conocerlos”.
Contra los que engañan
20 »¡Qué mal les va a ir a ustedes!
Dicen que lo malo es bueno,
y que las tinieblas son luz.
También dicen que lo amargo es dulce.
Contra los creídos
21 »¡Qué mal les va a ir a ustedes!
¡Se creen muy sabios
y muy inteligentes!
Contra los que practican la injusticia
22 »¡Qué mal les va a ir a ustedes!
¡Para beber vino y mezclar licores
son unos campeones!
23 ¡Pero en realidad,
son todos unos corruptos!
Por dinero dejan en libertad al culpable,
y no respetan los derechos del inocente.
24 Rechazan la enseñanza
del Dios santo de Israel;
desprecian los mandamientos
del Dios único y perfecto.
Por eso, así como el fuego quema la paja
así también desaparecerán ustedes:
serán como plantas que se pudren de raíz
y sus flores se convierten en polvo.
El enojo de Dios
25 »Por eso Dios se enojó con ustedes,
que son su pueblo,
y levantó su mano poderosa para castigarlos.
Temblaron las montañas,
y los cadáveres quedaron tirados
como basura en las calles.
Pero Dios sigue muy enojado,
su mano está lista para seguir con el castigo.
La invasión del enemigo
26 »Dios llama a una nación lejana
para atacar a su pueblo.
Los soldados de esa nación
atienden pronto a su llamado.
27 Son fuertes y no se cansan;
están siempre alertas
y listos para la guerra.
28 »Ya han preparado sus arcos,
y han afilado sus flechas.
Los cascos de sus caballos
son duros como las piedras;
las ruedas de sus carros
avanzan con rapidez.
29 Los soldados lanzan gritos de guerra;
parecen leones feroces
que arrastran la presa y se la llevan;
¡nadie se las puede quitar!
30 En el momento indicado,
esa nación atacará a Israel
con la fuerza de un mar tormentoso.
Entonces la tierra
quedará envuelta en tinieblas,
y la luz del día se perderá
entre oscuros nubarrones.
¡Israel quedará muy angustiada!»
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