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Fecundidad de Jerusalén

54 Grita de júbilo, oh estéril, la que no ha dado a luz;
prorrumpe en gritos de júbilo y clama en alta voz, la que no ha estado de parto(A);
porque son más los hijos de la desolada(B)
que los hijos(C) de la casada —dice el Señor.
Ensancha el lugar de tu tienda(D),
extiende[a] las cortinas de tus moradas, no escatimes;
alarga tus cuerdas,
y refuerza tus estacas(E).
Porque te extenderás hacia la derecha y hacia la izquierda;
tu descendencia[b] poseerá naciones(F),
y poblarán ciudades desoladas(G).

No temas, pues no serás avergonzada;
ni te sientas humillada(H), pues no serás agraviada;
sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud(I),
y del oprobio(J) de tu viudez no te acordarás más.
Porque tu esposo es tu Hacedor(K),
el Señor de los ejércitos es su nombre;
y tu Redentor es el Santo de Israel(L),
que se llama Dios de toda la tierra(M).
Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu,
te ha llamado el Señor,
y como a esposa de la juventud que es repudiada(N)
—dice tu Dios.
Por[c] un breve momento te abandoné(O),
pero con gran compasión te recogeré(P).
En un acceso[d] de ira(Q)
escondí mi rostro de ti por un momento,
pero con misericordia eterna tendré compasión de ti(R)
—dice el Señor tu Redentor(S).

Porque esto es para mí como en los días[e] de Noé,
cuando juré que las aguas de Noé
nunca más inundarían[f] la tierra(T);
así he jurado que no me enojaré contra ti(U),
ni te reprenderé.
10 Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán(V),
pero mi misericordia no se apartará de ti,
y el pacto de mi paz no será quebrantado(W)
—dice el Señor, que tiene compasión de ti(X).

11 Oh afligida[g](Y), azotada por la tempestad, sin consuelo(Z),
he aquí, yo asentaré tus piedras en antimonio(AA),
y tus cimientos en zafiros[h](AB).
12 Haré tus almenas de rubíes,
tus puertas de cristal[i]
y todo tu muro[j] de piedras preciosas.
13 Todos tus hijos serán enseñados por el[k] Señor(AC),
y grande será el bienestar[l] de tus hijos(AD).
14 En justicia serás establecida(AE).
Estarás lejos de la opresión(AF), pues no temerás(AG),
y del terror(AH), pues no se acercará a ti.
15 Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte.
Cualquiera que te ataque, por causa de ti caerá(AI).
16 He aquí, yo he creado al herrero que sopla las brasas en el fuego
y saca una herramienta para su trabajo;
yo he creado al devastador para destruir.
17 Ningún arma forjada contra ti prosperará(AJ),
y condenarás toda lengua que se alce(AK) contra ti en juicio.
Esta es la herencia de los siervos del Señor,
y su justificación viene de mí(AL) —declara el Señor.

Footnotes

  1. Isaías 54:2 Lit., y que extiendan
  2. Isaías 54:3 Lit., simiente
  3. Isaías 54:7 Lit., En
  4. Isaías 54:8 Lit., desbordamiento
  5. Isaías 54:9 Algunos mss. dicen: Porque esto es para mí las aguas
  6. Isaías 54:9 Lit., no pasarían más sobre
  7. Isaías 54:11 O, pobrecita
  8. Isaías 54:11 O, lapislázuli
  9. Isaías 54:12 O, carbúnculo
  10. Isaías 54:12 Lit., límite
  11. Isaías 54:13 O, discípulos del
  12. Isaías 54:13 O, la paz

Gloria futura de Jerusalén

54 «¡Canta, oh mujer sin hijos,
    tú que nunca diste a luz!
Prorrumpe en canciones de alegría a toda voz, oh Jerusalén,
    tú que nunca tuviste dolores de parto.
Pues la mujer desolada ahora tiene más hijos
    que la que vive con su esposo
    —dice el Señor—.
Agranda tu casa; construye una ampliación.
    Extiende tu hogar y no repares en gastos.
Pues pronto estarás llena a rebosar;
    tus descendientes ocuparán otras naciones
    y repoblarán las ciudades en ruinas.

»No temas; ya no vivirás avergonzada.
    No tengas temor; no habrá más deshonra para ti.
Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud
    ni las tristezas de tu viudez.
Pues tu Creador será tu marido;
    ¡el Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre!
Él es tu Redentor, el Santo de Israel,
    el Dios de toda la tierra.
Pues el Señor te llamó para que te libres de tu dolor,
    como si fueras una esposa joven abandonada por su marido
    —dice tu Dios—.
Por un breve instante te abandoné,
    pero con gran compasión te recibiré de nuevo.
En un estallido de enojo aparté de ti mi rostro por un poco de tiempo.
    Pero con amor eterno tendré compasión de ti
    —dice el Señor, tu Redentor—.

»Así como juré en tiempos de Noé
    que nunca más permitiría que un diluvio cubra la tierra,
ahora también juro
    que nunca más me enojaré contigo ni te castigaré.
10 Pues las montañas podrán moverse
    y las colinas desaparecer,
pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá;
    mi pacto de bendición nunca será roto
    —dice el Señor, que tiene misericordia de ti—.

11 »¡Oh ciudad azotada por las tormentas,
    atribulada y desolada!
Te reconstruiré con joyas preciosas
    y haré tus cimientos de lapislázuli.
12 Haré tus torres de rubíes relucientes,
    tus puertas de gemas brillantes
    y tus muros de piedras preciosas.
13 Yo les enseñaré a todos tus hijos,
    y ellos disfrutarán de una gran paz.
14 Estarás segura bajo un gobierno justo e imparcial;
    tus enemigos se mantendrán muy lejos.
Vivirás en paz,
    y el terror no se te acercará.
15 Si alguna nación viniera para atacarte,
    no será porque yo la haya enviado;
    todo el que te ataque caerá derrotado.

16 »Yo he creado al herrero
    que aviva el fuego de los carbones bajo la fragua
y hace las armas de destrucción.
    Y he creado a los ejércitos que destruyen.
17 Pero en aquel día venidero,
    ningún arma que te ataque triunfará.
Silenciarás cuanta voz
    se levante para acusarte.
Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor;
    yo seré quien los reivindique.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!

Dios es el esposo de su pueblo

54 Isaías dijo:

«Jerusalén,
tú que nunca has sido madre
ni has podido tener hijos,
lanza gritos de alegría,
entona alegres canciones,
porque Dios dice:
“Jerusalén, mujer abandonada,
tendrás más hijos que la mujer casada”.

2-3 »Nación de Israel,
agranda tu tienda de campaña,
extiende las cuerdas
y clava bien las estacas,
porque te vas a extender
de un extremo al otro.
Tus hijos conquistarán muchas naciones
y ocuparán las ciudades
que ahora están deshabitadas.

»No tengas miedo,
pues no te insultarán
ni pasarás vergüenza.
Cuando eras joven
pasaste la vergüenza
de no tener hijos.
Después te quedaste sola
como una viuda.
Pero no volverás a acordarte
de tu vergüenza,
porque Dios es tu creador
y te tomará por esposa.

»El Dios santo de Israel
es tu salvador;
es el Dios todopoderoso
y reina en toda la tierra.

»Pueblo de Israel,
tú eras como una esposa joven,
que quedó abandonada y afligida,
pero tu Dios vuelve a llamarte
y te dice:

“Sólo por un momento
te dejé abandonada,
pero con gran ternura
te aceptaré de nuevo.

”Cuando me enojé contigo,
me alejé de ti por un poco de tiempo,
pero muy pronto tuve compasión de ti
y te manifesté mi amor eterno”».

El amor de Dios es eterno

Dios le dijo al pueblo de Israel:

«Después que cubrí toda la tierra
con las aguas del diluvio,
yo le juré a Noé:
“Nunca más habrá otro diluvio”.
Del mismo modo, ahora te juro
que nunca más me enojaré contigo
ni volveré a amenazarte.
10 Las montañas podrán cambiar de lugar,
los cerros podrán venirse abajo,
pero mi amor por ti no cambiará.
Siempre estaré a tu lado
y juntos viviremos en paz.
Te juro que tendré compasión de ti.

La nueva Jerusalén

11-12 »Ciudad de Jerusalén,
ahora estás oprimida y atormentada,
y no hay nadie que te consuele.
Pero yo construiré con piedras preciosas
tus cimientos y tus muros,
tus torres y tus puertas.
13 Yo instruiré a tus habitantes,
y todos vivirán en paz.
14 La justicia te hará fuerte,
y no volverás a sentir miedo.
15 Si una nación te ataca,
tú la vencerás
porque no cuenta con mi apoyo.

16 »Mira, yo he creado al herrero
que fabrica herramientas.
Pero también he creado ejércitos
que todo lo arruinan y destruyen.
17 Sin embargo,
nadie ha hecho un arma
capaz de destruirte.

»Israel, tú harás callar
a todo el que te acuse,
porque yo, el único Dios,
hago triunfar a los que me adoran.
Te juro que así será».