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Advertencias de Isaías a sus discípulos

16 Guarden bien este mensaje;
mantengan ocultas estas instrucciones, estas enseñanzas mías.
17 Aunque el Señor se oculta del pueblo de Jacob,
yo confío en él.
En él he puesto mi esperanza.
18 Yo y los hijos que me dio el Señor
somos señales milagrosas para Israel,
puestas por el Señor todopoderoso
que vive en el monte Sión.
19 Sin duda la gente les dirá a ustedes:
«Consulten a los espíritus de los muertos
y a esos adivinos que cuchichean y susurran.
¿Acaso no debe un pueblo consultar a sus dioses,
y pedir consejo a los muertos acerca de los vivos
20 para recibir una instrucción o un mensaje?»
Sin duda que hablarán así,
pero lo que dicen es una tontería.

21 La gente irá de una parte a otra,
oprimida y con hambre,
y por el hambre se pondrán furiosos.
Maldecirán a su rey y a sus dioses.
Volverán la cara hacia arriba
22 y después mirarán al suelo,
y no encontrarán más que miseria y oscuridad,
tinieblas y angustia.
Todo lo cubrirá la noche.

(8.23a) Y el oprimido no podrá escapar.

Nacimiento y reinado del Príncipe de la paz

1b (8.23b) Al principio Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí, región vecina a los paganos, que se extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor.

16 Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos. 17 Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.(A) 18 He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová(B) somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion. 19 Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. 21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. 22 Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.

Nacimiento y reinado del Mesías

Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.(C)