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Ayes sobre los malvados

¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra? Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas. 10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.

11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! 12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. 13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. 14 Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba. 15 Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos. 16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia. 17 Y los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños devorarán los campos desolados de los ricos.

18 ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, 19 los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos! 20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21 ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! 22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; 23 los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!

24 Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel. 25 Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

26 Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente. 27 No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias. 28 Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino. 29 Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad, y nadie se la quitará. 30 Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.

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Maldiciones contra los explotadores

¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa
    y se apropian de campo tras campo
hasta que no dejan lugar para nadie más,
    y terminan viviendo solos en la tierra!

El Señor de los Ejércitos me ha dicho al oído:

«Ciertamente muchas casas quedarán devastadas
    y no habrá quien habite las grandes mansiones.
10 Tres hectáreas[a] de viña solo producirán un bato[b] de vino
    y un jómer[c] de semilla dará tan solo un efa[d] de grano».

11 ¡Ay de los que madrugan
    para ir tras bebidas embriagantes,
que se quedan hasta muy tarde
    para encenderse con vino!
12 En sus banquetes hay arpas,
    liras, panderos, flautas y vino;
pero no se fijan en los hechos del Señor
    ni tienen en cuenta las obras de sus manos.
13 Por eso mi pueblo será exiliado
    por falta de conocimiento;
sus nobles perecerán de hambre
    y la gente común morirá de sed.
14 Por eso la muerte[e] ensancha su garganta,
    y desmesuradamente abre su boca.
Allí bajan nobles y plebeyos
    con sus juergas y diversiones.
15 El pueblo será humillado,
    la humanidad, doblegada
    y abatidos los ojos altivos.
16 Pero el Señor de los Ejércitos será exaltado en justicia,
    el Dios santo se mostrará santo en rectitud.
17 Los corderos pastarán como en praderas propias
    y las cabras[f] comerán entre las ruinas de los ricos.

18 ¡Ay de los que arrastran iniquidad con cuerdas de mentira
    y el pecado con sogas de carreta!
19 Dicen: «¡Que Dios se apure,
    que apresure su obra
    para que la veamos;
que se acerque y se cumpla
    el plan del Santo de Israel,
    para que lo conozcamos!».

20 ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
    y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
    y la luz por tinieblas,
que tienen lo amargo por dulce
    y lo dulce por amargo!

21 ¡Ay de los que se consideran sabios,
    de los que se creen inteligentes!

22 ¡Ay de los valientes para beber vino,
    de los campeones que mezclan bebidas embriagantes,
23 de los que por soborno absuelven al culpable
    y niegan sus derechos al inocente!
24 Por eso, así como las lenguas de fuego devoran la paja
    y el pasto seco se consume en las llamas,
su raíz se pudrirá
    y, como el polvo, se disipará su flor.
Porque han rechazado la Ley del Señor de los Ejércitos
    y han desdeñado la palabra del Santo de Israel.
25 Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo,
    levanta la mano contra él y lo golpea;
las montañas se estremecen,
    los cadáveres quedan como basura en medio de las calles.

A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado;
    su mano aún sigue extendida.

26 Con una bandera hará señas a una nación lejana,
    con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra,
y esta nación llegará
    presta y veloz.
27 Ninguno de ellos se cansa ni tropieza,
    ni dormita ni se duerme;
a ninguno se le afloja el cinturón
    ni se le rompe la correa de las sandalias.
28 Sus flechas son puntiagudas,
    tensos todos sus arcos;
parecen dura piedra los cascos de sus caballos
    y torbellino las ruedas de sus carros.
29 Su rugido es el de una leona,
    como el de los leoncillos:
gruñe y atrapa la presa,
    y se la lleva sin que nadie se la arrebate.
30 En aquel día bramará contra ella
    como brama el mar.
Si alguien contempla la tierra,
    la verá sombría y angustiada;
    entonces la luz se ocultará tras negros nubarrones.

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Footnotes

  1. 5:10 tres hectáreas. El hebreo dice tres yugadas. Es decir, la cantidad de terreno que diez yuntas de bueyes podían arar en un día.
  2. 5:10 Es decir, aprox. 22 l.
  3. 5:10 Es decir, aprox. 160 kg.
  4. 5:10 Es decir, aprox. 16 kg.
  5. 5:14 la muerte. Lit. Seol.
  6. 5:17 las cabras (LXX); los forasteros (TM).