Hechos 8-14

La Biblia de las Américas

8 Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte^(A).

Saulo persigue a la iglesia

En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia^(B) en Jerusalén, y todos fueron esparcidos^(C) por las regiones de Judea y Samaria^(D), excepto los apóstoles. ² Y algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban, y lloraron a gran voz^[a] por él. ³ Pero Saulo hacía estragos en la iglesia^(E) entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en^[b] la cárcel^(F).

Predicación de Felipe en Samaria

⁴ Así que los que habían sido esparcidos^(G) iban predicando^[c] la palabra^(H). ⁵ Felipe^(I), descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo^[d]. ⁶ Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales^[e] que hacía. ⁷ Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían de ellos^(J) gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados^(K). ⁸ Y había gran regocijo^(L) en aquella ciudad.

Simón el mago

⁹ Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia^(M) en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje^(N); ¹⁰ y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios^(O). ¹¹ Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas^(P). ¹² Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios^(Q) y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban^(R), tanto hombres como mujeres. ¹³ Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales^(S) y los grandes milagros^(T) que se hacían.

Pedro y Juan en Samaria

¹⁴ Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén^(U) oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan^(V), ¹⁵ quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo^(W), ¹⁶ pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos^(X); solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús^(Y). ¹⁷ Entonces les imponían^(Z) las manos, y recibían el Espíritu Santo^(AA). ¹⁸ Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, ¹⁹ diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. ²⁰ Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca^[f] contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero^(AB). ²¹ No tienes parte ni suerte^(AC) en este asunto^[g], porque tu corazón no es recto delante de Dios^(AD). ²² Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón^(AE). ²³ Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena^[h] de iniquidad^(AF). ²⁴ Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.

²⁵ Y ellos, después de haber testificado solemnemente^(AG) y hablado la palabra del Señor^(AH), iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio^(AI) en muchas aldeas de los samaritanos^(AJ).

Felipe y el etíope eunuco

²⁶ Un ángel del Señor^(AK) habló a Felipe^(AL), diciendo: Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza^(AM). (Este es un camino desierto^[i].) ²⁷ Él se levantó y fue; y he aquí, había un^[j] eunuco etíope^(AN), alto oficial de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar^(AO). ²⁸ Regresaba sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías. ²⁹ Y el Espíritu dijo^(AP) a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje. ³⁰ Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? ³¹ Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él. ³² El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este:

³⁴ El eunuco respondió a Felipe y dijo: Te ruego que me digas, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro? ³⁵ Entonces Felipe abrió su boca^(AR), y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio^(AS) de Jesús^(AT). ³⁶ Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo*: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado^(AU)? ^37 [n]Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. ³⁸ Y mandó parar el carruaje; ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. ³⁹ Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató^(AV) a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso. ⁴⁰ Mas Felipe se encontró^[o] en Azoto^[p](AW), y por donde pasaba, anunciaba el evangelio en todas las ciudades^(AX), hasta que llegó a Cesarea^(AY).

Conversión de Saulo

9 Saulo ^(AZ), respirando todavía amenazas^[q] y muerte contra los discípulos del Señor^(BA), fue al sumo sacerdote, ² y le pidió cartas para las sinagogas^(BB) de Damasco^(BC), para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino^(BD), tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén^(BE). ^3 (BF)Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo^(BG); ⁴ y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues^(BH)? ⁵ Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y Él respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues; ⁶ levántate^[r], entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer^(BI). ⁷ Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos^[s](BJ), oyendo la voz^[t](BK), pero sin ver a nadie. ⁸ Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada^(BL); y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco^(BM). ⁹ Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Ananías visita a Saulo

¹⁰ Había en Damasco^(BN) cierto discípulo llamado Ananías^(BO); y el Señor le dijo en una visión^(BP): Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor. ¹¹ Y el Señor le dijo: Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso^(BQ) llamado Saulo, porque, he aquí, está orando, ¹² y ha visto en una visión^[u] a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista^(BR). ¹³ Pero Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a tus santos^(BS) en Jerusalén^(BT), ¹⁴ y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender^(BU) a todos los que invocan tu nombre^(BV). ¹⁵ Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento^[v] escogido^(BW), para llevar mi nombre en presencia de los gentiles^(BX), de los reyes^(BY) y de los hijos de Israel; ¹⁶ porque yo le mostraré cuánto debe padecer^(BZ) por mi nombre. ¹⁷ Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él^(CA), dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista^(CB) y seas lleno del Espíritu Santo^(CC). ¹⁸ Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado. ¹⁹ Tomó alimentos y cobró fuerzas.

Y por varios días estuvo con los discípulos^(CD) que estaban en Damasco^(CE).

Saulo predica en Damasco

²⁰ Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas^(CF), diciendo^[w]: Él es el Hijo de Dios^(CG). ²¹ Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: ¿No es este el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre^(CH), y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes^(CI)? ²² Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo^[x].

Saulo escapa de los judíos

²³ Después de muchos días^(CJ), los judíos tramaron^(CK) deshacerse de él, ²⁴ pero su conjura llegó al conocimiento de Saulo^(CL). Y aun vigilaban las puertas día y noche con el propósito de matarlo^(CM); ²⁵ pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron^[y] por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta.

Saulo en Jerusalén

²⁶ Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípulo^(CN). ²⁷ Pero Bernabé^(CO) lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que Él le había hablado^(CP), y cómo en Damasco^(CQ) había hablado con valor en el nombre de Jesús^(CR). ²⁸ Y estaba con ellos moviéndose libremente^[z] en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor^(CS). ²⁹ También hablaba y discutía con los judíos helenistas^(CT); mas estos intentaban matarlo. ³⁰ Pero cuando los hermanos^(CU) lo supieron, lo llevaron a Cesarea^(CV), y de allí lo enviaron^(CW) a Tarso^(CX).

³¹ Entretanto la iglesia^(CY) gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.

Curación de Eneas

³² Y^[aa] mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos^(CZ) que vivían en Lida^(DA). ³³ Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. ³⁴ Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó. ³⁵ Todos los que vivían en Lida^(DB) y en Sarón^(DC) lo vieron, y^[ab] se convirtieron al Señor^(DD).

Resurrección de Dorcas

³⁶ Había entonces en Jope^(DE) una discípula llamada Tabita (que traducido al griego es Dorcas^[ac]); esta mujer era rica^[ad] en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. ³⁷ Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto^(DF). ³⁸ Como Lida estaba cerca de Jope^(DG), los discípulos^(DH), al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros. ³⁹ Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto^(DI), y todas las viudas^(DJ) lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. ⁴⁰ Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró^(DK), y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate^(DL). Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó^(DM). ⁴¹ Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos^(DN) y a las viudas^(DO), la presentó viva. ⁴² Y esto se supo en todo Jope^(DP), y muchos creyeron en el Señor^(DQ). ⁴³ Y^[ae] Pedro se quedó en Jope^(DR) muchos días con un tal Simón, curtidor^(DS).

La visión de Cornelio

10 Había en Cesarea^(DT) un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte^[af] llamada la Italiana^(DU), ² piadoso y temeroso de Dios^(DV) con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo judío^(DW) y oraba a Dios continuamente. ³ Como a la hora novena^[ag](DX) del día, vio claramente en una visión^(DY) a un ángel de Dios^(DZ) que entraba a donde él estaba y le decía: Cornelio. ⁴ Mirándolo fijamente^(EA) y atemorizado, Cornelio dijo: ¿Qué quieres^[ah], Señor? Y él le dijo: Tus oraciones y limosnas^[ai] han ascendido^(EB) como memorial delante de Dios^(EC). ⁵ Despacha ahora algunos hombres a Jope^(ED), y manda traer a un hombre llamado Simón, que también se llama Pedro. ⁶ Este se hospeda con un curtidor llamado Simón^(EE), cuya casa está junto al mar^[aj]. ⁷ Y después que el ángel que le hablaba se había ido, Cornelio llamó a dos de los criados^[ak] y a un soldado piadoso de los que constantemente le servían, ⁸ y después de explicarles todo, los envió a Jope^(EF).

La visión de Pedro

⁹ Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro^(EG) subió a la azotea^(EH) a orar como a la hora sexta^[al](EI). ¹⁰ Tuvo hambre y deseaba comer; pero mientras le preparaban algo de comer, le sobrevino un éxtasis^(EJ); ¹¹ y vio* el cielo abierto^(EK) y un objeto^[am] semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas; ¹² había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo. ¹³ Y oyó una voz^[an]: Levántate, Pedro, mata^[ao] y come. ¹⁴ Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señor^(EL), porque yo jamás he comido nada impuro^[ap] o inmundo^(EM). ¹⁵ De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: Lo que Dios ha limpiado^(EN), no lo llames tú impuro^[aq]. ¹⁶ Y esto sucedió tres veces, e inmediatamente el lienzo^[ar] fue recogido al cielo.

Los mensajeros de Cornelio

¹⁷ Mientras Pedro estaba perplejo pensando en lo que significaría la visión^(EO) que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio^(EP), después de haber preguntado por la casa de Simón, aparecieron a la puerta; ¹⁸ y llamando, preguntaron si allí se hospedaba Simón, el que también se llamaba Pedro. ¹⁹ Y mientras Pedro meditaba sobre la visión^(EQ), el Espíritu le dijo^(ER): Mira, tres hombres te buscan. ²⁰ Levántate, pues, desciende y no dudes^(ES) en acompañarlos, porque yo los he enviado. ²¹ Pedro descendió a donde estaban los hombres, y les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? ²² Y ellos dijeron: A Cornelio el centurión, un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíos^(ET), le fue ordenado^[as](EU) por un santo ángel^(EV) que te hiciera venir a su casa para oír tus palabras^(EW). ²³ Entonces los invitó a entrar y los hospedó.

Al día siguiente se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanos^(EX) de Jope^(EY) lo acompañaron^(EZ).

Pedro en casa de Cornelio

²⁴ Al otro día entró en Cesarea^(FA). Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos. ²⁵ Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró^(FB). ²⁶ Mas Pedro lo levantó, diciendo: Ponte de pie; yo también soy hombre^(FC). ²⁷ Y conversando con él, entró y halló* mucha gente reunida^(FD). ²⁸ Y les dijo: Vosotros sabéis cuán ilícito es para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo^(FE), pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro^[at] o inmundo^(FF); ²⁹ por eso, cuando fui llamado, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me habéis enviado a llamar? ³⁰ Y Cornelio dijo: A esta misma hora, hace cuatro días^(FG), estaba yo orando en mi casa a la hora novena^[au](FH); y he aquí, un hombre^(FI) con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí, ³¹ y dijo*: «Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad^[av] han sido recordadas delante de Dios. ³² Envía, pues, a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar^[aw](FJ)». ³³ Por tanto, envié por ti al instante, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado. ³⁴ Entonces Pedro, abriendo la boca^(FK), dijo:

Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas^(FL), ³⁵ sino que en toda nación el que le teme^[ax] y hace lo justo^[ay](FM), le es acepto^[az](FN). ³⁶ El mensaje^[ba] que Él envió a^[bb] los hijos de Israel, predicando^[bc](FO) paz por medio de Jesucristo^(FP), que Él es Señor de todos^(FQ); ³⁷ vosotros mismos sabéis lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó. ³⁸ Vosotros sabéis cómo Dios ungió^(FR) a Jesús de Nazaret^(FS) con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo^(FT); porque Dios estaba con Él^(FU). ³⁹ Y nosotros somos testigos de todas las cosas^(FV) que hizo en la tierra^[bd] de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en una cruz^[be](FW). ⁴⁰ A este Dios le resucitó^(FX) al tercer día e hizo que se manifestara^[bf], ⁴¹ no a todo el pueblo^(FY), sino a los testigos^(FZ) que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos^(GA). ⁴² Y nos mandó^(GB) predicar al pueblo, y testificar^(GC) con toda solemnidad que este Jesús^[bg] es el que Dios ha designado^(GD) como Juez de los vivos y de los muertos^(GE). ⁴³ De este dan testimonio todos los profetas^(GF), de que por su nombre^(GG), todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados.

Los gentiles reciben el Espíritu Santo

⁴⁴ Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje^[bh](GH). ⁴⁵ Y todos los creyentes que eran de la circuncisión^[bi], que habían venido con Pedro^(GI), se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado^(GJ) también sobre los gentiles, ⁴⁶ pues les oían hablar en lenguas^(GK) y exaltar a Dios. Entonces Pedro dijo^[bj]: ⁴⁷ ¿Puede acaso alguien negar el agua para que sean bautizados^(GL) estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros^(GM)? ⁴⁸ Y mandó que fueran bautizados^(GN) en el nombre de Jesucristo^(GO). Entonces le pidieron que se quedara con ellos unos días.

Pedro informa sobre su visita a Cornelio

11 Los apóstoles y los hermanos^(GP) que estaban por toda Judea oyeron que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. ² Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los que eran de la circuncisión^[bk](GQ) le reprocharon, ³ diciendo: Tú entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos^(GR). ⁴ Entonces Pedro comenzó a explicarles en orden lo sucedido^(GS), diciendo: ⁵ Estaba yo en la ciudad de Jope orando^(GT), y vi en éxtasis una visión^(GU): un objeto^[bl] semejante a un gran lienzo que descendía, bajado del cielo por las cuatro puntas, y vino hasta mí. ⁶ Cuando fijé mis ojos en él y lo observaba, vi^[bm] cuadrúpedos terrestres, fieras, reptiles y aves del cielo. ⁷ También oí una voz que me decía: «Levántate Pedro, mata^[bn] y come». ⁸ Pero yo dije: «De ninguna manera, Señor, porque nada impuro^[bo] o inmundo ha entrado jamás en mi boca». ⁹ Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: «Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro^[bp](GV)». ¹⁰ Esto sucedió tres veces, y todo volvió a ser llevado arriba al cielo. ¹¹ Y he aquí, en aquel momento se aparecieron tres hombres delante de la casa donde estábamos, los cuales habían sido enviados a mí desde Cesarea^(GW). ¹² Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos^(GX) sin dudar^[bq](GY). Estos seis hermanos fueron también conmigo^(GZ) y entramos en la casa de aquel hombre, ¹³ y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo^[br]: «Envía a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro, ¹⁴ quien te dirá palabras^(HA) por las cuales serás salvo, tú y toda tu casa^(HB)». ¹⁵ Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió^[bs] sobre ellos^(HC), tal como lo hizo sobre nosotros al principio^(HD). ¹⁶ Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando^[bt] dijo: «Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con^[bu] el Espíritu Santo^(HE)». ¹⁷ Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos dio a nosotros^(HF) después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder estorbar a Dios^[bv](HG)? ¹⁸ Y al oír esto se calmaron^[bw], y glorificaron a Dios^(HH), diciendo: Así que también a los gentiles ha concedido Dios el arrepentimiento que conduce a la vida^(HI).

La iglesia en Antioquía

¹⁹ Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución^[bx] que sobrevino cuando la muerte de Esteban^(HJ), llegaron hasta Fenicia^(HK), Chipre^(HL) y Antioquía^(HM), no hablando la palabra a nadie, sino solo a los judíos. ²⁰ Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre^(HN) y de Cirene^(HO), los cuales al llegar a Antioquía^(HP), hablaban también a los griegos^[by](HQ), predicando al^[bz] Señor Jesús^(HR). ²¹ Y la mano del Señor estaba con ellos^(HS), y gran número que creyó^(HT) se convirtió al Señor. ²² Y la noticia^[ca] de esto llegó a^[cb] oídos de la iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé^(HU) a^[cc] Antioquía^(HV), ²³ el cual, cuando vino y vio la gracia de Dios^(HW), se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme^[cd] permanecieran fieles al Señor; ²⁴ porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo^(HX) y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor^(HY). ²⁵ Y Bernabé salió rumbo a Tarso^(HZ) para buscar a Saulo; ²⁶ y cuando lo encontró, lo trajo a Antioquía^(IA). Y^[ce] se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes^[cf]; y a los discípulos^(IB) se les llamó cristianos^(IC) por primera vez en Antioquía.

²⁷ Por aquellos^[cg] días unos profetas^(ID) descendieron de Jerusalén a Antioquía^(IE). ²⁸ Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo^(IF), daba a entender por el Espíritu, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra^[ch](IG). Y esto ocurrió durante el reinado de Claudio^(IH). ²⁹ Los discípulos^(II), conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una contribución para el socorro^[ci] de los hermanos que habitaban en Judea^(IJ). ³⁰ Y así lo hicieron, mandándola a los ancianos^(IK) por mano de Bernabé^(IL) y de Saulo^(IM).

Martirio de Jacobo y encarcelamiento de Pedro

12 Por aquel tiempo el rey Herodes^[cj] echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos. ² E hizo matar^(IN) a espada a Jacobo^[ck], el hermano de Juan^(IO). ³ Y viendo que esto agradaba a los judíos^(IP), hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió durante los días^[cl] de los panes sin levadura^[cm](IQ). ⁴ Y habiéndolo tomado preso, lo puso en la cárcel, entregándolo a cuatro piquetes^[cn] de soldados^(IR) para que lo guardaran, con la intención de llevarlo ante el pueblo después de la Pascua^(IS). ⁵ Así pues, Pedro era custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por él. ⁶ Y esa noche, cuando Herodes estaba a punto de sacarlo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas^(IT); y unos guardias delante de la puerta custodiaban la cárcel. ⁷ Y he aquí, se le apareció^(IU) un ángel del Señor^(IV), y una luz brilló en la celda; y el ángel tocó a Pedro en el costado, y lo despertó diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas cayeron de sus manos^(IW). ⁸ Y el ángel le dijo: Vístete y ponte^[co] las sandalias. Y así lo hizo. Y le dijo* el ángel: Envuélvete en tu manto y sígueme. ⁹ Y saliendo, lo seguía, y no sabía que lo que hacía el ángel era de verdad, sino que creía ver una visión^(IX). ¹⁰ Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió^(IY) por sí misma; y salieron y siguieron por una calle, y enseguida el ángel se apartó de él. ¹¹ Cuando Pedro volvió en sí^(IZ), dijo: Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a su ángel, y me ha rescatado^(JA) de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos. ¹² Al darse cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos^(JB), donde muchos estaban reunidos y oraban^(JC). ¹³ Y cuando llamó a la puerta de la entrada, una sirvienta^(JD) llamada Rode salió a ver quién era^[cp]. ¹⁴ Al reconocer la voz de Pedro, de alegría^(JE) no abrió la puerta, sino que corrió adentro y anunció que Pedro estaba a la puerta. ¹⁵ Y ellos le dijeron: ¡Estás loca! Pero ella insistía en que así era. Y ellos decían: Es su ángel^(JF). ¹⁶ Mas Pedro continuaba llamando; y cuando ellos abrieron, lo vieron y se asombraron. ¹⁷ Y haciéndoles señal con la mano^(JG) para que guardaran silencio, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y les dijo: Informad de estas cosas a Jacobo^[cq](JH) y a los hermanos^(JI). Entonces salió, y se fue a otro lugar.

¹⁸ Cuando se hizo de día, hubo un alboroto no pequeño entre los soldados sobre qué^[cr] habría sido de Pedro. ¹⁹ Y Herodes, después de buscarlo y no encontrarlo, interrogó a los guardias y ordenó que los llevaran para ejecutarlos^(JJ). Después descendió de Judea a Cesarea^(JK), y se quedó allí por un tiempo.

Muerte de Herodes

²⁰ Herodes estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón^(JL); pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz pues su territorio era abastecido por el del rey^(JM). ²¹ El día señalado, Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la tribuna^[cs] y les arengaba. ²² Y la gente gritaba: ¡Voz de un dios y no de un hombre es esta! ²³ Al instante un ángel del Señor^(JN) lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios; y murió^[ct] comido de gusanos.

²⁴ Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba^(JO).

²⁵ Y Bernabé y Saulo^(JP) regresaron de^[cu] Jerusalén después de haber cumplido su misión^[cv](JQ), llevando consigo a Juan, llamado también Marcos^(JR).

Principio del primer viaje misionero de Saulo y Bernabé

13 En la iglesia^(JS) que estaba en Antioquía^(JT) había profetas^(JU) y maestros^(JV): Bernabé^(JW), Simón llamado Niger, Lucio de Cirene^(JX), Manaén, que se había criado con Herodes^(JY) el tetrarca, y Saulo. ² Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo^(JZ) dijo: Apartadme a Bernabé^(KA) y a Saulo para la obra a la que los he llamado^(KB). ³ Entonces, después de ayunar, orar^(KC) y haber impuesto las manos sobre ellos^(KD), los enviaron^(KE).

Pablo y Bernabé en Chipre

⁴ Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo^(KF), descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre^(KG). ⁵ Llegados a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas^(KH) de los judíos; y tenían también a Juan^(KI) de ayudante. ⁶ Después de haber recorrido toda la isla hasta Pafos, encontraron a cierto mago^(KJ), un falso profeta^(KK) judío llamado Barjesús, ⁷ que estaba con el procónsul^(KL) Sergio Paulo, hombre inteligente. Este hizo venir a Bernabé y a Saulo, y deseaba oír la palabra de Dios. ⁸ Pero Elimas, el mago^(KM) (pues así se traduce su nombre), se les oponía, tratando de desviar de la fe^(KN) al procónsul^(KO). ⁹ Entonces Saulo, llamado también Pablo, lleno del Espíritu Santo^(KP), fijando la mirada en él, ¹⁰ dijo: Tú, hijo del diablo^(KQ), que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor^(KR)? ¹¹ Ahora, he aquí, la mano del Señor está sobre ti^(KS); te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo. Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano. ¹² Entonces el procónsul^(KT), cuando vio lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor^(KU).

Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia

¹³ Pablo y sus compañeros zarparon de Pafos^(KV), y llegaron a Perge^(KW) de Panfilia^(KX); pero Juan^(KY), apartándose de ellos, regresó a Jerusalén, ¹⁴ mas ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía^(KZ) de Pisidia^(LA); y en el día de reposo^(LB) entraron a la sinagoga^(LC) y se sentaron. ¹⁵ Después de la lectura de la ley^(LD) y los profetas^(LE), los oficiales de la sinagoga^(LF) les mandaron a decir: Hermanos^[cw], si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

Discurso de Pablo en Antioquía de Pisidia

¹⁶ Pablo se levantó, y haciendo señal con la mano^(LG), dijo:

Hombres de Israel, y vosotros que teméis a Dios^(LH), escuchad: ¹⁷ El Dios de este pueblo de Israel, escogió a nuestros padres y engrandeció^[cx] al pueblo durante su estancia en la tierra de Egipto^(LI), y con brazo levantado los sacó de ella^(LJ). ¹⁸ Y por un período como de cuarenta años^(LK) los soportó^[cy] en el desierto^(LL). ¹⁹ Después de destruir siete naciones^(LM) en la tierra de Canaán^(LN), repartió sus tierras en herencia^(LO); todo esto duró como cuatrocientos cincuenta años^(LP). ²⁰ Y después de esto, les dio jueces^(LQ) hasta el profeta Samuel^(LR). ²¹ Entonces ellos pidieron un rey^(LS), y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín^(LT), durante cuarenta años. ²² Después de quitarlo^(LU), les levantó por rey a David, del cual Dios también testificó y dijo: «He hallado a David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón^(LV), que hará toda mi voluntad^[cz]». ²³ De la descendencia de este^(LW), conforme a la promesa, Dios ha dado^[da] a Israel un Salvador^(LX), Jesús^(LY), ²⁴ después de que Juan predicó, antes de su venida^[db], un bautismo de arrepentimiento^(LZ) a todo el pueblo de Israel. ²⁵ Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera^(MA), decía: «¿Quién pensáis que soy yo? Yo no soy el Cristo; mas he aquí, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies^(MB)». ²⁶ Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a nosotros^[dc] nos es enviada la palabra de esta salvación^(MC). ²⁷ Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes^(MD), sin reconocerle^(ME) a Él ni las palabras^[dd] de los profetas^(MF) que se leen todos los días de reposo^(MG), cumplieron estas escrituras, condenándole. ²⁸ Y aunque no hallaron causa para darle muerte, pidieron a Pilato que le hiciera matar^[de](MH). ²⁹ Y cuando habían cumplido todo lo que estaba escrito acerca de Él^(MI), le bajaron de la cruz^[df](MJ) y le pusieron en un sepulcro^(MK). ³⁰ Pero Dios le levantó de entre los muertos^(ML); ³¹ y por muchos días se apareció a los que habían subido con Él de Galilea^(MM) a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos^(MN) ante el pueblo. ³² Y nosotros os anunciamos la buena nueva^[dg](MO) de que la promesa hecha a los padres^(MP), ³³ Dios la ha cumplido a nuestros hijos^[dh] al resucitar a Jesús^(MQ), como también está escrito en el salmo segundo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy^(MR). ³⁴ Y en cuanto a que le resucitó de entre los muertos^(MS) para nunca más volver a corrupción, Dios ha hablado de esta manera: Os daré las santas y fieles misericordias^[di] prometidas a David^(MT). ³⁵ Por tanto dice también en otro salmo: No permitirás^[dj] que tu Santo^[dk] vea corrupción^(MU). ³⁶ Porque David, después de haber servido el propósito de Dios^(MV) en su propia generación^[dl], durmió^[dm](MW), y fue sepultado con sus padres^(MX), y vio corrupción. ³⁷ Pero aquel a quien Dios resucitó^(MY) no vio corrupción. ³⁸ Por tanto, hermanos, sabed que por medio de Él^[dn] os es anunciado el perdón de los pecados^(MZ); ³⁹ y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados^[do] por la ley de Moisés^[dp], por medio de Él, todo aquel que cree es justificado^[dq](NA). ⁴⁰ Tened, pues, cuidado de que no venga sobre vosotros aquello de que se habla en los profetas^(NB):

Pablo se dirige a los gentiles

⁴² Al salir Pablo y Bernabé^[ds], la gente^[dt] les rogaba que el siguiente día de reposo^(ND) les hablaran de estas cosas^[du]. ⁴³ Y terminada la reunión de la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos^[dv](NE) temerosos de Dios^(NF) siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes, hablándoles, les instaban a perseverar en la gracia de Dios^(NG).

⁴⁴ El siguiente día de reposo^(NH) casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra del Señor^[dw]. ⁴⁵ Pero cuando los judíos vieron la muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo decía^(NI). ⁴⁶ Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: Era necesario que la palabra de Dios os fuera predicada primeramente a vosotros^(NJ); mas ya que la rechazáis y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles^(NK). ⁴⁷ Porque así nos lo ha mandado el Señor:

⁴⁸ Oyendo esto los gentiles, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor^[dy](NN); y creyeron cuantos estaban ordenados a vida eterna^(NO). ⁴⁹ Y la palabra del Señor^(NP) se difundía por toda la región. ⁵⁰ Pero los judíos instigaron a las mujeres piadosas^[dz](NQ) y distinguidas, y a los hombres más prominentes^(NR) de la ciudad, y provocaron una persecución^(NS) contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su comarca. ⁵¹ Entonces estos sacudieron el polvo de sus pies^(NT) contra ellos y se fueron a Iconio^(NU). ⁵² Y los discípulos estaban continuamente llenos de gozo y del Espíritu Santo^(NV).

Pablo y Bernabé en Iconio

14 Aconteció que en Iconio^(NW) entraron juntos en la sinagoga^(NX) de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud^(NY), tanto de judíos como de griegos^(NZ). ² Pero los judíos que no creyeron^[ea](OA), excitaron y llenaron de odio los ánimos^[eb] de los gentiles^(OB) contra los hermanos^(OC). ³ Con todo, se detuvieron allí mucho tiempo hablando valientemente confiados en el Señor que confirmaba^[ec] la palabra de su gracia^(OD), concediendo que se hicieran señales^[ed] y prodigios^(OE) por medio de sus manos. ⁴ Pero la multitud de la ciudad estaba dividida^(OF), y unos estaban con los judíos^(OG) y otros con los apóstoles^(OH). ⁵ Y cuando los gentiles y los judíos, con sus gobernantes, prepararon un atentado para maltratarlos^(OI) y apedrearlos^(OJ), ⁶ los apóstoles se dieron cuenta de ello y huyeron a las ciudades de Licaonia^(OK), Listra^(OL), Derbe^(OM), y sus alrededores; ⁷ y allí continuaron anunciando el evangelio^(ON).

Pablo y Bernabé en Listra

⁸ Y había en Listra^(OO) un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca había andado^(OP). ⁹ Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él^(OQ), y viendo que tenía fe para ser sanado^[ee](OR), ¹⁰ dijo con fuerte voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él dio un salto y anduvo^(OS). ¹¹ Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia^(OT): Los dioses se han hecho semejantes a hombres^(OU) y han descendido a nosotros. ¹² Y llamaban a Bernabé, Júpiter^[ef], y a Pablo, Mercurio^[eg], porque este era el que dirigía la palabra. ¹³ Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de^[eh] la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificios^(OV) juntamente con la multitud. ¹⁴ Pero cuando lo oyeron los apóstoles^(OW) Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas^(OX) y se lanzaron en medio de la multitud, gritando ¹⁵ y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis estas cosas? Nosotros también somos hombres de igual naturaleza que vosotros^(OY), y os anunciamos el evangelio^(OZ) para que os volváis de estas cosas vanas^[ei](PA) a un Dios vivo^(PB), que hizo el cielo, la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay^(PC); ¹⁶ el cual en las generaciones pasadas permitió que todas las naciones^[ej] siguieran sus propios caminos^(PD); ¹⁷ y sin embargo, no dejó de dar testimonio de sí mismo^(PE), haciendo bien y dándoos lluvias del cielo y estaciones fructíferas^(PF), llenando vuestros corazones de sustento y de alegría. ¹⁸ Y aun diciendo estas palabras, apenas pudieron impedir que las multitudes les ofrecieran sacrificio.

Pablo apedreado en Listra

¹⁹ Pero vinieron algunos judíos de Antioquía^(PG) y de Iconio^(PH), y habiendo persuadido a la multitud^(PI), apedrearon a Pablo^(PJ) y lo arrastraron^[ek] fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. ²⁰ Pero mientras los discípulos^(PK) lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Y al día siguiente partió con Bernabé a Derbe^(PL). ²¹ Y después de anunciar el evangelio^(PM) a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos^(PN), volvieron a Listra^(PO), a Iconio^(PP) y a Antioquía^(PQ), ²² fortaleciendo los ánimos de los discípulos^(PR), exhortándolos a que perseveraran en la fe^(PS), y diciendo: Es necesario que a través de muchas tribulaciones^(PT) entremos en el reino de Dios. ²³ Después que les designaron^(PU) ancianos^(PV) en cada iglesia, habiendo orado con ayunos^(PW), los encomendaron al Señor^(PX) en quien habían creído. ²⁴ Pasaron por Pisidia^(PY) y llegaron a Panfilia^(PZ). ²⁵ Y después de predicar^[el] la palabra en Perge^(QA), descendieron a Atalia; ²⁶ y de allí se embarcaron para Antioquía^(QB), donde habían sido encomendados^(QC) a la gracia de Dios^(QD) para la obra que habían cumplido. ²⁷ Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos^(QE), y cómo^[em] había abierto a los gentiles la puerta^(QF) de la fe. ²⁸ Y se quedaron mucho tiempo^[en] con los discípulos^(QG).