Add parallel Print Page Options

Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, y de un salto se puso en pie y andaba(A). Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.

Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios(B), 10 y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna(C), y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.

Read full chapter