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Despedida en Tiro

21 Después de separarnos(A) de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo(B) a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara; y encontrando un barco que partía para Fenicia(C), subimos a bordo y nos hicimos a la vela. Cuando avistamos Chipre(D), dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria(E), y desembarcamos en Tiro(F) porque la nave(G) debía dejar su cargamento allí. Después de hallar a los discípulos(H), nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu[a](I), que no fuera a Jerusalén[b]. Y pasados aquellos días[c] partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron(J) hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar(K) en la playa, nos despedimos unos de otros. Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares(L).

Pablo en Cesarea

Terminado el viaje desde Tiro(M), llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos(N), nos quedamos con ellos un día. Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea(O), y entrando en la casa de Felipe, el evangelista(P), que era uno de los siete(Q), nos quedamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban(R). 10 Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo(S), 11 quien vino[d] a vernos, y tomando el cinto de Pablo(T), se ató las manos y los pies, y dijo: Así dice el Espíritu Santo(U): «Así atarán(V) los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles(W)». 12 Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí le rogábamos que no subiera a Jerusalén(X). 13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús(Y). 14 Como no se dejaba persuadir, nos callamos, diciéndonos: Que se haga la voluntad del Señor(Z).

15 Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén(AA). 16 Y nos acompañaron también algunos de los discípulos(AB) de Cesarea(AC), quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre(AD), un antiguo(AE) discípulo con quien deberíamos hospedarnos.

Pablo en Jerusalén

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos(AF) nos recibieron con regocijo. 18 Y al día siguiente Pablo fue[e] con nosotros a ver a Jacobo[f](AG), y todos los ancianos(AH) estaban presentes. 19 Y después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles(AI) mediante su ministerio(AJ). 20 Y ellos, cuando lo oyeron, glorificaban a Dios(AK) y le dijeron: Hermano, ya ves cuántos miles[g] hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley(AL); 21 y se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés(AM), diciéndoles que no circunciden(AN) a sus hijos ni observen[h] las tradiciones(AO). 22 Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá[i] pues oirán que has venido. 23 Por tanto, haz esto que te decimos: Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto[j](AP); 24 tómalos y purifícate junto con ellos(AQ), y paga sus gastos[k] para que se rasuren la cabeza(AR); y todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives[l] ordenadamente, acatando la ley. 25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación(AS). 26 Entonces Pablo tomó consigo a los hombres, y al día siguiente, purificándose[m] junto con ellos(AT), fue al templo, notificando de la terminación de los días de purificación(AU), hasta que el sacrificio se ofreciera por cada uno de ellos.

El tumulto en el templo

27 Cuando estaban para cumplirse los siete días(AV), los judíos(AW) de Asia[n](AX), al verlo en el templo, comenzaron a incitar a todo el pueblo, y le echaron mano, 28 gritando: ¡Israelitas[o], ayudadnos! Este es el hombre que enseña[p] a todos, por todas partes, contra nuestro pueblo, la ley y este lugar(AY); además, incluso ha traído griegos al templo, y ha profanado este lugar santo(AZ). 29 Pues anteriormente habían visto a Trófimo(BA) el efesio(BB) con él en la ciudad, y pensaban que Pablo lo había traído al templo. 30 Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes[q]; apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo(BC), y al instante cerraron las puertas. 31 Mientras procuraban matarlo, llegó aviso al comandante[r] de la compañía[s] romana(BD) que toda Jerusalén estaba en confusión. 32 Inmediatamente tomó consigo algunos soldados y centuriones, y corrió hacia ellos; cuando vieron al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo(BE). 33 Entonces el comandante llegó y lo prendió, y ordenó que lo ataran(BF) con dos cadenas(BG); y preguntaba quién era y qué había hecho. 34 Pero entre la muchedumbre unos gritaban una cosa y otros otra(BH), y como él no pudo averiguar con certeza los hechos, debido al tumulto, ordenó que lo llevaran al cuartel(BI). 35 Cuando llegó a las gradas(BJ), sucedió que los soldados tuvieron que cargarlo por causa de la violencia de la turba[t]; 36 porque la multitud del pueblo lo seguía, gritando: ¡Muera(BK)!

Defensa de Pablo en Jerusalén

37 Cuando estaban para meter a Pablo en el cuartel(BL), dijo al comandante: ¿Puedo decirte algo? Y él dijo*: ¿Sabes griego? 38 ¿Entonces tú no eres el egipcio que hace tiempo[u] levantó una revuelta, y sacó los cuatro mil hombres(BM) de los asesinos[v] al desierto(BN)? 39 Pablo respondió: Yo soy judío de Tarso(BO) de Cilicia(BP), ciudadano de una ciudad no sin importancia; te suplico que me permitas hablar al pueblo. 40 Cuando el comandante le concedió el permiso, Pablo, de pie sobre las gradas(BQ), hizo señal al pueblo con su mano(BR), y cuando hubo[w] gran silencio, les habló en el idioma hebreo[x](BS), diciendo:

Footnotes

  1. Hechos 21:4 I.e., por causa de impresiones dadas por el Espíritu
  2. Hechos 21:4 Lit., que no pusiera el pie en Jerusalén
  3. Hechos 21:5 Lit., cuando habíamos completado los días
  4. Hechos 21:11 Lit., y viniendo
  5. Hechos 21:18 Lit., entró
  6. Hechos 21:18 O, Santiago
  7. Hechos 21:20 Lit., diez miles
  8. Hechos 21:21 Lit., ni anden conforme a
  9. Hechos 21:22 Algunos mss. antiguos no incluyen: la multitud se reunirá
  10. Hechos 21:23 Lit., tienen un voto sobre sí
  11. Hechos 21:24 Lit., gasta en ellos
  12. Hechos 21:24 Lit., andas
  13. Hechos 21:26 O, tomó a los hombres el día siguiente y purificándose
  14. Hechos 21:27 I.e., la provincia de la costa occidental de Asia Menor
  15. Hechos 21:28 Lit., Hombres de Israel
  16. Hechos 21:28 O, predica
  17. Hechos 21:30 Lit., ocurrió un correr junto de todo el pueblo
  18. Hechos 21:31 Gr., quiliarca; i.e., oficial militar romano al mando de mil soldados, y así en el resto del cap.
  19. Hechos 21:31 O, cohorte; i.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias
  20. Hechos 21:35 O, multitud
  21. Hechos 21:38 Lit., días
  22. Hechos 21:38 O, sicarios
  23. Hechos 21:40 Lit., ocurrió
  24. Hechos 21:40 I.e., arameo judaico

Viaje de Pablo a Jerusalén

21 Cuando dejamos a los hermanos, nos embarcamos y fuimos directamente a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. En Pátara encontramos un barco que iba a Fenicia, y en él nos embarcamos. Al pasar, vimos la isla de Chipre, y dejándola a mano izquierda seguimos hasta Siria. Y como el barco tenía que dejar carga en el puerto de Tiro, entramos allí. Encontramos a los creyentes, y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, advertidos por el Espíritu, dijeron a Pablo que no debía ir a Jerusalén. Pero pasados los siete días, salimos. Todos, con sus mujeres y niños, nos acompañaron hasta fuera de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos. Luego nos despedimos y subimos al barco, y ellos regresaron a sus casas.

Terminamos nuestro viaje por mar yendo de Tiro a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. Al día siguiente salimos y llegamos a Cesarea. Fuimos a casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete ayudantes de los apóstoles, y nos quedamos con él. Felipe tenía cuatro hijas solteras, que eran profetisas. 10 Ya hacía varios días que estábamos allí, cuando llegó de Judea un profeta llamado Agabo. 11 Al llegar ante nosotros tomó el cinturón de Pablo, se sujetó con él las manos y los pies, y dijo:

—El Espíritu Santo dice que en Jerusalén los judíos atarán así al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los extranjeros.

12 Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén. 13 Pero Pablo contestó:

—¿Por qué lloran y me ponen triste? Yo estoy dispuesto, no solamente a ser atado sino también a morir en Jerusalén por causa del Señor Jesús.

14 Como no pudimos convencerlo, lo dejamos, diciendo:

—Que se haga la voluntad del Señor.

15 Después de esto, nos preparamos y nos fuimos a Jerusalén. 16 Nos acompañaron algunos creyentes de Cesarea, quienes nos llevaron a casa de un hombre de Chipre llamado Mnasón, que era creyente desde hacía mucho tiempo y que iba a darnos alojamiento.

Pablo visita a Santiago

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría. 18 Al día siguiente, Pablo fue con nosotros a visitar a Santiago, y allí estaban también todos los ancianos. 19 Pablo los saludó, y luego les contó detalladamente las cosas que Dios había hecho por medio de él entre los no judíos. 20 Cuando lo oyeron, alabaron a Dios. Dijeron a Pablo:

—Bueno, hermano, ya ves que entre los judíos hay muchos miles que han creído, y todos ellos insisten en que es necesario seguir la ley de Moisés. 21 Y les han informado que a todos los judíos que viven en el extranjero tú les enseñas que deben renegar de la ley de Moisés, y les dices que no deben circuncidar a sus hijos ni seguir nuestras costumbres. 22 ¿Qué hay de esto? Pues sin duda la gente va a saber que has venido. 23 Lo mejor es que hagas lo siguiente: Hay aquí, entre nosotros, cuatro hombres que tienen que cumplir una promesa. 24 Llévalos contigo, purifícate junto con ellos y paga sus gastos, para que ellos puedan hacerse cortar el cabello. Así todos verán que no es cierto lo que les han dicho de ti, sino que, al contrario, tú también obedeces la ley. 25 En cuanto a los que no son judíos y han creído, ya les hemos escrito nuestra decisión: no deben comer carne que haya sido ofrecida a los ídolos, ni sangre, ni carne de animales estrangulados, y deben evitar los matrimonios prohibidos.

Arresto de Pablo en el templo

26 Entonces Pablo se llevó a los cuatro hombres, y al día siguiente se purificó junto con ellos; luego entró en el templo para avisar cuándo terminarían los días del cumplimiento de la promesa, es decir, cuándo cada uno de ellos tendría que presentar su ofrenda.

27 Estando ya por terminar los siete días, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el templo y alborotaron a la gente. Se lanzaron contra Pablo, 28 gritando: «¡Israelitas, ayúdennos! Éste es el hombre que anda por todas partes enseñando a la gente cosas que van contra nuestro pueblo, contra la ley de Moisés y contra este templo. Además, ahora ha metido en el templo a unos griegos, profanando este Lugar santo.»

29 Decían esto porque antes lo habían visto en la ciudad con Trófimo de Éfeso, y pensaban que Pablo lo había llevado al templo.

30 Toda la ciudad se alborotó, y la gente llegó corriendo. Agarraron a Pablo y lo arrastraron fuera del templo, cerrando inmediatamente las puertas. 31 Estaban a punto de matarlo, cuando al comandante del batallón romano le llegó la noticia de que toda la ciudad de Jerusalén se había alborotado. 32 El comandante reunió a sus soldados y oficiales, y fue corriendo a donde estaba la gente. Cuando vieron al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. 33 Entonces el comandante se acercó, arrestó a Pablo y mandó que lo sujetaran con dos cadenas. Después preguntó quién era y qué había hecho. 34 Pero unos gritaban una cosa y otros otra, de modo que el comandante no podía aclarar nada a causa del ruido que hacían; así que mandó llevarlo al cuartel. 35 Al llegar a las gradas del cuartel, los soldados tuvieron que llevar a Pablo a cuestas, debido a la violencia de la gente; 36 porque todos iban detrás, gritando: «¡Muera!»

Discurso de Pablo ante el pueblo

37 Cuando ya iban a meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante del batallón:

—¿Puedo hablar con usted un momento?

El comandante le contestó:

—¿Sabes hablar griego? 38 Entonces, ¿tú no eres aquel egipcio que hace algún tiempo comenzó una rebelión y salió al desierto con cuatro mil guerrilleros?

39 Pablo le dijo:

—Yo soy judío, natural de Tarso de Cilicia, ciudadano de una población importante; pero, por favor, permítame usted hablar a la gente.

40 El comandante le dio permiso, y Pablo se puso de pie en las gradas y con la mano hizo callar a la gente. Cuando se hizo silencio, les habló en hebreo, diciendo:

Pablo viaja a Jerusalén

21 Cuando nos despedimos de los líderes de la iglesia de Éfeso, subimos al barco y fuimos directamente a la isla de Cos. Al día siguiente, salimos de allí hacia la isla de Rodas, y de allí hacia el puerto de Pátara. En Pátara encontramos un barco que iba hacia Fenicia, y nos fuimos en él.

En el viaje, vimos la costa sur de la isla de Chipre. Seguimos hacia la región de Siria y llegamos al puerto de Tiro, pues los marineros tenían que descargar algo. Allí encontramos a algunos seguidores del Señor Jesús, y nos quedamos con ellos siete días. Como el Espíritu Santo les había dicho que Pablo no debía ir a Jerusalén, ellos le rogaban que no siguiera su viaje.

Pasados los siete días decidimos seguir nuestro viaje. Todos los hombres, las mujeres y los niños nos acompañaron hasta salir del poblado. Al llegar a la playa, nos arrodillamos y oramos. Luego nos despedimos de todos y subimos al barco, y ellos regresaron a sus casas.

Seguimos nuestro viaje, desde Tiro hasta el puerto de Tolemaida. Allí saludamos a los miembros de la iglesia, y ese día nos quedamos con ellos.

Al día siguiente, fuimos por tierra hasta la ciudad de Cesarea. Allí nos quedamos con Felipe, quien anunciaba las buenas noticias y era uno de los siete ayudantes de los apóstoles. Felipe tenía cuatro hijas solteras, que eran profetisas.

10 Habíamos pasado ya muchos días en Cesarea cuando llegó un profeta llamado Agabo, que venía de la región de Judea. 11 Se acercó a nosotros y, tomando el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies. Luego dijo: «El Espíritu Santo dice que así atarán los judíos, en Jerusalén, al dueño de este cinturón, para entregarlo a las autoridades de Roma.»

12 Cuando los que acompañábamos a Pablo escuchamos eso, le rogamos que no fuera a Jerusalén. También los de la iglesia de Cesarea le rogaban lo mismo. 13 Pero Pablo nos contestó: «¡No lloren, pues me ponen muy triste! Tanto amo al Señor Jesús, que estoy dispuesto a ir a la cárcel, y también a morir en Jerusalén.»

14 Hicimos todo lo posible para evitar que Pablo fuera a Jerusalén, pero él no quiso escucharnos. Así que dijimos: «¡Señor Jesús, enséñanos a hacer lo que nos ordenas!»

15 Pocos días después, nos preparamos y fuimos a Jerusalén, 16 acompañados de algunos de los miembros de la iglesia de Cesarea. Nos llevaron a la casa de un hombre llamado Mnasón, que nos invitó a quedarnos con él. Mnasón había creído en Jesús hacía mucho tiempo, y era de la isla de Chipre.

Pablo visita a Santiago

17 Cuando llegamos a la ciudad de Jerusalén, los miembros de la iglesia nos recibieron con mucha alegría. 18 Al día siguiente, fuimos con Pablo a visitar a Santiago, el hermano de Jesús. Cuando llegamos, también encontramos allí a los líderes de la iglesia. 19 Pablo los saludó, y les contó lo que Dios había hecho por medio de él entre los que no eran judíos. 20 Cuando los miembros de la iglesia oyeron eso, dieron gracias a Dios y le dijeron a Pablo:

«Bueno, querido amigo Pablo, como has podido ver, muchos judíos han creído en Jesús. Pero todos ellos dicen que deben seguir obedeciendo las leyes de Moisés. 21 Ellos se han enterado de que, a los judíos que viven en el extranjero, tú les enseñas a no obedecer la ley de Moisés, y que les dices que no deben circuncidar a sus hijos ni hacer lo que todos los judíos hacemos. 22 ¿Qué vamos a decir cuando la gente se dé cuenta de que tú has venido? 23 Mejor haz lo siguiente. Hay entre nosotros cuatro hombres que han hecho una promesa a Dios, y tienen que cumplirla en estos días. 24 Llévalos al templo y celebra con ellos la ceremonia de purificación. Paga tú los gastos de ellos para que puedan raparse todo el pelo.[a] Si haces eso, los hermanos sabrán que no es cierto lo que les han contado acerca de ti. Más bien, verán que tú también obedeces la Ley.

25 »En cuanto a los que no son judíos y han creído en Jesús, ya les habíamos mandado una carta. En ella les hicimos saber que no deben comer carne de animales que se hayan sacrificado a los ídolos, ni sangre, ni carne de animales que todavía tengan sangre adentro. Tampoco deben practicar las relaciones sexuales prohibidas por nuestra ley.»

Pablo en la cárcel

26 Entonces Pablo se llevó a los cuatro hombres que habían hecho la promesa, y con ellos celebró al día siguiente la ceremonia de purificación. Después entró al templo para avisarles cuándo terminarían de cumplir la promesa, para así llevar la ofrenda que cada uno debía presentar.

27 Cuando estaban por cumplirse los siete días de la promesa, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el templo. Enseguida alborotaron a la gente 28 y gritaron:

«¡Israelitas, ayúdennos! ¡Éste es el hombre que por todas partes anda hablando en contra de nuestro país, en contra de la ley de Moisés, y en contra de este templo! ¡Aun a los que no son judíos los ha metido en el templo! ¡No respeta ni este lugar santo!»

29 Dijeron eso porque en la ciudad habían visto a Pablo con Trófimo, que era de Éfeso, y pensaron que Pablo lo había llevado al templo.

30 Toda la gente de la ciudad se alborotó, y pronto se reunió una gran multitud. Agarraron a Pablo, lo sacaron del templo, y de inmediato cerraron las puertas. 31 Cuando estaban a punto de matar a Pablo, el jefe del batallón de soldados romanos se enteró que la gente estaba alborotada. 32 Tomó entonces a un grupo de soldados y oficiales, y fue al lugar.

Cuando la gente vio llegar al jefe y a sus soldados, dejó de golpear a Pablo. 33 El jefe arrestó a Pablo y ordenó que le pusieran dos cadenas. Luego le preguntó a la gente: «¿Quién es este hombre, y qué ha hecho?»

34 Pero unos gritaban una cosa, y otros otra. Y era tanto el escándalo que hacían, que el comandante no pudo averiguar lo que pasaba. Entonces les ordenó a los soldados: «¡Llévense al prisionero al cuartel!»

35 Cuando llegaron a las gradas del cuartel, los soldados tuvieron que llevar alzado a Pablo, 36 pues la gente estaba furiosa y gritaba: «¡Que muera!»

Pablo habla en Jerusalén

37 Los soldados ya iban a meter a Pablo en la cárcel, cuando él le preguntó al jefe de ellos:

—¿Podría hablar con usted un momento?

El jefe, extrañado, le dijo:

—No sabía que tú hablaras griego. 38 Hace algún tiempo, un egipcio inició una rebelión contra el gobierno de Roma y se fue al desierto con cuatro mil guerrilleros. ¡Yo pensé que ése eras tú!

39 Pablo contestó:

—No. Yo soy judío y nací en Tarso, una ciudad muy importante de la provincia de Cilicia. ¿Me permitiría usted hablar con la gente?

40 El jefe le dio permiso. Entonces Pablo se puso de pie en las gradas del cuartel, y levantó la mano para pedir silencio. Cuando la gente se calló, Pablo les habló en arameo y les dijo:

Footnotes

  1. Hechos 21:24 Raparse. Véase nota en 18.18.

Bawlos Baa Ka Tegey Mileetos Oo Wuxuu U Dhoofay Turos

21 Oo waxaa dhacday, markaannu iyagii ka tagnay oo dhoofnay dabadeed, inaannu toos u nimid Koos, maalintii dambena waxaannu nimid Rodos, meeshaasna waxaannu ka aadnay Batara; oo markaannu helnay doonni Foynike u sii dhaafaysa ayaannu fuulnay oo ku dhoofnay. Oo kolkii Qubrus noo muuqatay, ayaannu dhinaca bidixda ka marnay oo u dhoofnay Suuriya, oo waxaannu ku degnay Turos, maxaa yeelay, meeshaasaa doonnidu shixnaddeedii ku dejin lahayd. Oo markaannu xertii ka helnay, ayaannu meeshaas joognay toddoba maalmood; oo kuwaasu waxay Ruuxa ugu sheegeen Bawlos inaanu Yeruusaalem cag saarin. Oo markii maalmahaasu noo dhammaadeen ayaannu ka tagnay oo sii soconnay; oo dhammaantood, iyaga iyo dumarkoodii iyo carruurtoodiiba, ayay na sii ambabbixiyeen ilaa magaalada dibaddeeda; markaasaannu xeebta ku jilba joogsannay oo tukannay, oo isnabadgelyaynay; kolkaasaannu doonnidii fuulnay, iyaguse guryahoodii bay ku noqdeen.

Bawlos Oo Kaysariya Tegey

Oo markii dhoofkii aannu Turos ka soo dhoofnay noo dhammaaday, waxaannu nimid Botolemays; markaasaannu walaalihii soo salaannay oo maalin la joognay iyagii. Maalintii dambena waannu ka tagnay, oo waxaannu nimid Kaysariya; markaasaannu galnay gurigii Filibos oo ahaa kii wax wacdiyi jiray oo toddobadii ka mid ahaa, oo isagaannu la joognay. Ninkanu wuxuu lahaa afar gabdhood oo bikrado ah oo wax sheegi jiray. 10 Kolkaannu maalmo badan meeshaas joognay, waxaa Yahuudiya ka yimid nebi la odhan jiray Agabos. 11 Oo markuu noo yimid ayuu qaatay Bawlos dhex-xidhkiisii oo ku xidhxidhay gacmihiisii iyo cagihiisii isagoo leh, Ruuxa Quduuska ahu sidaasuu leeyahay, Yuhuudda Yeruusaalem joogtaa sidaasay u xidhi doonaan ninka dhex-xidhkan leh, oo waxay isagii u gacangelin doonaan dadka aan Yuhuudda ahayn. 12 Annaga iyo kuwii meeshaas joogayba, markaannu waxyaalahaas maqalnay, waxaannu isagii ka barinnay inuusan Yeruusaalem tegin. 13 Markaasaa Bawlos u jawaabay oo ku yidhi, Maxaad samaynaysaan oo aad u ooyaysaan oo ii qalbi jebinaysaan? Maxaa yeelay, diyaar uma ihi inaan xidhnaado oo keliya, laakiinse waxaan u diyaarahay inaan Yeruusaalem ku dhinto magaca Rabbi Ciise aawadiis. 14 Oo markii la yeelsiin waayay, waannu iska daynay, oo waxaannu nidhi, Rabbiga doonistiisu ha noqoto.

Bawlos Oo Yeruusaalem Tegey

15 Maalmahaas dabadeedna, alaabtayadii baannu diyaarsannay, oo waxaannu tagnay Yeruusaalem. 16 Oo waxaa na raacay qaar ka mid ahaa xerta Kaysariya iyagoo wada mid Manasoon la odhan jiray oo reer Qubrus ahaa oo xertii hore ka mid ahaa, kaasoo aannu u hoyan lahayn. 17 Markaannu Yeruusaalem nimidna walaalihii farxad bay nagu soo dhoweeyeen.

Bawlos Wuxuu Isku Dayay Inuu Masiixiyiintii Yuhuudda Ahayd La Heshiiyo

18 Maalintii ku xigtayna Bawlos oo nala socda ayaannu waxaannu u tagnay Yacquub; waayeelladii oo dhammuna way joogeen. 19 Markuu iyagii salaamay dabadeedna, mid mid buu ugu sheegay waxyaalihii Ilaah dadka aan Yuhuudda ahayn dhexdooda kaga sameeyey shuqulkiisa. 20 Iyaguna, kolkay taas maqleen, ayay Ilaah ammaaneen; oo waxay ku yidhaahdeen isagii, Walaalow, waad aragtaa intay yihiin kumanyaalka rumaystay oo Yuhuudda ku dhex jira; kulligoodna sharcigay ku kulul yihiin. 21 Iyagana waa loo sheegay wax kugu saabsan inaad Yuhuudda quruumaha ku dhex jirta bartid inay Muuse ka tagaan adigoo u sheegaya inaanay carruurtooda gudin oo aanay caadooyinka ku socon. 22 Haddaba waa maxay? Way wada maqli doonaan inaad timid. 23 Sidaas darteed waxaannu kuu sheegayno yeel. Waxaa nala jooga afar nin oo nidar galay; 24 kuwaas kaxee oo isla daahiri oo kharashka iyaga ka bixi inay madaxa xiirtaan; markaasay dhammaan waxay wada ogaan doonaan inaanay waxba ahayn waxyaalihii lagaa sheegay, laakiin inaad adiga qudhaadu si hagaagsan u socotid oo aad sharciga dhawrtid. 25 Laakiin wax ku saabsan dadkii aan Yuhuudda ahayn oo rumaystay ayaannu qornay, annagoo ku amrayna inay iska ilaaliyaan waxa sanamyada loo sadqeeyo, iyo dhiigga, iyo waxa la ceejiyo, iyo sinada. 26 Markaasaa Bawlos nimankii kaxeeyey, oo maalintii dambena intuu iyagii isla daahiriyey ayuu macbudka galay, isagoo caddaynaya maalmihii isdaahirinta dhammaadkoodii, ilaa intii sadqada loo sadqeeyey mid kasta oo iyagii ka mid ahaa.

Rabshad Baa Yeruusaalem Ka Dhacday, Oo Bawlos Waa La Xidhay

27 Oo kolkii toddobadii maalmood u dhowayd inay dhammaadaan ayaa Yuhuuddii Aasiya ka timid isagii macbudka ku aragtay, markaasay dadkii oo dhan kiciyeen, wayna qabteen isagii, 28 iyagoo qaylinaya oo leh, Nimankii reer binu Israa'iilow, na caawiya. Kanu waa ninka bara dadka oo dhan oo meel kasta jooga inay ka gees noqdaan dadka iyo sharciga iyo meeshan. Weliba wuxuu macbudka keenay dad Gariig ah, meeshan quduuska ahna xaaraan buu ka dhigay. 29 Maxaa yeelay, mar hore waxay magaalada kula arkeen Torofimos oo reer Efesos ahaa, kaasoo ay u maleeyeen in Bawlos macbudka keenay. 30 Markaasaa magaaladii oo dhammu kacday, dadkuna waa isku soo yaacay; kolkaasay Bawlos qabteen oo macbudka ka jiideen; oo markiiba albaabbadii waa la xidhay. 31 Markay damceen inay isagii dilaan ayaa war u yimid sirkaalkii ka sarreeyey ciidankii in Yeruusaalem oo dhan rabshaysan tahay. 32 Markaasuu wuxuu watay askar iyo kuwo boqol askari u taliya, hoos buuna u soo orday; iyaguna, markay arkeen sirkaalkii sare iyo askartii, ayay Bawlos garaacidda ka daayeen. 33 Markaasaa sirkaalkii sare ku soo dhowaaday oo qabtay isagii, oo wuxuu ku amray in lagu xidho laba silsiladood; waana weyddiiyey ninkuu yahay iyo wuxuu sameeyey. 34 Qaar waxay ku qayliyeen wax, qaarna wax kale, dadkii badnaa dhexdiis, oo markuu runtii garan kari waayay rabshaddii aawadeed ayuu ku amray in qalcaddii la geeyo. 35 Oo markii Bawlos sallaankii fuulay, waxaa dhacay in askartii kor u qaadday isagii dadkii badnaa xooggooda aawadiis, 36 waayo, dadkii faraha badnaa waa daba socday, iyagoo qaylinaya oo leh, Naga fogeeya.

37 Markay u dhowayd in Bawlos qalcaddii la keeno ayuu sirkaalkii sare ku yidhi, Ma ii suurtowdaa inaan wax ku idhaahdo? Markaasuu ku yidhi, Af Gariig ma taqaan? 38 Haddana miyaanad ahayn Masrigii maalmahan hortoodii rabshad kiciyey oo afarta kun oo nin oo dhiigqabayaal ah cidlada u kaxeeyey? 39 Laakiin Bawlos wuxuu ku yidhi, Anigu waxaan ahay nin Yuhuudi ah oo reer Tarsos ah taasoo Kilikiya ku taal, oo waxaan ahay magaalo aan yarayn waddanigeed. Waxaan kaa baryayaa inaad ii fasaxdid inaan dadka la hadlo. 40 Oo kolkuu fasaxayna, Bawlos isagoo sallaankii taagan, ayuu dadkii gacan u taagay; oo markii aad loo aamusay, ayuu af Cibraaniga kula hadlay iyagii, isagoo leh,

On to Jerusalem

21 After we(A) had torn ourselves away from them, we put out to sea and sailed straight to Kos. The next day we went to Rhodes and from there to Patara. We found a ship crossing over to Phoenicia,(B) went on board and set sail. After sighting Cyprus and passing to the south of it, we sailed on to Syria.(C) We landed at Tyre, where our ship was to unload its cargo. We sought out the disciples(D) there and stayed with them seven days. Through the Spirit(E) they urged Paul not to go on to Jerusalem. When it was time to leave, we left and continued on our way. All of them, including wives and children, accompanied us out of the city, and there on the beach we knelt to pray.(F) After saying goodbye to each other, we went aboard the ship, and they returned home.

We continued our voyage from Tyre(G) and landed at Ptolemais, where we greeted the brothers and sisters(H) and stayed with them for a day. Leaving the next day, we reached Caesarea(I) and stayed at the house of Philip(J) the evangelist,(K) one of the Seven. He had four unmarried daughters who prophesied.(L)

10 After we had been there a number of days, a prophet named Agabus(M) came down from Judea. 11 Coming over to us, he took Paul’s belt, tied his own hands and feet with it and said, “The Holy Spirit says,(N) ‘In this way the Jewish leaders in Jerusalem will bind(O) the owner of this belt and will hand him over to the Gentiles.’”(P)

12 When we heard this, we and the people there pleaded with Paul not to go up to Jerusalem. 13 Then Paul answered, “Why are you weeping and breaking my heart? I am ready not only to be bound, but also to die(Q) in Jerusalem for the name of the Lord Jesus.”(R) 14 When he would not be dissuaded, we gave up(S) and said, “The Lord’s will be done.”(T)

15 After this, we started on our way up to Jerusalem.(U) 16 Some of the disciples from Caesarea(V) accompanied us and brought us to the home of Mnason, where we were to stay. He was a man from Cyprus(W) and one of the early disciples.

Paul’s Arrival at Jerusalem

17 When we arrived at Jerusalem, the brothers and sisters(X) received us warmly.(Y) 18 The next day Paul and the rest of us went to see James,(Z) and all the elders(AA) were present. 19 Paul greeted them and reported in detail what God had done among the Gentiles(AB) through his ministry.(AC)

20 When they heard this, they praised God. Then they said to Paul: “You see, brother, how many thousands of Jews have believed, and all of them are zealous(AD) for the law.(AE) 21 They have been informed that you teach all the Jews who live among the Gentiles to turn away from Moses,(AF) telling them not to circumcise their children(AG) or live according to our customs.(AH) 22 What shall we do? They will certainly hear that you have come, 23 so do what we tell you. There are four men with us who have made a vow.(AI) 24 Take these men, join in their purification rites(AJ) and pay their expenses, so that they can have their heads shaved.(AK) Then everyone will know there is no truth in these reports about you, but that you yourself are living in obedience to the law. 25 As for the Gentile believers, we have written to them our decision that they should abstain from food sacrificed to idols, from blood, from the meat of strangled animals and from sexual immorality.”(AL)

26 The next day Paul took the men and purified himself along with them. Then he went to the temple to give notice of the date when the days of purification would end and the offering would be made for each of them.(AM)

Paul Arrested

27 When the seven days were nearly over, some Jews from the province of Asia saw Paul at the temple. They stirred up the whole crowd and seized him,(AN) 28 shouting, “Fellow Israelites, help us! This is the man who teaches everyone everywhere against our people and our law and this place. And besides, he has brought Greeks into the temple and defiled this holy place.”(AO) 29 (They had previously seen Trophimus(AP) the Ephesian(AQ) in the city with Paul and assumed that Paul had brought him into the temple.)

30 The whole city was aroused, and the people came running from all directions. Seizing Paul,(AR) they dragged him(AS) from the temple, and immediately the gates were shut. 31 While they were trying to kill him, news reached the commander of the Roman troops that the whole city of Jerusalem was in an uproar. 32 He at once took some officers and soldiers and ran down to the crowd. When the rioters saw the commander and his soldiers, they stopped beating Paul.(AT)

33 The commander came up and arrested him and ordered him to be bound(AU) with two(AV) chains.(AW) Then he asked who he was and what he had done. 34 Some in the crowd shouted one thing and some another,(AX) and since the commander could not get at the truth because of the uproar, he ordered that Paul be taken into the barracks.(AY) 35 When Paul reached the steps,(AZ) the violence of the mob was so great he had to be carried by the soldiers. 36 The crowd that followed kept shouting, “Get rid of him!”(BA)

Paul Speaks to the Crowd(BB)

37 As the soldiers were about to take Paul into the barracks,(BC) he asked the commander, “May I say something to you?”

“Do you speak Greek?” he replied. 38 “Aren’t you the Egyptian who started a revolt and led four thousand terrorists out into the wilderness(BD) some time ago?”(BE)

39 Paul answered, “I am a Jew, from Tarsus(BF) in Cilicia,(BG) a citizen of no ordinary city. Please let me speak to the people.”

40 After receiving the commander’s permission, Paul stood on the steps and motioned(BH) to the crowd. When they were all silent, he said to them in Aramaic[a]:(BI)

Footnotes

  1. Acts 21:40 Or possibly Hebrew; also in 22:2