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34 Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras:

»“Yo os daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David”.[a]

35 Por eso dice en otro pasaje:

»“No permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción”.[b]

36 »Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción.

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