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Pablo el perseguidor

Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.(A)

Pablo relata su conversión

(Hch. 9.1-19; 22.6-16)

12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, 13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

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»Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret. 10 Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los creyentes y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación. 11 Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.

12 »En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes. 13 A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más brillante que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes. 14 Todos caímos al suelo y yo oí una voz que me decía en hebreo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¡Solo te haces daño a ti mismo!”.[a] 15 Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?”. “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—.

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Footnotes

  1. 26:14 ¡Solo … mismo! Lit. Te es difícil dar coces contra el aguijón.