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11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos,(A) y las cenizas de la becerra(B) rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,[a] para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

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Notas al pie

  1. Hebreos 9:15 La misma palabra griega significa tanto pacto   como testamento.

Cristo es el sacrificio perfecto

11 Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido.[a] Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado. 12 Con su propia sangre—no con la sangre de cabras ni de becerros—entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.

13 Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una novilla podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras. 14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas[b] para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados. 15 Por eso él es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la gente, para que todos los que son llamados puedan recibir la herencia eterna que Dios les ha prometido. Pues Cristo murió para librarlos del castigo por los pecados que habían cometido bajo ese primer pacto.

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Notas al pie

  1. 9:11 Algunos manuscritos dicen que están por venir.
  2. 9:14 En griego de obras muertas.

La sangre del nuevo pacto

11 Pero cuando Cristo apareció como Sumo Sacerdote(A) de los bienes futuros[a](B), a través de[b] un mayor y más perfecto tabernáculo(C), no hecho con manos(D), es decir, no de esta creación(E), 12 y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros(F), sino por medio de su propia sangre(G), entró al Lugar Santísimo(H) una vez para siempre(I), habiendo obtenido[c] redención eterna(J). 13 Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros(K), y la ceniza de la becerra(L) rociada sobre los que se han contaminado[d], santifican para la purificación[e] de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo(M), el cual por el Espíritu eterno[f](N) se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios(O), purificará vuestra[g] conciencia(P) de obras muertas(Q) para servir al Dios vivo(R)? 15 Y por eso Él(S) es el mediador(T) de un nuevo pacto[h](U), a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto[i], los que han sido llamados(V) reciban la promesa(W) de la herencia eterna(X).

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Notas al pie

  1. Hebreos 9:11 Algunos mss. antiguos dicen: bienes que ya han venido
  2. Hebreos 9:11 O, apareció por medio de
  3. Hebreos 9:12 U, obteniendo
  4. Hebreos 9:13 O, han sido contaminados
  5. Hebreos 9:13 O, limpieza
  6. Hebreos 9:14 O, su espíritu eterno
  7. Hebreos 9:14 Algunos mss. antiguos dicen: nuestra
  8. Hebreos 9:15 O, testamento
  9. Hebreos 9:15 O, testamento