El sacerdocio de Melquisedec

Este Melquisedec, rey de Salén y sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham, quien regresaba de derrotar a los reyes, y lo bendijo. A su vez, Abraham le dio el diezmo de todo. El nombre Melquisedec significa en primer lugar: «rey de justicia» y, además, «rey de Salén», esto es, «rey de paz». No tiene padre ni madre ni genealogía; no tiene comienzo ni fin, pero, a semejanza del Hijo de Dios, permanece como sacerdote para siempre.

Consideren la grandeza de ese hombre, a quien nada menos que el patriarca Abraham dio la décima parte del botín. Ahora bien, los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio tienen, por ley, el mandato de recibir los diezmos del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque estos también son descendientes de Abraham. En cambio, Melquisedec, que no era descendiente de Leví, recibió los diezmos de Abraham y bendijo al que tenía las promesas. Es indiscutible que la persona que bendice es superior a la que recibe la bendición. En el caso de los levitas, los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso, los recibe Melquisedec, de quien se da testimonio de que vive. Hasta podría decirse que Leví, que recibía diezmos, los pagó por medio de Abraham, 10 ya que Leví estaba presente en su antepasado Abraham cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Jesús, semejante a Melquisedec

11 Si hubiera sido posible alcanzar la perfección mediante el sacerdocio levítico (pues bajo este se le dio la ley al pueblo), ¿qué necesidad había de que más adelante surgiera otro sacerdote según el orden de Melquisedec y no según el de Aarón? 12 Porque cuando cambia el sacerdocio, también tiene que cambiarse la ley. 13 En efecto, Jesús, de quien se dicen estas cosas, era de otra tribu, de la cual nadie se ha dedicado al servicio del altar. 14 Es evidente que nuestro Señor procedía de la tribu de Judá, respecto a la cual nada dijo Moisés con relación al sacerdocio. 15 Y lo que hemos dicho resulta aún más evidente si, a semejanza de Melquisedec, surge otro sacerdote 16 que ha llegado a serlo no conforme a un requisito legal respecto a linaje humano, sino conforme al poder de una vida indestructible. 17 Pues de él se da testimonio:

«Tú eres sacerdote para siempre,
    según el orden de Melquisedec».[a]

18 Por una parte, la Ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz, 19 ya que no perfeccionó nada; y por la otra, se introduce una esperanza mejor, mediante la cual nos acercamos a Dios.

20 ¡Y no fue sin juramento! Los otros sacerdotes llegaron a serlo sin juramento, 21 mientras que este llegó a serlo con el juramento de aquel que le dijo:

«El Señor ha jurado,
    y no cambiará de parecer:
    “Tú eres sacerdote para siempre”».

22 Por tanto, Jesús ha llegado a ser el que garantiza un pacto superior.

23 Ahora bien, a los sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones y por eso hemos tenido muchos de ellos; 24 pero como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero. 25 Por eso también puede salvar por completo[b] a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.

26 Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos. 27 A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo. 28 De hecho, la Ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero el juramento posterior a la Ley designa al Hijo, quien ha sido hecho perfecto para siempre.

El sumo sacerdote de un nuevo pacto

Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es este: tenemos un sumo sacerdote que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo y que sirve en el santuario, es decir, en el verdadero santuario levantado por el Señor y no por ningún ser humano.

A todo sumo sacerdote se le nombra para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual fue necesario que Jesús también tuviera algo que ofrecer. Si él estuviera en la tierra, no sería sacerdote, pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas en conformidad con la Ley. Estos sacerdotes sirven en un santuario que es copia y sombra del que está en el cielo, tal como se le advirtió a Moisés cuando estaba a punto de construir el santuario: «Asegúrate de hacerlo todo según el modelo que se te ha mostrado en el monte».[c] Pero el servicio sacerdotal que Jesús ha recibido es superior al de ellos, así como el pacto del cual es mediador es superior al antiguo, puesto que se basa en mejores promesas.

Porque si ese primer pacto hubiera sido perfecto, no habría necesidad de proveer un segundo pacto. Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo:

«Vienen días», afirma el Señor,
    «en que haré un nuevo pacto
con Israel y con Judá.
No será un pacto
    como el que hice con sus antepasados
el día en que los tomé de la mano
    y los saqué de Egipto,
ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto,
    y yo los abandoné»,
    dice el Señor.
10 «Este es el pacto que después de aquel tiempo
    haré con el pueblo de Israel», afirma el Señor.
«Pondré mis leyes en su mente
    y las escribiré en su corazón.
Yo seré su Dios
    y ellos serán mi pueblo.
11 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo;
    tampoco dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”,
porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán.
12 Yo perdonaré sus iniquidades
    y nunca más me acordaré de sus pecados».[d]

13 Al llamar «nuevo» a ese pacto, ha declarado obsoleto al anterior; y lo que se vuelve obsoleto y envejece ya está por desaparecer.

El culto en el santuario terrenal

El primer pacto tenía sus normas para el culto y un santuario terrenal. Se habilitó ese santuario de tal modo que en su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados. Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía el altar de oro para el incienso y el arca del pacto, toda recubierta de oro. Dentro del arca había una vasija de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que había retoñado y las tablas del pacto. Encima del arca estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra la tapa del arca. Pero ahora no se puede hablar de eso en detalle.

Así dispuestas todas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte del santuario para celebrar el culto. Pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y solo una vez al año, provisto siempre de sangre que ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo. Con esto el Espíritu Santo da a entender que, mientras siga en pie el primer santuario, aún no se habrá revelado el camino que conduce al Lugar Santísimo. Esto nos ilustra hoy día que las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no tienen poder alguno para perfeccionar la conciencia de los que celebran ese culto. 10 No se trata más que de regulaciones externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, que son válidas solo hasta el tiempo señalado para reformarlo todo.

La sangre de Cristo

11 Pero Cristo, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos[e] en el santuario más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), 12 entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno. 13 La sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de una novilla rociadas sobre personas impuras, las santifican de modo que quedan limpias por fuera. 14 Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!

15 Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de las transgresiones cometidas bajo el primer pacto.

16 En el caso de un testamento,[f] es necesario constatar la muerte del testador, 17 pues un testamento solo adquiere validez cuando el que lo hizo muere y no entra en vigor mientras vive. 18 De ahí que ni siquiera el primer pacto se haya establecido sin sangre. 19 Después de promulgar todos los mandamientos de la Ley a todo el pueblo, Moisés tomó la sangre de los becerros junto con agua, lana escarlata y ramas de hisopo, y roció el libro de la Ley y a todo el pueblo, 20 diciendo: «Esta es la sangre del pacto que Dios ha mandado que ustedes cumplan».[g] 21 De la misma manera, roció con la sangre el santuario y todos los objetos que se usaban en el culto. 22 De hecho, la Ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.

23 Así que era necesario que los modelos de las realidades celestiales fueran purificados con esos sacrificios, pero que las realidades mismas lo fueran con sacrificios superiores a aquellos. 24 Por eso Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro. 25 Tampoco entró en el cielo para ofrecerse vez tras vez, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 27 Así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y después venga el juicio, 28 también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Aparecerá por segunda vez ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan.

Footnotes

  1. 7:17 Sal 110:4; también en v. 21.
  2. 7:25 por completo. Alt. para siempre.
  3. 8:5 Éx 25:40.
  4. 8:12 Jer 31:31-34.
  5. 9:11 definitivos. Var. venideros.
  6. 9:15-16 En griego la misma palabra se emplea para pacto y para testamento; también en v. 17.
  7. 9:20 Éx 24:8.

El sacerdocio de Melquisedec

Porque este Melquisedec(A), rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo(B), salió al encuentro de Abraham cuando este regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo. Abraham le entregó[a] el diezmo de todos los despojos, cuyo nombre significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz, sin padre, sin madre, sin genealogía(C), no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios(D), permanece sacerdote a perpetuidad.

Grandeza de Melquisedec

Considerad, pues, la grandeza de este hombre a quien Abraham, el patriarca(E), dio el diezmo(F) de lo mejor del botín[b]. Y en verdad los de los hijos de Leví(G) que reciben el oficio de sacerdote, tienen mandamiento en[c] la ley de recoger el diezmo[d] del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque estos son descendientes de Abraham[e]. Pero aquel cuya genealogía(H) no viene de ellos, recibió el diezmo[f](I) de Abraham y bendijo(J) al que tenía las promesas(K). Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive(L). Y, por decirlo así, por medio de Abraham aun Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Cristo, sacerdote para siempre

11 Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico(M) (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley(N)), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec(O), y no designado según el orden de Aarón? 12 Porque cuando se cambia el sacerdocio, necesariamente ocurre también un cambio de la ley. 13 Pues aquel(P) de quien se dicen estas cosas(Q), pertenece a otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar. 14 Porque es evidente que nuestro Señor descendió[g] de Judá(R), una tribu de la cual Moisés no dijo nada tocante a sacerdotes. 15 Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote, 16 que ha llegado a serlo, no sobre la base de una ley de requisitos físicos(S), sino según el poder de una vida indestructible(T). 17 Pues de Él se da testimonio:

Tú eres sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec(U).

18 Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e inútil(V) 19 (pues la ley nada hizo perfecto(W)), y se introduce una mejor esperanza(X), mediante la cual nos acercamos a Dios(Y). 20 Y por cuanto no fue sin juramento, 21 pues en verdad ellos llegaron a ser sacerdotes sin juramento, pero Él por un juramento del que le dijo:

El Señor ha jurado
y no cambiará[h](Z):
«Tú eres sacerdote para siempre[i](AA)»,

22 por eso, Jesús ha venido a ser fiador[j](AB) de un mejor pacto(AC). 23 Los sacerdotes anteriores eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar, 24 pero Él conserva su sacerdocio inmutable[k] puesto que permanece para siempre(AD). 25 Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre[l](AE) a los que por medio de Él se acercan a Dios(AF), puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos(AG).

26 Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote(AH): santo(AI), inocente(AJ), inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos(AK), 27 que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente(AL), primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo(AM); porque esto lo hizo una vez para siempre(AN), cuando se ofreció a sí mismo(AO). 28 Porque la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles(AP), pero la palabra del juramento, que vino después de la ley, designa al Hijo(AQ), hecho perfecto para siempre(AR).

Jesús, sumo sacerdote del santuario celestial

Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es este: tenemos tal Sumo Sacerdote(AS), el cual se ha sentado a la diestra del trono(AT) de la Majestad en los cielos(AU), como ministro(AV) del[m] santuario y del[n] tabernáculo verdadero[o](AW), que el Señor erigió, no el hombre(AX). Porque todo Sumo Sacerdote(AY) está constituido para presentar ofrendas y sacrificios(AZ), por lo cual es necesario que este también tenga algo que ofrecer. Así que si Él estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley(BA); los cuales sirven a lo que es copia(BB) y sombra de las cosas celestiales(BC), tal como Moisés fue[p] advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo[q](BD); pues, dice Él: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte(BE).

Cristo, mediador de un mejor pacto

Pero ahora Él ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto es también el mediador(BF) de un mejor pacto(BG), establecido sobre mejores promesas. Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto(BH), no se hubiera buscado lugar para el segundo. Porque reprochándolos, Él dice:

Mirad que vienen días, dice el Señor,
en que[r] estableceré un nuevo pacto(BI)
con la casa de Israel y con la casa de Judá(BJ);
no como el pacto que hice con sus padres
el día que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto;
porque no permanecieron en mi pacto,
y yo me desentendí de ellos, dice el Señor(BK).
10 Porque este es el pacto(BL) que yo haré[s] con la casa de Israel
después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
y las escribiré sobre sus corazones(BM).
Y yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo(BN).
11 Y ninguno de ellos enseñará a su conciudadano[t]
ni ninguno a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor»,
porque todos me conocerán(BO),
desde el menor hasta el mayor de ellos(BP).
12 Pues tendré misericordia de sus iniquidades,
y nunca más me acordaré de sus pecados(BQ).

13 Cuando Él dijo[u]: Un nuevo pacto(BR), hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer(BS).

El santuario terrenal

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto(BT) y el santuario terrenal(BU). Porque había un tabernáculo[v] preparado(BV) en la parte anterior[w], en el cual estaban el candelabro(BW), la mesa(BX) y los panes consagrados[x](BY); este se llama el Lugar Santo. Y detrás del segundo velo(BZ) había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo(CA), el cual tenía el altar de oro del incienso[y](CB) y el arca del pacto(CC) cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro(CD) que contenía el maná y la vara de Aarón(CE) que retoñó y las tablas del pacto(CF); y sobre ella estaban los querubines de gloria(CG) que daban sombra al propiciatorio(CH); pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle. Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente(CI) al primer[z] tabernáculo para oficiar en el culto; pero en el segundo(CJ), solo entra el sumo sacerdote(CK) una vez al año(CL), no sin llevar sangre(CM), la cual ofrece por sí mismo(CN) y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia[aa](CO). Queriendo el Espíritu Santo(CP) dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo[ab](CQ) aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie; lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios(CR) que no pueden hacer perfecto(CS) en su conciencia al que practica ese culto, 10 puesto que tienen que ver solo con comidas(CT) y bebidas(CU), y diversas abluciones[ac](CV) y ordenanzas para el cuerpo[ad](CW), impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas(CX).

La sangre del nuevo pacto

11 Pero cuando Cristo apareció como Sumo Sacerdote(CY) de los bienes futuros[ae](CZ), a través de[af] un mayor y más perfecto tabernáculo(DA), no hecho con manos(DB), es decir, no de esta creación(DC), 12 y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros(DD), sino por medio de su propia sangre(DE), entró al Lugar Santísimo(DF) una vez para siempre(DG), habiendo obtenido[ag] redención eterna(DH). 13 Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros(DI), y la ceniza de la becerra(DJ) rociada sobre los que se han contaminado[ah], santifican para la purificación[ai] de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo(DK), el cual por el Espíritu eterno[aj](DL) se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios(DM), purificará vuestra[ak] conciencia(DN) de obras muertas(DO) para servir al Dios vivo(DP)? 15 Y por eso Él(DQ) es el mediador(DR) de un nuevo pacto[al](DS), a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto[am], los que han sido llamados(DT) reciban la promesa(DU) de la herencia eterna(DV). 16 Porque donde hay un testamento[an], necesario es que ocurra[ao] la muerte del testador. 17 Pues un testamento[ap] es válido solo en caso de muerte[aq], puesto que no se pone en vigor mientras vive el testador[ar]. 18 Por tanto, ni aun el primer pacto[as] se inauguró sin sangre. 19 Porque cuando Moisés terminó de promulgar[at] todos los mandamientos a todo el pueblo(DW), conforme a la ley(DX), tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos(DY), con agua, lana escarlata e hisopo(DZ), y roció el libro mismo(EA) y a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ordeno[au](EB). 21 Y de la misma manera roció con sangre tanto el tabernáculo(EC) como todos los utensilios del ministerio. 22 Y según la ley, casi todo(ED) es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón(EE).

El sacrificio definitivo

23 Por tanto, fue necesario que las representaciones[av] de las cosas en los cielos(EF) fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas(EG), con mejores sacrificios que estos. 24 Porque Cristo no entró en un lugar santo[aw](EH) hecho por manos, una representación[ax] del verdadero(EI), sino en el cielo mismo(EJ), para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros(EK), 25 y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote(EL) entra al Lugar Santísimo[ay](EM) cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces[az] desde la fundación del mundo(EN); pero ahora, una sola vez(EO) en la consumación de los siglos(EP), se ha[ba] manifestado(EQ) para destruir[bb] el pecado por el sacrificio de sí mismo[bc](ER). 27 Y así como está decretado[bd](ES) que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio(ET), 28 así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez(EU) para llevar los pecados de muchos(EV), aparecerá por segunda vez(EW), sin relación con el pecado(EX), para salvación(EY) de los que ansiosamente le esperan(EZ).

Footnotes

  1. Hebreos 7:2 Lit., repartió
  2. Hebreos 7:4 Lit., de los botines
  3. Hebreos 7:5 Lit., según
  4. Hebreos 7:5 O, los diezmos
  5. Hebreos 7:5 Lit., salieron de los lomos de Abraham
  6. Hebreos 7:6 O, los diezmos
  7. Hebreos 7:14 Lit., se levantó
  8. Hebreos 7:21 O, no se arrepentirá
  9. Hebreos 7:21 Algunos mss. agregan: según el orden de Melquisedec
  10. Hebreos 7:22 O, la garantía
  11. Hebreos 7:24 O, intransferible, o, permanentemente
  12. Hebreos 7:25 O, completamente
  13. Hebreos 8:2 O, en el
  14. Hebreos 8:2 O, en el
  15. Hebreos 8:2 O, de la tienda sagrada verdadera
  16. Hebreos 8:5 Lit., es
  17. Hebreos 8:5 O, la tienda sagrada
  18. Hebreos 8:8 Lit., y
  19. Hebreos 8:10 Lit., pactaré
  20. Hebreos 8:11 O, prójimo
  21. Hebreos 8:13 O, Al decir
  22. Hebreos 9:2 O, tienda sagrada y así en el resto del cap.
  23. Hebreos 9:2 O, el primero
  24. Hebreos 9:2 Lit., los panes de la proposición
  25. Hebreos 9:4 O, incensario de oro
  26. Hebreos 9:6 O, exterior
  27. Hebreos 9:7 Lit., y por la ignorancia del pueblo
  28. Hebreos 9:8 O, santuario
  29. Hebreos 9:10 O, lavamientos ceremoniales
  30. Hebreos 9:10 Lit., la carne
  31. Hebreos 9:11 Algunos mss. antiguos dicen: bienes que ya han venido
  32. Hebreos 9:11 O, apareció por medio de
  33. Hebreos 9:12 U, obteniendo
  34. Hebreos 9:13 O, han sido contaminados
  35. Hebreos 9:13 O, limpieza
  36. Hebreos 9:14 O, su espíritu eterno
  37. Hebreos 9:14 Algunos mss. antiguos dicen: nuestra
  38. Hebreos 9:15 O, testamento
  39. Hebreos 9:15 O, testamento
  40. Hebreos 9:16 O, pacto
  41. Hebreos 9:16 Lit., se traiga
  42. Hebreos 9:17 O, pacto
  43. Hebreos 9:17 Lit., sobre los muertos
  44. Hebreos 9:17 Algunos mss. antiguos dicen: ¿no se pone en vigor...testador?
  45. Hebreos 9:18 O, testamento
  46. Hebreos 9:19 Lit., hablar
  47. Hebreos 9:20 O, diseñó para vosotros
  48. Hebreos 9:23 Lit., copias
  49. Hebreos 9:24 O, santuario
  50. Hebreos 9:24 Lit., copia
  51. Hebreos 9:25 O, santuario
  52. Hebreos 9:26 O, con frecuencia
  53. Hebreos 9:26 O, ha sido
  54. Hebreos 9:26 O, anular, o, quitar
  55. Hebreos 9:26 O, por su sacrificio
  56. Hebreos 9:27 Lit., establecido

El sacerdocio de Melquisedec

Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo;(A) cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Considerad, pues, cuán grande era este, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley,(B) es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17 Pues se da testimonio de él:

Tú eres sacerdote para siempre,

Según el orden de Melquisedec.(C)

18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

20 Y esto no fue hecho sin juramento; 21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero este, con el juramento del que le dijo:

Juró el Señor, y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre,

Según el orden de Melquisedec.(D)

22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24 mas este, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;(E) porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

El mediador de un nuevo pacto

Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,(F) ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también este tenga algo que ofrecer. Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.(G) Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

Porque reprendiéndolos dice:

He aquí vienen días, dice el Señor,

En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;

No como el pacto que hice con sus padres

El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;

Porque ellos no permanecieron en mi pacto,

Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.

10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel

Después de aquellos días, dice el Señor:

Pondré mis leyes en la mente de ellos,

Y sobre su corazón las escribiré;

Y seré a ellos por Dios,

Y ellos me serán a mí por pueblo;

11 Y ninguno enseñará a su prójimo,

Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;

Porque todos me conocerán,

Desde el menor hasta el mayor de ellos.

12 Porque seré propicio a sus injusticias,

Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.(H)

13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculo(I) estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro,(J) la mesa y los panes de la proposición.(K) Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,(L) el cual tenía un incensario de oro(M) y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes,(N) en la que estaba una urna de oro que contenía el maná,(O) la vara de Aarón que reverdeció,(P) y las tablas del pacto;(Q) y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio;(R) de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.

Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;(S) pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;(T) dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10 ya que consiste solo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos,(U) y las cenizas de la becerra(V) rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,[a] para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16 Porque donde hay testamento,[b] es necesario que intervenga muerte del testador. 17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.(W) 21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.(X) 22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.(Y)

El sacrificio de Cristo quita el pecado

23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

Footnotes

  1. Hebreos 9:15 La misma palabra griega significa tanto pacto   como testamento.
  2. Hebreos 9:16 La misma palabra griega significa tanto pacto   como testamento.