Hebreos 6:9-20

Nueva Biblia de las Américas

Esperanza de cosas mejores

⁹ Pero en cuanto a ustedes, amados^(A), aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. ¹⁰ Porque Dios no es injusto^(B) como para olvidarse de la obra de ustedes y del amor^(C) que han mostrado hacia Su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos^(D). ¹¹ Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma solicitud hasta el fin^(E), para alcanzar la plena seguridad^(F) de la esperanza, ¹² a fin de que no sean perezosos, sino imitadores^(G) de los que mediante la fe y la paciencia^(H) heredan las promesas^(I).

La promesa de Dios es segura

¹³ Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham^(J), no pudiendo jurar por uno mayor, juró por Él mismo^(K), ¹⁴ diciendo: «Ciertamente te bendeciré y ciertamente te multiplicaré^(L)». ¹⁵ Y así, habiendo esperado con paciencia^(M), Abraham obtuvo la promesa. ¹⁶ Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos^(N), y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión^(O).

¹⁷ Por lo cual^[a] Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa^(P) la inmutabilidad de Su propósito^(Q), interpuso^[b] un juramento, ¹⁸ a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta^(R), los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados^[c] para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros^(S).

¹⁹ Tenemos como ancla del alma, una esperanza^(T) segura y firme, y que penetra hasta detrás^[d] del velo^(U), ²⁰ adonde Jesús entró por nosotros^(V) como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec^(W), Sumo Sacerdote para siempre.