Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres. Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios y ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Puede tratar con paciencia a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a las debilidades humanas. Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo.

Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios, como sucedió con Aarón. Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo:

«Tú eres mi Hijo;
    hoy mismo te he engendrado».[a]

Y en otro pasaje dice:

«Tú eres sacerdote para siempre,
    según el orden de Melquisedec».[b]

En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer. Al ser así perfeccionado, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen 10 y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Advertencia contra la apostasía

11 Sobre este tema tenemos mucho que decir, aunque es difícil explicarlo porque ustedes se han vuelto apáticos y no escuchan.[c] 12 En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros; sin embargo, necesitan que alguien vuelva a enseñarles los principios más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido. 13 El que solo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho. 14 En cambio, el alimento sólido es para los adultos, pues han ejercitado la capacidad de distinguir entre el bien y el mal.

Por eso, dejando a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez. No volvamos a poner los fundamentos, tales como el arrepentimiento de las obras que conducen a la muerte, la fe en Dios, la enseñanza sobre bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. Así procederemos, si Dios lo permite.

Porque es imposible que aquellos que han sido una vez iluminados, que han saboreado el don celestial, que han tenido parte en el Espíritu Santo, que han experimentado la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, pero después de todo esto se han apartado, renueven su arrepentimiento. Pues así, para su propio mal, vuelven a crucificar al Hijo de Dios y lo exponen a la vergüenza pública.

Cuando la tierra bebe la lluvia que con frecuencia cae sobre ella y produce una buena cosecha para los que la cultivan, recibe bendición de Dios. En cambio, cuando produce espinos y cardos, no vale nada; está a punto de ser maldecida y acabará por ser quemada.

En cuanto a ustedes, queridos hermanos, aunque nos expresamos así, estamos seguros de que les espera lo mejor, es decir, lo que atañe a la salvación. 10 Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que en su nombre ustedes han demostrado sirviendo a los creyentes, como lo siguen haciendo. 11 Deseamos, sin embargo, que cada uno de ustedes siga mostrando ese mismo empeño hasta la realización final y completa de su esperanza. 12 No sean apáticos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.

La certeza de la promesa de Dios

13 Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo 14 y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia».[d] 15 Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.

16 La gente jura por alguien superior a sí misma, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. 17 Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito nunca cambia, confirmó con un juramento esa promesa. 18 Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades que nunca cambian y en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. 19 Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, 20 hasta donde Jesús entró por nosotros para abrirnos camino, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

Footnotes

  1. 5:5 Sal 2:7.
  2. 5:6 Sal 110:4.
  3. 5:11 ustedes … y no escuchan. Lit. se han vuelto torpes en los oídos.
  4. 6:14 Gn 22:17.

Jesús como Sumo Sacerdote

Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres(A) es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se refieren(B), para presentar ofrendas y sacrificios(C) por los pecados(D); y puede[a] obrar con benignidad[b](E) para con los ignorantes(F) y extraviados(G), puesto que él mismo está sujeto a flaquezas(H); y por esa causa está obligado a ofrecer sacrificios por los pecados(I), tanto por sí mismo como por el pueblo(J). Y nadie toma este honor para sí mismo(K), sino que lo recibe cuando es llamado por Dios, así como lo fue Aarón(L). De la misma manera, Cristo no se glorificó a sí mismo(M) para hacerse Sumo Sacerdote(N), sino que lo glorificó el que le dijo(O):

Hijo mío eres tú,
Yo te he engendrado hoy(P);

como también dice en otro pasaje:

Tú eres sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec(Q).

Cristo[c], en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas(R) con gran clamor y lágrimas(S) al que podía librarle[d](T) de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente(U); y aunque era Hijo(V), aprendió obediencia(W) por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto(X), vino a ser fuente[e] de eterna salvación para todos los que le obedecen, 10 siendo constituido por Dios sumo sacerdote(Y) según el orden de Melquisedec(Z).

Crecimiento en la madurez espiritual

11 Acerca de esto[f] tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír. 12 Pues aunque ya[g] debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios(AA) elementales[h](AB) de los oráculos de Dios(AC), y habéis llegado a tener necesidad de leche(AD) y no de alimento sólido. 13 Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño(AE). 14 Pero el alimento sólido es para los adultos[i](AF), los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados(AG) para discernir el bien y el mal(AH).

Por tanto, dejando(AI) las enseñanzas elementales[j](AJ) acerca de Cristo[k], avancemos hacia la madurez[l](AK), no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas(AL) y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos[m](AM), de la imposición de manos(AN), de la resurrección de los muertos(AO) y del juicio eterno(AP). Y esto haremos, si Dios lo permite(AQ). Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados(AR), que probaron del don celestial(AS) y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo(AT), que gustaron(AU) la buena palabra de Dios(AV) y los poderes del siglo venidero(AW), pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez(AX) para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios(AY) y le exponen a la ignominia pública. Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae[n] sobre ella y produce vegetación útil a aquellos por los cuales es cultivada(AZ), recibe bendición de Dios; pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida[o](BA), y termina por ser quemada[p].

Esperanza de cosas mejores

Pero en cuanto a vosotros, amados(BB), aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. 10 Porque Dios no es injusto(BC) como para olvidarse de vuestra obra y del amor(BD) que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos(BE). 11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin(BF), para alcanzar la plena[q] seguridad(BG) de la esperanza, 12 a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores(BH) de los que mediante la fe y la paciencia(BI) heredan las promesas(BJ).

La promesa de Dios es segura

13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham(BK), no pudiendo jurar por uno mayor, juró por sí mismo(BL), 14 diciendo: Ciertamente te bendeciré y ciertamente te multiplicare(BM). 15 Y así, habiendo esperado con paciencia(BN), obtuvo la promesa. 16 Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos(BO), y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión(BP). 17 Por lo cual[r] Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa(BQ) la inmutabilidad de su propósito(BR), interpuso[s] un juramento, 18 a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta(BS), los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados[t] para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros(BT), 19 la cual tenemos como ancla del alma, una esperanza(BU) segura y firme, y que penetra hasta detrás[u] del velo(BV), 20 donde Jesús entró por nosotros(BW) como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec(BX), Sumo Sacerdote para siempre.

Footnotes

  1. Hebreos 5:2 Lit., pudiendo
  2. Hebreos 5:2 O, compasión
  3. Hebreos 5:7 Lit., El cual
  4. Hebreos 5:7 O, salvarle
  5. Hebreos 5:9 O, autor
  6. Hebreos 5:11 O, El
  7. Hebreos 5:12 Lit., por causa del tiempo
  8. Hebreos 5:12 Lit., elementos del principio
  9. Hebreos 5:14 O, los que han alcanzado madurez
  10. Hebreos 6:1 Lit., la palabra del principio
  11. Hebreos 6:1 I.e., del Mesías
  12. Hebreos 6:1 O, perfección
  13. Hebreos 6:2 O, bautismos
  14. Hebreos 6:7 Lit., viene
  15. Hebreos 6:8 Lit., a una maldición
  16. Hebreos 6:8 Lit., su fin es para quemarse
  17. Hebreos 6:11 Lit., a plenitud la
  18. Hebreos 6:17 O, Por tanto
  19. Hebreos 6:17 O, garantizó
  20. Hebreos 6:18 Lit., podamos tener un fortísimo consuelo
  21. Hebreos 6:19 Lit., dentro

Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.(A) Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.(B)

Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:

Tú eres mi Hijo,

Yo te he engendrado hoy.(C)

Como también dice en otro lugar:

Tú eres sacerdote para siempre,

Según el orden de Melquisedec.(D)

Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte,(E) fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Advertencia contra la apostasía

11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. 12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;(F) 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida,(G) y su fin es el ser quemada.

Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. 10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. 11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.(H) 15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,(I) 20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.(J)