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II.— JESUCRISTO, SACERDOTE FIEL Y MISERICORDIOSO (3,1—5,10)

Jesús es superior a Moisés

Por tanto, hermanos creyentes que comparten un mismo llamamiento celestial, no pierdan de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jesús, modelo de fidelidad al que Dios constituyó en tal cargo, como lo fue también Moisés en todo lo referente a la casa de Dios. Pero Jesús se ha hecho acreedor a una gloria más excelsa que la de Moisés, por cuanto al constructor de una casa le corresponde un honor mayor que a la casa construida. Toda casa, en efecto, tiene su constructor; y el constructor del universo es Dios. En cuanto a Moisés, fue ciertamente fiel en todo lo tocante a la casa de Dios, aunque sólo como un siervo encargado de atestiguar lo que Dios iba a decir. Cristo, en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusión que nace de la esperanza.

Exhortación a la fidelidad

Por eso, como dice el Espíritu Santo:

Cuando hoy escuchen la voz del Señor,
no cierren herméticamente el corazón,
como hicieron los que se rebelaron
en el desierto el día de la prueba.
Allí fue donde los antepasados de ustedes
intentaron ponerme a prueba
a pesar de haber experimentado mis maravillas
10 durante cuarenta años.
Por eso me indigné
contra aquella gente y exclamé:
“Tienen siempre el corazón extraviado
y nunca han seguido mis caminos”.
11 No entrarán, pues, en mi descanso,
tal como lo juré lleno de enojo.

12 Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón incrédulo y perverso que lo aparte del Dios viviente. 13 Más bien exhórtense unos a otros día tras día mientras dura ese “hoy”, para que la seducción del pecado no endurezca sus conciencias. 14 Porque sólo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo. 15 Es lo que se nos dice:

Cuando hoy escuchen la voz del Señor,
no cierren herméticamente el corazón,
como hicieron los que se rebelaron.

16 ¿Y quiénes fueron los que, habiendo escuchado la voz del Señor, se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que habían salido de Egipto guiados por Moisés? 17 Y ¿contra quiénes se indignó el Señor a lo largo de aquellos cuarenta años? Está claro que contra quienes pecaron, y por eso sus cadáveres quedaron tendidos en el desierto. 18 Y ¿a quiénes, sino a los rebeldes, aseguró con juramento que no entrarían en su descanso? 19 Vemos, efectivamente, que no pudieron entrar por falta de fe.

Comparado con Moisés

Por lo tanto, hermanos, ustedes los del pueblo santo, que han sido llamados por Dios a ser suyos, consideren atentamente a Cristo Jesús, el Apóstol y Sumo sacerdote, gracias al cual profesamos nuestra fe. Pues Jesús ha sido fiel a Dios, que lo nombró para este servicio, como también Moisés fue fiel en su servicio en toda la casa de Dios. Pero a Jesús se le ha concedido más honor que a Moisés, del mismo modo que el que hace una casa recibe más honor que la casa misma. Toda casa tiene que estar hecha por alguien; pero Dios es el que hizo todo lo que existe. Así pues, Moisés, como siervo, fue fiel en toda la casa de Dios, y su servicio consistió en ser testigo de las cosas que Dios había de decir. Pero Cristo, como Hijo, es fiel sobre esta casa de Dios que somos nosotros mismos, si mantenemos la seguridad y la alegría en la esperanza que tenemos.

Exhortación a la fidelidad

Por eso, como dice el Espíritu Santo en la Escritura:

«Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice,
no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron
y pusieron a Dios a prueba en el desierto.
Allí me pusieron a prueba los antepasados de ustedes,
aun cuando habían visto mis obras durante cuarenta años.
10 Por eso me enojé con aquella generación,
y dije: “Andan siempre extraviados en su corazón,
y no han querido conocer mis caminos.”
11 Por eso juré en mi furor
que no entrarían en mi reposo.»

12 Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. 13 Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese «hoy» de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. 14 Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio.

15 Por lo cual dice:

«Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice,
no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron.»

16 ¿Y quiénes fueron los que se rebelaron después de haber oído la voz de Dios? Pues todos los que Moisés había sacado de la tierra de Egipto. 17 ¿Y con quiénes estuvo Dios enojado durante cuarenta años? Con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto. 18 ¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en su reposo? A los que desobedecieron. 19 Y, en efecto, vemos que no pudieron entrar porque no creyeron.

Jesus Greater Than Moses

Therefore, holy brothers and sisters,(A) who share in the heavenly calling,(B) fix your thoughts on Jesus, whom we acknowledge(C) as our apostle and high priest.(D) He was faithful to the one who appointed him, just as Moses was faithful in all God’s house.(E) Jesus has been found worthy of greater honor than Moses,(F) just as the builder of a house has greater honor than the house itself. For every house is built by someone, but God is the builder of everything.(G) “Moses was faithful as a servant(H) in all God’s house,”[a](I) bearing witness to what would be spoken by God in the future. But Christ is faithful as the Son(J) over God’s house. And we are his house,(K) if indeed we hold firmly(L) to our confidence and the hope(M) in which we glory.

Warning Against Unbelief

So, as the Holy Spirit says:(N)

“Today, if you hear his voice,
    do not harden your hearts(O)
as you did in the rebellion,
    during the time of testing in the wilderness,
where your ancestors tested and tried me,
    though for forty years they saw what I did.(P)
10 That is why I was angry with that generation;
    I said, ‘Their hearts are always going astray,
    and they have not known my ways.’
11 So I declared on oath in my anger,(Q)
    ‘They shall never enter my rest.’ (R)[b](S)

12 See to it, brothers and sisters, that none of you has a sinful, unbelieving heart that turns away from the living God.(T) 13 But encourage one another daily,(U) as long as it is called “Today,” so that none of you may be hardened by sin’s deceitfulness.(V) 14 We have come to share in Christ, if indeed we hold(W) our original conviction firmly to the very end.(X) 15 As has just been said:

“Today, if you hear his voice,
    do not harden your hearts
    as you did in the rebellion.”[c](Y)

16 Who were they who heard and rebelled? Were they not all those Moses led out of Egypt?(Z) 17 And with whom was he angry for forty years? Was it not with those who sinned, whose bodies perished in the wilderness?(AA) 18 And to whom did God swear that they would never enter his rest(AB) if not to those who disobeyed?(AC) 19 So we see that they were not able to enter, because of their unbelief.(AD)

Footnotes

  1. Hebrews 3:5 Num. 12:7
  2. Hebrews 3:11 Psalm 95:7-11
  3. Hebrews 3:15 Psalm 95:7,8