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donde los padres de ustedes

me pusieron a gran prueba

y vieron mis obras

durante cuarenta años.

10 Por esta causa me enojé

con aquella generación

y dije: “Ellos siempre

se desvían en su corazón

y no han conocido mis caminos”.

11 Como juré en mi ira:

“¡Jamás entrarán en mi reposo!”[a].

12 Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo. 13 Más bien, exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque hemos llegado a ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra confianza hasta el fin, 15 entre tanto se dice:

Si escuchan hoy su voz,

no endurezcan su corazón

como en la provocación[b].

16 Porque ¿quiénes fueron aquellos que, habiendo oído, lo provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto con Moisés? 17 ¿Y con quiénes se disgustó durante cuarenta años? ¿No fue precisamente con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo sino a aquellos que no obedecieron? 19 Y vemos que ellos no pudieron entrar debido a su incredulidad.

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Footnotes

  1. Hebreos 3:11 Sal. 95:7-11.
  2. Hebreos 3:15 Sal. 95:7, 8 (LXX).