Añadir traducción en paralelo Imprimir Opciones de la página

Porque la sangre de los toros y de los chivos no puede quitar los pecados.

El sacrificio de Cristo

Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo a Dios:

«No quieres sacrificio ni ofrendas,
sino que me has dado un cuerpo.
No te agradan los holocaustos ni las ofrendas para quitar el pecado.
Entonces dije: “Aquí estoy, tal como está escrito de mí en el libro,
para hacer tu voluntad, oh Dios.”»

En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan sacrificios ni ofrendas de animales, ni holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer. Y después añade: «Aquí vengo para hacer tu voluntad.» Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo. 10 Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre.

Read full chapter