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La carrera del cristiano

12 Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado(A) que tan fácilmente nos envuelve, y corramos(B) con paciencia[a](C) la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en[b] Jesús, el autor y consumador[c] de la fe(D), quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz(E), despreciando la vergüenza(F), y se ha sentado a la diestra del trono de Dios(G).

Consideren, pues, a Aquel que soportó tal hostilidad de[d] los pecadores contra Él mismo(H), para que no se cansen ni se desanimen en su corazón[e](I). Porque todavía, en su lucha contra el pecado, ustedes no han resistido(J) hasta el punto de derramar sangre[f](K). Además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige:

«Hijo Mío, no tengas en poco la disciplina del Señor,
Ni te desanimes(L) al ser reprendido por Él(M).
Porque el Señor al que ama, disciplina(N),
Y azota a todo el que recibe por hijo(O)».

Es para su corrección[g] que sufren. Dios los trata como a hijos(P); porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos(Q). Además, tuvimos padres terrenales[h] para disciplinarnos, y los respetábamos(R), ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros[i] espíritus(S), y viviremos(T)? 10 Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad(U).

11 Al presente ninguna[j] disciplina parece ser[k] causa de gozo, sino de tristeza[l](V). Sin embargo, a los que han sido ejercitados[m] por medio de[n] ella, después les da fruto apacible de justicia(W). 12 Por tanto, fortalezcan[o] las manos débiles[p] y las rodillas que flaquean(X), 13 y hagan sendas derechas para sus pies(Y), para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane(Z).

Exhortación a la fidelidad

14 Busquen la paz con todos(AA), y la santidad(AB), sin la cual nadie verá al Señor(AC). 15 Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios(AD); de que ninguna raíz de amargura(AE), brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados(AF). 16 Que no haya ninguna persona inmoral(AG) ni profana(AH) como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida(AI). 17 Porque saben que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas(AJ).

Contraste entre el monte Sinaí y el monte Sión

18 Porque ustedes no se han acercado(AK) a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino(AL), 19 ni a sonido de trompeta(AM), ni a ruido de palabras(AN) tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más(AO). 20 Porque ellos no podían soportar el mandato: «Si aun una bestia toca el monte, será apedreada(AP)». 21 Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: «Estoy aterrado y temblando(AQ)».

22 Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sión(AR) y a la ciudad(AS) del Dios vivo(AT), la Jerusalén celestial(AU), y a miríadas de ángeles(AV), 23 a la asamblea general[q] e iglesia de los primogénitos(AW) que están inscritos en los cielos(AX), y a Dios, el Juez de todos(AY), y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos(AZ), 24 y a Jesús, el mediador del nuevo pacto(BA), y a la sangre rociada(BB) que habla mejor que la sangre de Abel(BC).

25 Tengan cuidado de no rechazar(BD) a Aquel que habla(BE). Porque si aquellos no escaparon[r](BF) cuando rechazaron(BG) al que les amonestó[s] sobre la tierra(BH), mucho menos[t] escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquel que nos amonesta[u] desde el cielo(BI). 26 Su voz hizo temblar entonces la tierra(BJ), pero ahora Él ha prometido, diciendo: «Aún una vez más, Yo haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo(BK)». 27 Y esta expresión: Aún, una vez más, indica la remoción de las cosas movibles(BL), como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles. 28 Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible(BM), demostremos[v] gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable(BN) con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor(BO).

Footnotes

  1. Hebreos 12:1 O perseverancia.
  2. Hebreos 12:2 Lit. mirando a.
  3. Hebreos 12:2 O perfeccionador.
  4. Hebreos 12:3 O por parte de.
  5. Hebreos 12:3 Lit. sus almas.
  6. Hebreos 12:4 Lit. hasta la sangre.
  7. Hebreos 12:7 O disciplina.
  8. Hebreos 12:9 Lit. de nuestra carne.
  9. Hebreos 12:9 O los.
  10. Hebreos 12:11 Lit. toda.
  11. Hebreos 12:11 Lit. parece no ser.
  12. Hebreos 12:11 O pesar.
  13. Hebreos 12:11 O adiestrados.
  14. Hebreos 12:11 O en.
  15. Hebreos 12:12 Lit. enderecen.
  16. Hebreos 12:12 O caídas.
  17. Hebreos 12:23 O y a miríadas de ángeles en festiva asamblea.
  18. Hebreos 12:25 Lit. no escapaban.
  19. Hebreos 12:25 O advirtió.
  20. Hebreos 12:25 Lit. más.
  21. Hebreos 12:25 O advierte.
  22. Hebreos 12:28 Lit. tengamos.

La disciplina de Dios demuestra su amor

12 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.[a] Debido al gozo[b] que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores,[c] así no se cansarán ni se darán por vencidos. Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado.

¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo:

«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
    y no te des por vencido cuando te corrige.
Pues el Señor disciplina a los que ama
    y castiga a todo el que recibe como hijo»[d].

Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino que son ilegítimos. Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de nuestro espíritu, y así vivir para siempre[e]?

10 Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad. 11 Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.

12 Por lo tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y fortalezcan sus rodillas debilitadas. 13 Tracen un camino recto para sus pies, a fin de que los débiles y los cojos no caigan, sino que se fortalezcan.

Un llamado a escuchar a Dios

14 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. 15 Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos. 16 Asegúrense de que ninguno sea inmoral ni profano como Esaú, que cambió sus derechos de primer hijo varón por un simple plato de comida. 17 Ustedes saben que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado. Ya era demasiado tarde para arrepentirse, a pesar de que suplicó con lágrimas amargas.

18 Ustedes no se han acercado a una montaña[f] que se pueda tocar, a un lugar que arde en llamas, un lugar de oscuridad y tinieblas, rodeado por un torbellino, como les sucedió a los israelitas cuando llegaron al monte Sinaí. 19 Ellos oyeron un imponente toque de trompeta y una voz tan temible que le suplicaron a Dios que dejara de hablar. 20 Retrocedieron tambaleándose bajo el mandato de Dios: «Si tan solo un animal toca la montaña, deberá morir apedreado»[g]. 21 Incluso Moisés se asustó tanto de lo que vio que dijo: «Estoy temblando de miedo»[h].

22 En cambio, ustedes han llegado al monte Sion, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo. 23 Ustedes han llegado a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a Dios mismo, quien es el juez sobre todas las cosas. Ustedes han llegado a los espíritus de los justos, que están en el cielo y que ya han sido perfeccionados. 24 Ustedes han llegado a Jesús, el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, y también a la sangre rociada, que habla de perdón en lugar de clamar por venganza como la sangre de Abel.

25 Tengan cuidado de no negarse a escuchar a Aquel que habla. Pues, si el pueblo de Israel no escapó cuando se negó a escuchar a Moisés, el mensajero terrenal, ¡ciertamente nosotros tampoco escaparemos si rechazamos a Aquel que nos habla desde el cielo! 26 Cuando Dios habló desde el monte Sinaí, su voz hizo temblar la tierra, pero ahora él hace otra promesa: «Una vez más, haré temblar no solo la tierra, sino también los cielos»[i]. 27 Eso significa que toda la creación será agitada y removida, para que solo permanezcan las cosas inconmovibles.

28 Ya que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos y agrademos a Dios adorándolo con santo temor y reverencia, 29 porque nuestro Dios es un fuego que todo lo consume.

Footnotes

  1. 12:2a O Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe.
  2. 12:2b O En lugar del gozo.
  3. 12:3 Algunos manuscritos dicen Piensen en cómo la gente se hiere a sí misma al oponerse a él.
  4. 12:5-6 Pr 3:11-12 (versión griega).
  5. 12:9 O y así vivir realmente?
  6. 12:18 En griego a algo.
  7. 12:20 Ex 19:13.
  8. 12:21 Dt 9:19.
  9. 12:26 Hag 2:6.

Los sufrimientos y nuestra confianza en Dios

12 ¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia.

Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.

Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse, pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.

Pero ustedes parecen haberse olvidado ya del consejo que Dios les da a sus hijos en la Biblia:

«Querido jovencito,
no tomes las intrucciones de Dios
como algo sin importancia.
Ni te pongas triste
cuando él te reprenda.

»Porque Dios corrige y castiga
a todo aquel que ama
y que considera su hijo.»

Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo. Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos. Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.

10 Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él. 11 Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien.

12 Por todo eso, no debemos dejar de confiar totalmente en Dios. Si la vida es como una carrera, y ustedes tienen ya cansadas las manos y débiles las rodillas, cobren nuevas fuerzas. 13 Corran por un camino recto y parejo, para que el pie que esté cojo se sane y no se tuerza más.

Advertencia

14 Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara. 15 No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo, porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga, que los envenenaría! 16 Ninguno debe tener relaciones sexuales prohibidas ni despreciar a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú, pues cambió sus derechos de hijo mayor[a] por un plato de comida, 17 y cuando quiso que su padre le reconociera esos derechos, él no se los reconoció. Esaú lloró mucho, pero ya no había nada que hacer.

18 Ustedes no se acercaron al monte Sinaí, el cual se podía ver y tocar, y en el que había fuego, oscuridad, tinieblas y tormenta. 19 Tampoco oyeron el sonido de una trompeta, ni la voz de Dios dándoles mandamientos. Los que oyeron esa voz en el monte Sinaí pedían que se callara, 20 pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba: «Deberán matar a pedradas, o con una lanza, a cualquier persona o animal que ponga un pie en este monte.» 21 Tan terrible fue lo que ellos vieron en ese monte, que Moisés mismo dijo: «Estoy temblando de miedo.»

22 Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión y a la ciudad de Dios, quien vive para siempre. Ésa es la ciudad de Jerusalén, que está en el cielo. Allí hay miles de ángeles que alaban a Dios, 23 y allí están todos aquellos a quienes Dios trató como a hijos, y a quienes les dio el derecho de vivir en el cielo. Ustedes se han acercado a Dios, quien juzgará a todo el mundo. También se han acercado a los espíritus de las personas buenas que Dios hizo perfectas. 24 Se han acercado a Jesús, y recuerden que, por medio de él, Dios hizo un nuevo pacto con ustedes. Gracias a la sangre que Jesús derramó al morir, hemos sido perdonados de nuestros pecados. Por eso Jesús es mejor que Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza.

25-26 Tengan cuidado cuando Dios les llame la atención. No lo rechacen, porque los israelitas que en el pasado lo rechazaron, no escaparon del castigo. En aquella ocasión, cuando Dios les habló, su voz hizo temblar la tierra. Y si nosotros rechazamos a Dios, que nos llama la atención desde el cielo, tampoco escaparemos del castigo. Porque ahora él dice: «Otra vez haré temblar, no sólo la tierra, sino también el cielo.» 27 Y cuando dice «otra vez», entendemos que él quitará las cosas creadas, las que se pueden mover, para dejar las cosas que no pueden ser movidas. 28 Gracias a Dios, el reino que él nos da no puede ser movido. Por eso debemos adorar a Dios con el amor y la honra que a él le gusta recibir. 29 Porque nuestro Dios es como un fuego destructor.

Footnotes

  1. Hebreos 12:16 Derechos de hijo mayor: El primer hijo de una familia tenía algunos privilegios y derechos que los otros hijos no tenían; por ejemplo, al hijo mayor le tocaba una doble parte de la herencia que dejara su padre.