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Contraste entre el monte Sinaí y el monte Sión

18 Porque ustedes no se han acercado(A) a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino(B), 19 ni a sonido de trompeta(C), ni a ruido de palabras(D) tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más(E). 20 Porque ellos no podían soportar el mandato: «Si aun una bestia toca el monte, será apedreada(F)». 21 Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: «Estoy aterrado y temblando(G)».

22 Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sión(H) y a la ciudad(I) del Dios vivo(J), la Jerusalén celestial(K), y a miríadas de ángeles(L), 23 a la asamblea general[a] e iglesia de los primogénitos(M) que están inscritos en los cielos(N), y a Dios, el Juez de todos(O), y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos(P), 24 y a Jesús, el mediador del nuevo pacto(Q), y a la sangre rociada(R) que habla mejor que la sangre de Abel(S).

25 Tengan cuidado de no rechazar(T) a Aquel que habla(U). Porque si aquellos no escaparon[b](V) cuando rechazaron(W) al que les amonestó[c] sobre la tierra(X), mucho menos[d] escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquel que nos amonesta[e] desde el cielo(Y). 26 Su voz hizo temblar entonces la tierra(Z), pero ahora Él ha prometido, diciendo: «Aún una vez más, Yo haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo(AA)». 27 Y esta expresión: Aún, una vez más, indica la remoción de las cosas movibles(AB), como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles. 28 Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible(AC), demostremos[f] gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable(AD) con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor(AE).

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Footnotes

  1. Hebreos 12:23 O y a miríadas de ángeles en festiva asamblea.
  2. Hebreos 12:25 Lit. no escapaban.
  3. Hebreos 12:25 O advirtió.
  4. Hebreos 12:25 Lit. más.
  5. Hebreos 12:25 O advierte.
  6. Hebreos 12:28 Lit. tengamos.

18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,(A) 20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;(B) 21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;(C) 22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.(D)

25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra,(E) mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. 26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.(F) 27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.(G)

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